Aunque el Obispado de Málaga no ha solicitado aún formalmente la licencia de obras para el proyecto de cubierta para la Catedral, que ha elaborado en los últimos años y que cuenta ya con el visto bueno de la Consejería de Cultura, como avanzó SUR el pasado 17 de mayo, el Ayuntamiento empieza a dar los primeros pasos para facilitar el estudio de esta compleja actuación diseñada por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto. La Gerencia Municipal de Urbanismo ha acogido este lunes la reunión de una delegación diocesana, encabezada por el deán de la Catedral, Antonio Aguilera, con los departamentos municipales de Ordenación del Territorio y Bomberos para sentar las bases del análisis del proyecto. Al encuentro han asistido el concejal de Urbanismo, Raúl López, y el de Seguridad, Avelino Barrionuevo.
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Junto con el pronunciamiento de Cultura, que volverá a emitir un informe dentro del procedimiento para conceder el permiso de obras, resulta clave el estudio que se haga desde el Cuerpo de Bomberos, en relación a las condiciones de seguridad del proyecto y las vías de evacuación y acceso diseñadas. Cabe recordar que la cubierta planificada por la diócesis prevé que pueda ser visitada tanto por dentro como por fuera.
La Catedral de Málaga encara la reanudación de las obras que quedaron paralizadas a finales del siglo XVIII por falta de recursos económicos con la construcción de un tejado que sigue las trazas del que el arquitecto Ventura Rodríguez dejó dibujado en 1764. Para que pueda materializarse este proyecto, además de obtener los permisos de obra del Ayuntamiento y un nuevo informe positivo de la Consejería de Cultura, la diócesis deberá articular los mecanismos de financiación de una actuación valorada en unos diez millones de euros que confía en poder cubrir en gran parte con ayudas de las administraciones públicas.
El proyecto diseñado por la diócesis prevé un tejado a dos aguas, formado por una estructura de madera laminada y acero, que estará cubierto con tejas de cerámica vidriada en dos colores, miel y crema, para asemejarse a los tejados de la iglesia del Sagrario y del palacio episcopal.
Esta cubierta vendrá a reemplazar al actual recubrimiento de las bóvedas con una solución 'a la catalana', formada por una piel de láminas de plomo recubierta con ladrillos, que no ha dado los resultados esperados. Aquella obra de 2009, impulsada por el Gobierno central, la Junta y el Ayuntamiento, que sufragaron los casi dos millones de euros que costó, ha arrojado en los últimos años claros síntomas de ineficacia y deterioro irreversible.
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El proyecto elaborado por la diócesis ha estudiado en detalle el sistema de evacuación de aguas de esa nueva cubierta, que tendría la ventaja de que sería 'registrable' en todo momento para reparar cualquier incidencia. Para ello se ha previsto realizar nuevos canales sobre los originales, que no se perderían, y bajantes más eficaces que recogerían el agua no solo de la cubierta superior, sino también de las intermedias situadas sobre las capillas del edificio. Asimismo, contempla la construcción de una nueva cubierta a cuatro aguas para la actual sacristía, ya que la actual se encuentra muy deteriorada. A nivel estético, el diseño planteado añade la opción de construir la balconada que bordea el perímetro de la cubierta superior en el diseño del siglo XVIII.
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