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Si la semana pasada el diputado nacional Guillermo Díaz explicaba que de entrar el exnaranja Juan Cassá en el equipo de gobierno del Ayuntamiento para ... ellos sería un tercero, y la portavoz municipal Noelia Losada afirmaba que ellos iban a cumplir el pacto de gobierno y que el alcalde Francisco de la Torre era libre de hablar con Cassá, se ve que estos días se han ido calentando los motores tras una serie de desencuentros en el Ayuntamiento y quejas dentro de la militancia del partido. Esto ha llevado a Losada a decirle al regidor que no quieren a Cassá dentro del gobierno. «Bajo ningún concepto», añadían fuentes del partido consultadas.
Su empeño sigue siendo que el tránsfuga de Ciudadanos, su exedil, Juan Cassá, su cabeza de cartel, que mañana pasará a ser no adscrito en el pleno extraordinario, donde se dará cuenta de su nueva condición, entregue su acta y abandone el Ayuntamiento. «Si el alcalde negocia con él para entrar en el equipo de gobierno, tendríamos que renegociar nuestro pacto», puntualizaron. De hecho, indicaron que les parece «francamente mal» y que así se lo han hecho llegar a De la Torre.
La nueva tesitura, con un gobierno en minoría de PP y Ciudadanos, con 15 ediles frente a los 16 de la oposición, es comprometida. Pero para Ciudadanos lo que cuenta es que con el PP forman un gobierno estable y que lo único que hay que hacer en esta situación es buscar apoyos puntuales de la oposición, PSOE y Adelante Málaga, para ir aprobando las cuestiones que les interesan, ya que estiman que como está la ciudad tras la crisis sanitaria y económica no cabría una moción de censura.
Como en Ciudadanos hay varias voces quejosas con la negociación del alcalde con Cassá, algunas estimaban que si sigue en esa línea no les quedará otra que romper el pacto de gobierno y marcharse a la oposición.
Otras subrayaban que la percepción que tiene el PP es que Cassá tiene que estar en el equipo de gobierno «porque así lo amarran» y «le están ofreciendo áreas pese a que él, nos consta, no las ha pedido».
En el entorno popular, en donde también parecen estar tensos con esta situación, ya que entienden que el alcalde lo único que está trabajando es en pos de la estabilidad de Málaga, hablan sin tapujos de la necesaria aritmética, es decir de los 16 concejales que necesitan para aprobar y sacar adelante las ordenanzas fiscales, los presupuestos y proyectos de ciudad que requieren la mayoría absoluta, es decir de las cuestiones que son ejecutivas del pleno. Otros son más duros y preguntan: «¿Es culpa nuestra, del alcalde, lo que les ha pasado con Cassá? ¿Quién no ha controlado a su edil?».
El enfado viene del pasado fin de semana cuando el alcalde, al parecer y según cuentan fuentes muy bien informadas, le dejó caer a Losada que a lo mejor podría descargarse de algún área en concreto porque tenía mucho trabajo. Eso encendió las alarmas de los naranjas, que no están dispuestos a dejar ninguna de sus competencias por el camino, situación, además, que ha sublevado a otras instancias del partido que sienten que De la Torre les está ninguneando. Otras voces más prudentes decían ayer que «el pacto con el alcalde es bueno, funciona, nos llevamos bien, da estabilidad a la ciudad, ¿por qué tenemos que romper la armonía que tenemos?».
El caso es que como Ciudadanos empieza a sublevarse más de la cuenta y no quieren que Cassá sea un tercero dentro del equipo de gobierno y la situación empieza a tensarse con los dimes y diretes, De la Torre ha convocado a Losada a una reunión del pacto de gobierno para analizar cómo se está desarrollando. Confinamiento, crisis y Cassá, las tres 'c' que traen al alcalde de cabeza. Y ahora, de no manejarla bien, podría sumarse una cuarta: Ciudadanos.
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