El PSOE quiere que el Ayuntamiento de Málaga haga su trabajo de flautista de Hamelín

Siendo el día del santo más romántico del mundo, y el animalito se llama Romeo. Empezamos bien. La concejala socialista, Begoña Medina, visita esta mañana un parquecito de Puerta Blanca, y no es la primera vez que lo hace. Mari Carmen Leiva lo explica sin rodeos: «Por las noches tenemos que levantar las piernas en los bancos para que pasen las ratas». Julio José Pérez lo corrobora: «Las ves pasar tan tranquilas. ¿Pero cómo no va a haber ratas? No hay limpieza en los jardines, ni podas, ni mantenimiento. »La antigua concesionaria de los jardines los tenía preciosos pero desde que está la nueva esto es un desastre; no tienen ni cortacésped«, subraya en la calle Rafael Andrades Navarrete.

En la plaza que ellos llaman de los naranjos, un ficus gigante, del que dice que a veces cuelgan las ratas de las ramas. El día no podía ser menos amoroso. Lo salva, de repente, Ana Castillo. Sobresale de su cesta de la compra una rosa roja. ¿Y esa rosa?, le preguntan en el sur de un país en el que todos tienen que saberlo todo. ¿Te la ha regalado tu marido? Ella contesta muy castiza: «No, se la voy a regalar yo a él; él también me regala otra». Tras el cuestionario Ana se anima y cuenta que están juntos desde 1961, y que estaría junto a él otro 57 años más. «En la fábrica de camisas había 200 mujeres y cuatro hombres. Yo me llevé al mejor», que cuenta zalamera.

El momento pintaba emocionante, pero entonces vuelven a saltar otras dos ratas de un parterre a otro y se pierde la magia. Qué jornada.

Conchi Palomo explica que en el segundo piso a una de las vecinas le salió una rata desde el váter, y que Ana Mari, la del primero, tenía una rata en el falso techo de su cuarto de baño y la escuchaba todas las noches.

Justo al lado de esta calle, hay otra que está más cerca del Camino del Pato, donde hay unos boquetes grandes en la tierra. «Mira, ahí están los nidos. Si nos quedamos un ratito aquí las ves salir, a las más pequeñas». María Taboada se queja de que todo esté tan abandonado. Conchi Palomo añade: «Cuando estaba la Villalobos venían a limpiar todos los días y no estaba todo tan sucio».

Pepe Leiva se queja de que hay vecinos que le dan de comer pan a las palomas y jóvenes que dejan los trozos de pizza de los bancos.

Se suma Cristóbal Menacho, el presidente de la Asociación de Vecinos de Puerta Blanca. En un momento han ido bajando unos y acercándose otros y ya hay un buen grupo de residentes exponiendo la situación. Se suman José Olalla e Inmaculada Rodríguez y le preguntan a Begoña Medina cuándo se va a solucionar por fin lo de los roedores. Ella explica que hace unos meses, concretamente en julio, el PSOE llevó una iniciativa a la comisión de Medio Ambiente, que fue aprobada por todos los grupos, con abstención de Vox, en la que el Ayuntamiento de Málaga se comprometía a incrementar los esfuerzos en desratización y desinsectación. «Sólo dedican 200.000 euros a este cometido en toda la ciudad, y sólo trabajan cuatro técnicos; es imposible acabar con tantos focos de ratas, Virgen de Belén y otras zonas de la carretera de Cádiz están igual», subraya. «Las ratas existen, y siempre va a haber, pero hay ciudades que realizan un mejor control de estos roedores, que provocan tantas enfermedades».

La portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, pedirá una comparecencia al concejal de Seguridad, Avelino Barrionuevo, para que en la próxima comisión del área «dé explicaciones sobre el incremento en el último año en hasta un 160% de las sanciones a mujeres en contextos de prostitución», como criticó este miércoles a las puertas del Ayuntamiento. En concreto, de las 178 multas impuestas, 167 fueron a mujeres (94%) y 11 a proxenetas (6%).

La también líder de IU en la provincia considera que esta actitud es «machista y aporofóbica», y subraya que el equipo de gobierno del PP «estigmatiza a las mujeres, que ya son víctimas de una profunda vulneración de derechos».

Para Morillas, la realidad es que la estrategia del Ayuntamiento está equivocada, ya que la ordenanza de convivencia contempla sanciones por las prácticas sexuales en la vía pública, «lo que está suponiendo que a mujeres que ya están en situación de vulnerabilidad se les apliquen sanciones que pueden llegar hasta los 1.500 euros, generando una mayor situación de pobreza y vulnerabilidad económica».