«Si aún no se ha producido un estallido social ha sido por el trabajo de las asociaciones»

La red de Cáritas, en más de 150 parroquias de la provincia, alcanza todos los municipios de Málaga. Su director, Francisco José Sánchez Heras, recuerda que el estallido de peticiones de ayuda comenzó «inmediatamente» y distingue entre tres grandes grupos de solicitantes: «Hay gente a la que ya echábamos una mano antes de la pandemia, otros que nunca antes habían venido y muchos que dejaron de venir porque la crisis anterior había medio pasado y ahora han tenido que volver». La situación, insiste, es «de mucho sufrimiento», especialmente entre trabajadores que ni siquiera con un empleo han conseguido salir de la precariedad durante estos últimos años: «Hemos percibido que muchas personas vivían en una economía de subsistencia, desde empleadas de hogar hasta profesionales de la construcción y la hostelería o el turismo, trabajadores que cobraban de forma sumergida o gente que se dedicaba a actividades marginales como la recogida de chatarra».

Sánchez Heras recuerda que la atención de asociaciones sin ánimo de lucro ha salvado a muchas familias hasta ahora: «Si no ha habido un estallido social ha sido por el trabajo de las asociaciones, que han dado una respuesta de emergencia, pero hace falta que lleguen las ayudas y se reactive el empleo porque tenemos mecanismos de integración frágiles y una parte de la población vive en riesgo de exclusión». Desde Cáritas también destacan el papel de muchas mujeres que trabajaban «limpiando casas y cuidando a niños o ancianos porque el marido estaba en paro y ahora se han quedado sin ingresos». Con la vida suspendida.