Los trabajadores de FAISEM piden la dimisión de la gerencia

Con silbato en mano y al grito de «FAISEM no se cierra. FAISEM no se privatiza. Gerencia dimisión». Así arrancaba la manifestación convocada por CCOO, UGT y CGT, que ha partido este viernes por la mañana desde la Plaza de la Marina para dirigirse hasta el Ayuntamiento, y que ha contado con numerosos trabajadores y usuarios de la Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental (FAISEM), así como de varias representaciones políticas en forma de apoyo.

Una concentración con la que los trabajadores de esta fundación buscan evitar la privatización del servicio de atención de salud mental, así como luchar por los derechos que, en su opinión, les están siendo cada vez más arrebatados, además de la dimisión al completo de la gerencia de esta entidad pública. «Tenemos un convenio colectivo en vigor de 2006/2009 y ahora nos intentan implantar otro, empeorando las condiciones laborales. La calidad que FAISEM ha prestado a los usuarios de salud mental ha sido siempre al 100% y a día de hoy los profesionales no podemos garantizar esa profesionalidad porque estamos desbordados a nivel laboral», declaraba Patricia Estébanez, delegada sindical de CCOO.

Una situación que, según explican, ha venido empeorando desde la entrada del actual gobierno de la Junta de Andalucía en el año 2019, y que ya ha llegado a ser «insostenible». Mercedes Martos, de CGT, apuntaba durante su intervención que las plazas vacantes se están externalizando con contratos de licitación, algo que está llevando a la «privatización de parte de la fundación, deteriorándola por dentro», a la vez que denunciaba que algunos compañeros y usuarios han recibido coacciones en forma de llamadas telefónicas por parte de superiores de FAISEM.

Un aspecto que han querido destacar ha sido precisamente el de los usuarios que reciben los servicios de atención de salud mental, quienes se convierten en los principales afectados por esta situación. «Ellos son los más vulnerables. No pueden hacer actividades de ocio ni disfrutar de las instalaciones de las casas hogares porque no hay tiempo. Somos dos monitores para más de 20 usuarios. No podemos atenderles como deberíamos», comentaba Alba Barrionuevo, delegada sindical de UGT.

Durante la manifestación, los trabajadores y usuarios de la fundación han contado con el apoyo de varias representaciones políticas de partidos de la oposición del gobierno de la Junta de Andalucía. Uno de ellos ha sido José Luis Ruiz Espejo, diputado en el Parlamento, quien ha denunciado que este tipo de situaciones «es la expresión del deterioro de los servicios públicos en Andalucía, y especialmente de la Consejería de Salud». A su vez ha solicitado que se dediquen más recursos a esta clase de servicios y que se establezca «una estrategia clara para reforzar todo lo que tenga que ver con la salud mental y atender de forma adecuada a los enfermos y usuarios de esta fundación».

En la misma línea se ha mantenido la candidata de Por Andalucía en Málaga, Maribel González, exponiendo que «la Junta de Andalucía está siguiendo el mismo modus operandi que en el resto de servicios públicos básicos de Andalucía, como es el de recortar en servicios, recortar en derechos y recortar en dignidad». Al mismo tiempo, ha subrayado que no es comprensible que esta situación de precariedad de los trabajadores se siga manteniendo dentro de los servicios públicos, «y más en una cuestión tan importante como es la integración social de las personas enfermas y que tienen trastornos de salud mental».

Carmen Máximo, número uno en las listas de Adelante Andalucía en Málaga, ha acentuado las «adjudicaciones de puestos a dedos» y las coacciones recibidas por parte de responsables de FAISEM: «Este es el Partido Popular del suavón de Moreno, como dice Teresa Rodríguez. El que no gobierna para todos, sino que gobierna principalmente para quien tiene dinero, como la fundación o la empresa con la que acaba de concertar este servicio, que debería ser público y respetar todos los derechos de las trabajadoras y trabajadores, y sobre todo, de las personas dependientes».