Murillo se sube al coche eléctrico

En su día fue un cambio de tónica, e incluso hubo piques con otros dirigentes locales por ganar la carrera ambiental y de la sencillez.

Después, el Ayuntamiento se sumergió en el proyecto Zem2All de movilidad sostenible con coches eléctricos en abril de 2013. El mayor plan de I+D+i que el Gobierno nipón mantenía por aquellas fechas con España. Un desembolso de 60 millones de euros (de los que Mitsubishi, Hitachi y el Estado japonés pusieron 45; y Endesa, Ayesa y Telefónica aportaron otros 15), en el que el Ayuntamiento de Málaga aportó su soporte técnico, espacios en sedes municipales y se volcó a través del área de Nuevas Tecnologías.

Málaga fue el escenario de operaciones de una smartcity, una ciudad sostenible a diez años vista. Pero se quedó diez años atrás. A día de hoy, como publicó este periódico (SUR, 24/8/2020), todas las conexiones de recarga de Zem2All están fuera de servicio: 29 en total, que no sirven para nada, según el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU). Toda esa euforia por la movilidad sostenible se quedó en eso, y lo cierto es que el Ayuntamiento no fue capaz de mantener la infraestructura, y los puntos de recarga eléctrica en los párkings municipales apenas tienen uso, como publicó este periódico después de hacer una pequeña investigación sobre los mismos. Máxime cuando para usarlos hay que ir a comprar una tarjeta a la sede de Smassa en el túnel de la Alcazaba, y para terminar de animar al personal, el interesado necesita dejar el coche cargando siquiera cinco o seis horas (carga total), así que al final cuesta más el párking que la recarga. A no ser que se conduzca un Tesla con carga trifásica, que cargaría en dos horas. Un tiempo prolongado por lo que resulta un servicio desfasado en cualquier caso.

Lo cierto es que comprarse un coche eléctrico es cada vez una misión más imposible en esta ciudad, y tampoco es atractivo en el resto del país. Pero, entre medias, llegaron las ayudas para hacerlo a través del plan Moves del Gobierno.

Días atrás, de repente, en la calle Roma había un flamante coche eléctrico negro que nadie sabía de quién era y sobre el que se preguntaban los conductores del Ayuntamiento Lo que sí se adivinaba es que se trataba de un coche particular. Finalmente, aparecía su propietaria, la socialista Alicia Murillo, la primera edil de la Corporación que tiene un coche propio de estas características que se tenga conocimiento.

Rauda, veloz y sonriente bajó la concejala para dar cuenta de su nueva adquisición. «Es toda una inversión en términos económicos», como explica, a lo que añade que es «una delicia conducir por los Montes de Málaga y saber que tu coche no está contaminando y se que se recarga cuando bajas».

Murillo puntualiza que ella no tenía intención de comprarse un coche que le costara más de 20.000 euros. Ese era su tope. Pero, como buena economista empezó a interesarse por las ayudas del Gobierno a la movilidad sostenible, el plan Moves, con el que se podía ahorrar y se ahorró 5.500 euros. Después, estudió que con tan sólo 3,5 euros de electricidad el coche en cuestión podría desplazarse 450 kilómetros, así que haciendo cálculos ahorraría de 1.000 a 1.500 euros de combustible al año. «Con estos cálculos, a los seis años me costaría lo mismo que un coche de combustión más barato. Y por último, la revisión de estos automóviles es baratísima, porque el motor es muy sencillo, 40 euros en vez de los 200 ó 300 euros que puede costar en un coche convencional», puntualiza. El punto habitual de recarga es un enchufe de los de toda la vida en el aparcamiento de su comunidad de propietarios, para el que sólo hubo de comunicarlo a los vecinos. «Lo cierto es que es mi mejor inversión, estoy muy motivada«, dice alegre mientras abre el capó del vehículo para enseñar el motor limpio, inmaculado. «Además -dice- en los coches de combustión se pierde un 30% de energía, los eléctricos son mucho más eficientes».

El modelo es un Kia e-Niro, que no puede recargar en el propio Ayuntamiento ni pagando porque el poste que hay es privativo para los coches municipales. Así estamos.

 

El mundo de los habilitados nacionales ha venido dando mucho que hablar desde el otoño cuando se convocó la plaza para la Secretaría General del Ayuntamiento de Málaga, entró a cubrirla de forma provisional el profesor universitario y exportavoz municipal de IU Pedro Moreno Brenes, que estuvo dos meses en el puesto hasta que Alcaldía nombró, a través de la libre designación, lo que viene llamando a dedo, a la actual secretaria general Alicia García Avilés, el 20 de noviembre.

Tras su toma de posesión, tanto Moreno Brenes como el secretario general del Ayuntamiento de Vélez-Málaga, Benedicto Carrión, que habían concurrido ambos al proceso de selección, lo impugnaron a través de un recurso de reposición, que el Ayuntamiento contestó de forma negativa.

Tras esto, ambos se estaban planteando ir a un contencioso-administrativo, que aún no han descartado, cuando esta semana la Diputación Provincial ha resuelto quién será el nuevo secretario general, que cubra el puesto de Alicia García Avilés, que antes ejercía en el ente supramunicipal. El nuevo secretario general de la Diputación es, precisamente, el actual secretario general de Vélez, Benedicto Carrión, que el lunes recibió la llamada y la enhorabuena del presidente de la Diputación, Francisco Salado. Así que ese ha sido el movimiento de fichas en las secretarías generales, que tan entretenido ha tenido a los funcionarios del cuerpo...y a algunos más.