Pedro Navarro interviene en el pleno de la ciudad.
La Casona del Parque

El presidente del Colegio de Médicos se rebela en el pleno de Málaga: no al estatuto

Pedro Navarro expone que lo consideran «una injusticia». Pacientes y sindicatos se quejan del «colapso del SAS». PP, PSOE y Con Málaga no llegan a acuerdos: se ponen de perfil o barren para sus siglas

Miércoles, 5 de marzo 2025, 00:17

No se recuerda, o hubo de ser décadas atrás, que el presidente del Colegio de Médicos fuese al pleno de la ciudad de Málaga a ... protestar. Así sin ambages. Parecía que la primera vez que iba a venir el reelegido Pedro Navarro a una sesión plenaria sería en la solemne ceremonia de entrega de la Medalla de la Ciudad al Colegio de Médicos, pero se ve que el estatuto marco que está elaborando el Gobierno y que regulará sus condiciones laborales le ha hecho arribar antes de tiempo.

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No es que sólo fuera a protestar Navarro o el sindicato de médicos sino que también lo hacían pacientes de la sanidad andaluza o el sindicato Comisiones Obreras por la situación del SAS. Nadie está contento.

Pedro Navarro exponía que quería mostrar «su profunda preocupación y su firme oposición» a la tramitación del anteproyecto del estatuto médico porque es «un retroceso en derechos y a la asistencia de la población en general». Se quejaba de que la normativa quería equiparar la profesión médica con otras profesiones sanitarias, «sin tener en cuenta los años, las competencias, los conocimientos y la formación» de los médicos, y daba cuenta de que entre la carrera y el MIR podía dedicar 11-12 años de su vida cuando en otras no llegaba a los cuatro años o incluso menos. «Creo que es una injusticia y un agravio», y explicaba que el médico es el único personal sanitario que tiene competencias para «diagnosticar, curar y llevar el proceso de una enfermedad».

Ana Duarte, del Sindicato Médico: «Esta propuesta del estatuto marco es un manual de esclavitud»

Explicaba que los facultativos «se sienten agraviados con sus condiciones laborales, que son deficitarias». Exponía que hay otro punto que genera controversia como es que los médicos al salir de sus carreras deban dedicar cinco años a la pública, aunque la alababa diciendo que «todos los médicos quieren trabajar en la sanidad pública porque tienen más competencias, los casos son más complejos y se puede investigar, pero que no se les puede obligar porque puede provocar una fuga de talentos fuera de España y a la privada». Daba cuenta de que otro de los reveses es que los jefes de servicio sólo puedan trabajar en la pública y que lo consideraban desacertado porque hay una gran falta de médicos y estos justamente tienen un gran prestigio. Entraba Navarro en las jornadas de guardias obligatorias diciendo que mientras que los españoles van a tener 37,5 horas de máxima al día, los médicos llegan a las 48 o incluso más y eso no les computa para su jubilación ni se pagan como horas extraordinarias. Que las nuevas jornadas de guardia serían de 17 horas, pero que la jornada normal deberán unirla a otro día. «Es inhumano». De la ministra de Sanidad, Mónica García, puntualizó que aparte de maltratarles había tenido «más en cuenta criterios ideológicos que sanitarios».

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Coincidía con Navarro la portavoz del Sindicato Médico Ana Duarte afirmando que la ministra «ha cometido un error táctico. »Nosotros, el Sindicato Médico, nos vamos a encargar de que junto a vuestra ayuda –y miraba a la Corporación– el resultado de su error sea la muerte de este anteproyecto de estatuto marco«, y añadía que el sentimiento que tienen hacía la ministra, a la que debían estar pitándole los oídos, es el de »decepción« y »traición«. »Queremos un sistema sanitario que cuide a los pacientes y a los sanitarios, y esa señora –decía de la ministra– se ha bajado del barco«, argumentaba. Ponía Duarte un ejemplo muy didáctico: un médico que se jubila con 38 años y 3 meses cotizados ha dedicado 20 años de su vida a guardias »sin la conciliación familiar que se pide para otras profesiones« o sin que estas horas coticen, como indicaba visiblemente enfadada. »Esta propuesta de estatuto marco es un manual de esclavitud«, puntualizaba.

Pacientes y sindicatos. Se quejan del colapso y falta de camas del SAS

Una paciente de la Asociación Estatal de Endometriosis Ana Isabel Ferrer se quejaba también del maltrato que sufrían, el retraso de las mamografías, y en su caso concreto, que esperaba una colonoscopia desde mayo de 2023, que si hacen las cuentas va a hacer dentro de nada dos años. Hablaba del «colapso del SAS» al igual que la representante de Comisiones Obreras María Trinidad Salcedo, quien criticaba «las políticas de Moreno Bonilla y su desvío de dinero a la sanidad privada» al tiempo que le pedía al alcalde que con el déficit de enfermeros y de camas que hay en Málaga se animara a crear un foro metropolitano para la sanidad, al igual que había hecho con otras cuestiones.

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Vox sí vota a favor de ambas propuestas

Finalmente, en la moción del PP, que pedía que el estatuto sea fruto del consenso y diálogo con los médicos y que se negocie con las comunidades autónomas, el PSOE y Con Málaga, socios de gobierno en España (PSOE y Sumar) se ponían de perfil y se abstenían, y el equipo de gobierno obtenía el apoyo de Vox.

Y respecto a la mejora del SAS y un plan de emergencia para evitar el colapso sanitario, que se abra el Hospital Pascual y que haya mayor inversión para el tercer hospital, que proponía el PSOE, así como que se amplíe el número de camas o se contrate a más profesionales sanitarios y que se incrementen los centros para la atención de enfermedades crónicas y cuidados paliativos, que demandaba Con Málaga, se topaba con los votos en contra del PP (Junta), y el apoyo de Vox, que en este caso lo hacía sin ambages, pero que habría que ver qué hubiera hecho de haber estado en algún gobierno.

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Que toca arreglar algo del Gobierno, el PSOE y Con Málaga miran para el techo; que se trata de la Junta, en este caso incluso peor, el PP vota en contra de todas las medidas, aunque algunas como que abra el Hospital Pascual incluso se han prometido. Muchos acuerdos se podían haber salvado, pero no había intención. Ni de unos ni de otros. Nada nuevo bajo el sol.

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