Imagen de la presa del Tomillar, al norte del Parque Tecnológico de Andalucía. SUR

La presa 'salvavidas' de Málaga que garantiza agua para diez días en caso de emergencia

El Tomillar, por sus dimensiones, llenado y cercanía a núcleo urbano es de categoría A en cuanto a nivel de peligrosidad y está permanentemente bajo control por parte de Emasa. El contrato acaba de prorrogarse

Jueves, 25 de enero 2024, 00:20

El Tomillar tiene capacidad para unos 2 hectómetros cúbicos. Su función es más de depósito que de presa y se llena con una derivación del ... canal principal que abastece a Málaga. Sirve para tener una garantía durante más de 10 días en caso de rotura de ese canal, contaminación del agua en origen o gran avería. Con todo, legalmente esta considerada como una gran presa y de tipo A, que quiere decir que, por su potencial afección a núcleos urbanos en caso de problema, debe ser auscultada cada cinco años. Emasa, la empresa de aguas de la ciudad, acaba de prorrogar por dos años más los trabajos de vigilancia a Obratec por 150.900 euros, impuestos incluidos.

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Esta presa desconocida por muchos se sitúa en el distrito de Campanillas y suma fuerzas con el embalse del Limonero, que está diseñado para contener las riadas del Guadalmedina y suministra muy poca agua a la ciudad (1 hectómetro cúbico al año últimamente). Pero también tiene en común con el Tomillar que tiene una conducción separada hasta El Atabal y puede dar garantías a la ciudad en caso de emergencia. De hecho, en las inundaciones de 1989 así fue.

En 2018 se cortó la conexión con los embalses y fue clave

«En 2018 hubo un movimiento de tierra que afectó al canal principal y no llegaba agua de los embalses del Guadalhorce, así que el Tomillar sirvió para mantener el abastecimiento a la ciudad», señalan fuentes municipales a SUR, que ahondan en que esta infraestructura no es en sí un recurso extra para Málaga, pero sí robustece el servicio.

Se trata, en suma, de que la presa siga prestando sus servicios en máximas condiciones se seguridad para lo que se trabaja a fondo en la explotación y mantenimiento de esta obra de ingeniería hidráulica emplazada sobre el arroyo Pilones, afluente del río Campanillas que lo es, a su vez, del río Guadalhorce por su margen izquierda. Ejerce como gran depósito de agua bruta y está gestionada por Emasa desde 2001, cuando la Junta de Andalucía terminó su construcción.

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Otro punto de vista de la presa de El Tomillar, que explota Emasa desde el año 2001. SUR

La pequeña presa está lejos del núcleo urbano de la capital, a 17 kilómetros, y el acceso habitualmente se puede hacer desde la autovía del Guadalhorce, la A-357, en el desvío del Parque Tecnológico de Andalucía.

Características técnicas y revisiones

«La presa, de planta recta, es de materiales sueltos, tiene una altura sobre cimientos de 47 metros, su coronación se sitúa a la cota 104 y tiene una longitud de 310 m. El volumen de materiales de la presa es de 600.000 m³», resume el pliego de condiciones que ha servido de base al contrato recién formalizado.

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El volumen embalsado es de aproximadamente 2,4 hectómetros cúbicos y ha perdido algo de capacidad por acumulación de sedimentos (originalmente se proyectó para 2,7, algo más, 2,9 si el llenado es a cota de coronación). «Según los últimos estudios realizados la capacidad máxima de desagüe, con el embalse en el nivel de avenida del proyecto quedaría en 51 metros cúbicos por segundo y 86 en caso de nivel de avenida extrema», añade el documento técnico.

Por su parte, los desagües de fondo son dos tubos de 220 metros cada uno con capacidad para evacuar 15,5 metros cúbicos por segundo.

Las instalaciones se completan con la galería de servicio, otra perimetral, dispositivos de auscultación, caminos de servicio… En el plan de trabajo se fijan revisiones periódicas de todos los elementos. El seguimiento puede ser hasta diario en el caso de la lectura de la cota de embalse, el análisis meteorológico, los caudales de ingreso y salida… Cada semana, se miden posibles filtraciones. Cada mes, se leen los sensores de presión. Cada semestre, se controlan los posibles desplazamientos verticales del terreno…

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Todo tiene que estar en perfecto estado de revista por motivos del celo en la seguridad a la que la ley estatal obliga. Una rotura o funcionamiento incorrecto podrían ser peligrosos. Por eso no se deja nada al azar, incluido un plan de emergencia, redactado en 2020.

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