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Dispositivo similar al empleado por los agentes. SUR
Presencia policial que salva vidas

Presencia policial que salva vidas

Agentes del Cuerpo Nacional y de la Policía Local recuerdan el servicio conjunto en el que reanimaron a un hombre que sufría un infarto

Viernes, 22 de marzo 2019, 12:40

Las calles del centro empezaban a contagiarse del espíritu del Festival de Cine de Málaga. Era el primer viernes del certamen, el buen tiempo acompañaba, las alfombras rojas estaban recién colocadas y los distintos operativos a punto de empezar a funcionar. Mayor actividad es sinónimo de mayor población en el centro, lo que equivale a que los distintos cuerpos de seguridad aumenten su presencia en los puntos calientes, una decisión técnica que en esta semana cinéfila ha salvado una vida.

El Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Málaga llevaron a cabo un servicio conjunto en el que reanimaron a un ciudadano que había sufrido un infarto en plena plaza Uncibay. Un Zeta de la Policía Nacional estaba por la zona, patrullando. «¡Policía, policía!», gritaron algunos testigos. «Llegamos y había un hombre desmayado sobre una mesa de una cafetería», explican a SUR los agentes Jaime C. y José Antonio L.S. Inmediatamente lo tendieron en el suelo para comenzar a evaluar la situación e iniciaron la maniobra de reanimación cardiopulmonar. A los pocos segundos el hombre reaccionó y comenzó a vomitar, por lo que lo colocaron en posición lateral de seguridad, como mandan los protocolos. La mujer de la víctima y sus dos hijas estaban asistiendo la escena. Otros compañeros del CNP retiraron a las menores en el interior de la cafetería.

Mientras tanto, los agentes del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local estaban coordinando el dispositivo de seguridad del Teatro Cervantes. La radio que comparten con el CNP emitió la actuación con la persona infartada. «En nuestras furgonetas tenemos desfibriladores portátiles, por lo que decidí enviar a mi equipo, que tardó muy poco en llegar porque estábamos muy cerca», comenta el subinspector Castillo, a cargo de la unidad. «Cuando llegamos nos encontramos una situación complicada, había mucha gente alrededor».

Ángel García, Miguel Rascado y Daniel Martín, compañeros desde hace 18 años, iban con el subinspector. García fue quien instaló los parches y el desfibrilador comenzó a funcionar. «Cuando el hombre recibió la primera descarga se notó que entraba en sí y empezaba a sentir, percibimos un gran cambio. García explica que en el cuerpo reciben formación constante para el uso de este equipamiento, aunque es muy sencillo. «Solo hay que tener unas nociones básicas y la máquina va dando instrucciones». «Estuvimos un buen rato entre masaje y se efectuaron un total de dos descargas hasta que llegaron los sanitarios, que se hicieron cargo», añade Garcia.

Además hubo que colocar a la víctima una cánula de Guedel (conocida también como tubo de Mayo). Una enfermera del Colegio de Enfermeros de Madrid se prestó a ayudar y asesoró a los agentes en la colocación del conducto, una maniobra muy compleja. «El 061 nos dijo que la intervención conjunta hizo que este hombre salvase la vida», recuerda Castillo. «Este es de los mejores servicios que puede dar un Policía, y esta actuación refleja la importancia de la colaboración, desde todos los cuerpos a la enfermera que se prestó a ayudar, todo el mundo puso su granito de arena», añade el subinspector. El agente del CNP José Antonio L. S. fue al hospital aquella noche a conocer su estado. Según ha podido saber SUR por fuentes hospitalarias, la víctima permanece ingresada en la UCI estable dentro de la gravedad a la espera de evolución.

Cuando el Zeta 11 recibió la petición del auxilio, el hombre estaba inconsciente. «Cuando se metió en la ambulancia estaba hablando con los médicos y sus familiares», concluye satisfecho L. S.

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