Problemas de movilidad en la calle Gabriel y Galán

En la calle Gabriel y Galán, situada en Pedregalejo, hay un problema de movilidad que enfada a algunos residentes. «Aquellos que tenemos movilidad reducida o los que portan carritos de bebé nos vemos obligados a bajarnos de la acera en esta calle, pues hay algunos tramos, como se muestra en las fotografías, en los que es imposible continuar, puesto que hay postes y señales que impiden completamente el paso. Es una calle en la que los coches quedan aparcados a un lado y los vehículos que pasan no tienen gran margen de maniobra para quedarse a un lado si te ven. En definitiva, es peligroso bajarse a la calzada», comenta una lectora habitual de SUR residente de esta zona.

Es por ello que los denunciantes piden a las administraciones pertinentes, que suelen reaccionar con premura en este barrio, que estudien la manera de sustituir este mobiliario para hacer accesible y cómodo el paso a todos aquellos viandantes que se tienen que «echar a la carretera» para pasar o simplemente deciden evitar esta calle dando pequeños rodeos. «He llegado a cambiar mi recorrido sumándole unos cuatro minutos de más para no toparme con la farola y la papelera que imposibilita el paso», comenta la lectora.

Esta calle, que había sido mencionada con anterioridad en esta sección por surcos en el asfalto, tiene el mismo problema que denunciaban hace tiempo los viandantes de Luis Taboada, en El Palo, barrio colindante. En esta zona hay un poste de la luz, unido a una señal y a la posición de contenedores, que imposibilitan el paso si eres una persona con movilidad reducida o portas alguno de los carritos mencionados anteriormente (también de la compra).

«El centro mejora, pero nuestra plaza no». Con esta frase contundente comienza su queja una residente mayor de la plaza San Francisco, situada en el corazón del centro histórico. «Se hacen obras de mejora en Carretería y Álamos, pero nosotros seguimos con pintadas, hedor a orina por doquier y mucha delincuencia en los callejones colindantes a esta plaza», apunta, y espera que el propio ensanche del Centro haga que las administraciones mejoren una plaza que lleva tiempo siendo refugio de malos hábitos. De momento, este fin de semana seguirá siendo un lugar poco recomendado para transitar a ciertas horas de la noche.

La situación que viven los comercios en la plaza Olé comienza a ser alarmante. «Empezaron las obras a finales de mayo, con la consecuencia de tener que cerrar los negocios de la plaza, la mayoría bares y restaurantes, y a día de hoy la plaza sigue levantada y la obra parada. Los negocios no recibieron ninguna ayuda del Ayuntamiento y a día de hoy no se sabe ni cuándo continuarán con la obra», explica Raquel Bautista, lectora habitual de este periódico.

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