El PSOE rechaza ahora la Torre, un proyecto que inició cuando estaba al frente del Puerto de Málaga

El proyecto de la Torre del Puerto, el hotel de lujo previsto en el dique de Levante, lo inicia un presidente socialista al frente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, con el beneplácito de las máximas esferas del PSOE, incluido el portavoz en el Ayuntamiento, Daniel Pérez. En cambio, este ha dado hoy un giro drástico de timón y ha rechazado tajantemente su construcción, lo que ha supuesto desvelar finalmente su posición de voto cuando llegue el momento, después de varios años en los que ha rechazado pronunciarse abiertamente al respecto.

Lo ha hecho, además, con una significativa foto rodeado de muchos de sus concejales, posando a los pies de la Farola, que es el símbolo de la lucha para la plataforma ciudadana 'Salvemos nuestro horizonte', que se opone a este proyecto.

El líder socialista admite que la tramitación del hotel de lujo se inició cuando los socialistas dirigían el Puerto, que es, en definitiva, la entidad promotora del mismo. Pero, a renglón seguido, explica que en el año 2018 el Partido Socialista inició un proceso «de escucha activa». «Después de estos tres años de tener conocimiento de la posición mayoritaria de la ciudadanía, de conocer los informes, de analizar la posición que nosotros entendemos mejor para Málaga, y de no haberse atenido a ninguna de nuestras peticiones, es por lo que concluye ese proceso y manifestamos nuestro rechazo a la construcción del hotel en el dique de Levante».

En cuanto a esas peticiones que, a su juicio, no se han atendido, el portavoz socialista se refiere a la bajada en altura del edificio (que sí se ha cumplido, al pasar de 135 a 116 metros); la reducción del basamento, la adecuación a la fachada portuaria y la mejora del 'skyline' de la ciudad, «y, sobre todo, habríamos querido conocer a través de una consulta ciudadana la posición de los malagueños».

«La construcción de la Torre del Puerto supondría un cambio sustancial durante siglos de la imagen de Málaga», asegura, y advierte de que el rechazo social ha ido en aumento. Por todo ello, sentencia: «El Partido Socialista está en contra de la construcción del hotel rascacielos en el dique de Levante; no estamos en contra del proyecto, sino de la ubicación del mismo, porque es lo que está diciendo la inmensa mayoría de los malagueños».

Esta negativa frontal, que coincide con la que venían manteniendo desde el principio grupos de izquierda como Unidas Podemos, llama aún más la atención porque se produce después de que el Gobierno central, que también es socialista, haya virado justo al contrario que su grupo municipal.

Del rechazo inicial patente, a través de un expediente de expolio del Ministerio de Cultura; y por la afección que suponía en un primer momento la huella de protección visual del BIC de la Farola, se ha pasado a la retirada de sendas medidas; a un informe favorable de Puertos del Estado e incluso a un apoyo expreso del presidente de esta institución, Álvaro Rodríguez Dapena.

Preguntado al respecto, Daniel Pérez afirma que esta es la posición de su grupo en el Ayuntamiento. «Nosotros defendemos Málaga y hemos llegado a la conclusión de que no es el mejor proyecto en ese lugar para Málaga». Por lo demás, considera que la tramitación que se tenga que seguir es un procedimiento administrativo reglado, «si se aprueba, que ahora mismo no se ha aprobado». Por tanto, Pérez concluye que, al no estar el proyecto todavía en vigor, no se pueden pronunciar ni Puertos del Estado ni el Gobierno de España.

El portavoz del grupo municipal critica la actuación del equipo de gobierno, que tuvo que retirar el punto en el último momento porque el expediente ambiental estaba caducado, algo reconocido por el alcalde, Francisco de la Torre; y por el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio. «Hay que tener desvergüenza para saber que están los expedientes caducados y llevar un punto a aprobación, cuando no reunía las condiciones de garantía jurídica».

«Es una vergüenza lo que han hecho el Ayuntamiento y la Gerencia de Urbanismo, y en este caso la responsabilidad máxima es del alcalde, porque quería engañar incluso a sus socios de gobierno de Ciudadanos, obligándolos a comulgar con ruedas de molino, intentando que aprobaran un expediente que no reunía las condiciones legales para su aprobación, y por eso se retiró».

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