Proyecto Hombre 2020: Más mujeres atendidas por «haber tocado fondo» y menores cada vez más jóvenes «enganchados» a las TIC

Trabajadores y voluntarios redoblaron esfuerzos y mediante atención telefónica o videoconferencia siguieron acompañando a quienes en ese momento más los necesitaban. Así lo ha resaltado Juan Serrano, vicepresidente de la Fundación Cesma-Proyecto Hombre Málaga, en el transcurso de la presentación este sábado de la memoria anual de esta institución, que durante el pasado año contó con un presupuesto de 1.100.000 euros, un 60% del mismo procedente de ayudas públicas y privadas; un 26% fueron aportaciones de usuarios y el 14% restante se sufragó con actividades y donaciones.

Más de 1.400 personas fueron atendidas, 100 más que en 2019 y en donde los demandantes han seguido siendo principalmente hombres: Un 68,5% frente a un 31,4% de mujeres, que superan con creces el «porcentaje histórico del 25% que se alcanzó el año anterior», ha subrayado Belén Pardo, directora de Proyecto Hombre Málaga.

Pero si ellos acuden mayoritariamente por un problema de adicción a sustancias, principalmente cocaína y cannabis, ellas lo hacen cuando sienten que ya han «tocado fondo» o cuando los problemas familiares en casa son «insostenibles». Lo hacen más tarde (la media de edad es de 42 años frente a los 35 de los hombres) y cuando ya no pueden más: «Llegan más deterioradas física y psicológicamente; más solas o acompañadas por otras mujeres, y son mayoritariamente divorciadas, casadas y viudas. Entre los usuarios, hay un 20% más de solteros que de solteras», precisa Pardo.

La directora de Proyecto Hombre ha querido llamar la atención sobre la «invisibilización» que existe de las adicciones, pese a unos cifras que no dejan de crecer. «Esto tiene una parte positiva y es que no estigmatizamos a las personas que tienen un problema de adicción, pero en contra, parece que el problema no existe y por tanto no hay apoyos ni una conciencia social que dé una respuesta más global». En esta misma línea se ha mostrado el obispo de Málaga, Jesús Catalá, quien ha puesto de relieve como frente al aumento en el consumo de drogas y su incidencia cada vez mayor en los jóvenes, hay una sociedad menos concienciada con la gravedad del problema. Asimismo, ha puesto en valor el trabajo que realizan desde Proyecto Hombre para rescatar y «regenerar» a personas completamente desestructuradas y ha llamado la atención sobre el papel tradicional de las familias como germen de la educación en valores que eviten llegar a esas situaciones.

Precisamente, hasta el año 2020 acudían más menores por consumo de drogas, pero tras el confinamiento, se han equiparado los programas por consumo con los llevados a cabo por comportamientos disruptivos, donde la mayoría de ellos están asociados al uso de las nuevas tecnologías de la información (TIC) y a la dificultad de los padres a poner límites. «Vienen cuando el problema se ha agravado y sienten que se les ha ido de las manos. La postura del menor (ahora atienden desde los 13 años y hasta los 18) es: 'Mis padres me rayan' y la demanda de los padres es: 'No puedo con el bicho'», alerta Pardo. «Desde Proyecto Hombre hacemos un programa de prevención para regular los límites de los chicos a través del compromiso, trabajo grupal, conexión con sus homólogos y con herramientas a padres para que sepan poner límites a la vez que expresan el afecto sin tener que elegir entre ambos», explica Pardo, quien aclara que en muchas ocasiones son padres y madres que se culpan de sus ausencias por motivos laborales y lo compensan con un exceso de libertad al menor».

Una labor reconocida desde el Ayuntamiento de Málaga, que colabora con Proyecto Hombre en un programa de prevención a menores, tal y como destacó el alcalde, Francisco de la Torre, acompañado en el acto por el concejal delegado de Derechos Sociales, Francisco Pomares.