La vacuna, que es la gran esperanza en la lucha contra el coronavirus, ya ha empezado a inyectarse en Málaga. Es una carrera de fondo que comenzó ayer y que se prolongará a lo largo de 2021 con la intención de ofrecer inmunidad a ... la población frente al SARS-CoV-2 para superar una enfermedad que lleva un año causando contagios y muertes. En el caso de la provincia de Málaga, 130 personas recibieron las primeras dosis de Pfizer y BioNtech: fueron 74 ancianos de la residencia de la Junta de Andalucía en El Palo, seis trabajadores de ese geriátrico y 50 profesionales, de distintas categorías, del Hospital Clínico que combaten el Covid en primera línea. Eugenia, una residente de 88 años, fue la primera persona que recibió la vacuna en Málaga. «No tengo miedo, estoy tranquila; no me encuentro nerviosa», aseguró convencida. Según dijo, no temía la posible reacción de la vacuna. «Esto hay que hacerlo; ya está», afirmó.
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Los viales con las vacunas llegaron a la residencia de El Palo a las 13.43 horas en una furgoneta de color blanco de la Consejería de Salud y Familias, conducida por un técnico sanitario. El vehículo fue escoltado por un coche camuflado en el que iban dos agentes de la Unidad de la Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Eugenia, primera vacunada en Málaga
Las vacunas las puso el enfermero Enrique Vargas, del distrito sanitario Málaga, que cuenta con el título de RCP. Con él, estuvieron trabajando los también enfermeros Yolanda Gómez y Antonio de los Ríos, que se encargaron de la parte administrativa y de preparar la vacuna para ser inyectada. Asimismo, estuvieron presentes durante el proceso de vacunación el gerente del distrito sanitario Málaga, Enrique Vargas, y el coordinador de los enfermeros del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), Cecilio Linares.
Si Eugenia fue la primera en vacunarse, la segunda fue Inés, una mujer que pidió a los sanitarios que le pusieran la dosis «con la aguja chica, pero que mate al bicho». Pese a que estaba previsto inyectar las dosis a 80 residentes, al final fueron 74, porque uno había fallecido, otro se encontraba hospitalizado tras una operación, dos rechazaron la vacuna y los familiares de otros dos se opusieron. Por tanto, se vacunó a seis trabajadores de la residencia para no desperdiciar ninguna dosis. La vacunación finalizó sobre las cinco y media de la tarde sin que los vacunados presentasen síntomas de una reacción adversa, dijeron fuentes consultadas por este periódico, que indicaron que habían apreciado mucho interés entre las personas de la residencia, tanto ancianos como trabajadores, en vacunarse.
José luis velasco, neumólogo
Por su parte, los viales llegaron al Hospital Clínico sobre las dos y media de la tarde y se guardaron en la cámara frigorífica del servicio de farmacia. El medio centenar de profesionales a los que se vacunó fueron citados a las 15.00 horas. El primero en recibir la inyección fue el neumólogo José Luis Velasco. Tras inyectársele la dosis manifestó sentir una alegría enorme. «Estamos viendo la luz del túnel que empezó en marzo, cuando todo era oscuridad. Es una alegría saber que la vacuna va a llegar a todas las personas», dijo el doctor Velasco, quien tuvo un recuerdo para los enfermos que no superaron el Covid. Y dejó claro que la vacuna es el mejor equipo de protección para los sanitarios.
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Virgina arroyo, celadora del clínico
La celadora Virginia Arroyo, que fue la segunda profesional del Clínico en recibir una dosis de Pfizer, expresó que se sentía bien. «Estábamos todos un poco expectantes, porque no sabíamos cómo iba a ser, pero bien. Hay que vacunarse para que esto acabe de una vez. Nosotros, en la planta Covid, hemos pasado mucho y visto a mucha gente solita. Lo importante es que esto salga para adelante entre todos», destacó la celadora.
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El gerente del Hospital Clínico, José Antonio Ortega, agradeció la implicación demostrada por los profesionales del centro para que todo saliera perfectamente. «Hoy es un día histórico para Andalucía, Málaga y nuestro hospital. Somos un centro hospitalario pionero en cuanto a la aplicación de la vacuna se refiere. Para los profesionales y para mí, es un orgullo ser el primer hospital que vacuna contra el coronavirus en Málaga», destacó Ortega.
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José Antonio ortega, gerente del clínico
La primera jornada de vacunación contra el Covid acabó en el Clínico sobre las siete y media de la tarde sin que ninguno de los vacunados manifestase alguna reacción tras la inyección. El hospital tiene disponible un teléfono para notificar cualquier efecto secundario que note alguna de las personas a las que se puso la vacuna. La segunda dosis se inyectará dentro de 21 días, tanto a las 74 personas mayores de la residencia y a los seis trabajadores de la misma como a los 50 profesionales del Clínico. La inmunidad se logra entre siete y diez días después de la segunda dosis. La vacuna de Pfizer tiene una efectividad del 95 por ciento, según los ensayos clínicos realizados antes de su aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Hoy lunes solo se vacunará en el centro residencial de Estepona, donde se pondrán en torno a un centenar de dosis. Por una cuestión logística, la campaña de vacunación continuará el martes por las residencias de mayores, los centros sociosanitarios y los hospitales. En la provincia de Málaga hay 38 puntos de vacunación, de los que 15 son móviles,
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Aunque la vacunación es voluntaria, las autoridades sanitarias confían en que el volumen de personas que se pongan la vacuna sea elevado, puesto que de esa forma se conseguirá la llamada inmunidad de grupo o de rebaño. Para ello, es necesario que al menos se vacunen el 70 por ciento de los ciudadanos.
La de ayer domingo no fue una jornada habitual en la residencia de El Palo, ya que la rutina diaria se vio alterada por una vacunación histórica vivida con expectación en el centro.
Los sanitarios encargados de preparar la logística para la vacunación llegaron sobre las 10 horas. Entre ellos, el gerente del distrito sanitario Málaga, Enrique Vargas. A partir de ese momento, llegó la espera. Hasta la verja de entrada donde estaban los periodistas se acercó Rosario Molina, una residente de 80 años, que confiaba en que «todo salga bien y se pare esto ya».
También fue continuo el trasiego de familiares de internos para firmar el documento de consentimiento para recibir la vacuna. Fue el caso de María Victoria Casado Sánchez, nieta de Miguel Sánchez Ruiz, quien dijo: «La vacuna tiene sus efectos secundarios, pero hay que ponérsela porque es la única solución para que podamos volver a vernos con normalidad».
Unas dosis que pudieron empezar a ponerse cuando a las 13.43 horas llegó desde Granada la furgoneta de la Junta escoltada por un coche camuflado de la Policía Nacional con las esperadas vacunas.
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