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La ruptura del pacto de investidura entre PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga no parece que vaya a suponer el fin del mandato de Francisco de la Torre, pero sí que va a cortarle las manos al equipo de gobierno popular a la ... hora de tomar grandes decisiones en el Salón de Plenos. Cierto es que a tres meses de las elecciones municipales del próximo 26 de mayo quedan pocos asuntos de peso por acometer en los que el alcalde necesitaría el apoyo de sus hasta ahora socios de investidura, pero sí que hay uno de enorme calado para la ciudad: los presupuestos de este año. En el Área de Economía aún andan haciendo números para terminar de perfilar las cuentas municipales, así que en el mejor de los casos entrarían en vigor prácticamente en vísperas de los comicios locales. Ahora, en el nuevo escenario abierto tras la ruptura de esta alianza ante la negativa del alcalde a aceptar el ultimátum de Ciudadanos de destituir a sus concejales Francisco Pomares y Teresa Porras tras haber sido citados a declarar como investigados en el caso 'Villas del Arenal', todo apunta a que el Ayuntamiento de Málaga terminará el actual mandato con los presupuestos prorrogados de 2018. Una situación de interinidad que no afecta al gasto corriente ni al pago de las nóminas, pero sí que mantiene en suspenso tanto la ejecución de nuevas inversiones como el abono de ayudas y subvenciones.
A día de hoy, se antoja remota la posibilidad de que Ciudadanos, aún estando fuera del pacto de investidura, apoyara los presupuestos de 2019, a pesar de que las cuentas que se están ultimando tienen un claro sello naranja en virtud del acuerdo que Francisco de la Torre y Juan Cassá escenificaron el pasado 21 de diciembre para sacarlas adelante. También podría el PP buscar apoyos en otras formaciones, pero con la precampaña a la vuelta de la esquina parece difícil que en el bloque de izquierdas vayan a ofrecer ahora una alianza a los populares.
El documento que PP y Ciudadanos consensuaron gira en torno a diez grandes ejes, entre los que cobran especial peso la reducción de la deuda municipal con la intención de recortarle otros 60 millones el próximo ejercicio hasta dejarla en 407 millones (por debajo del 70%), una ligera rebaja de las polémicas plusvalías por herencia y darle impulso a grandes proyectos de la ciudad, con la semipeatonalización de la Alameda y del eje Carretería-Álamos como principales obras.
En este listado figuran dos actuaciones que recientemente han recibido el visto bueno de la Junta de Andalucía para echar a rodar: la apertura del monte de Gibralfaro a la ciudad, que recibiría una inyección de 1,19 millones, y la demolición del Astoria, para la que se destinaría otro millón de euros.
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