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Hay cierta preocupación de los residentes de la calle Meridiana (también de los viandantes y conductores de la zona perteneciente a Cerrado de Calderón) sobre parte de la ladera que da directamente a la carretera: «Cualquier día esto se viene abajo. Estamos muy tranquilos porque no hay temporales de viento y apenas llueve, no obstante, estas semanas que sí que los ha habido se ha visto perfectamente cómo algunas partes no son estables, es por ello que tememos un derrumbamiento, que aunque no sea completo, puede ocasionar cualquier accidente», explica Cristina, lectora habitual de SUR y residente de los aledaños de esta calle.
Además, comenta que cualquier pequeña piedra que se desprenda en la calzada puede ser un obstáculo mayúsculo si hablamos de vehículos a dos ruedas. Por otro lado, la acera de dicha calle también se encuentra con desperfectos en el mobiliario desde hace bastante tiempo: «Hemos enviado algunas quejas al distrito, pero hasta la fecha no tenemos respuesta» comenta otro vecino con cierta indignación, que razona que expertos deben visitar la zona para ver cómo se pueden contener estos pequeños derrumbamientos.
No muy lejos de allí se encuentra el entorno de la calle Juan Cabanilles, donde los vecinos llevan tiempo denunciando que se acumulan residuos en la propia vía, especialmente las tardes y noches de los fines de semana, cuando se reúnen los jóvenes. Hay trabajo desde hace tiempo por hacer en la zona alta del Cerrado de Calderón.
La calle céntrica calle San Juan ya no es lo que era, y parece que tampoco lo será. Esta zona, una de las más conocidas y comerciales del centro histórico (con la inversión que eso conlleva) se encuentra en un estado que los comerciantes y los vecinos de la zona califican como «lamentable». Y lo que es peor, parece que la situación, lejos de mejorar, empeora cada fin de semana con actos vandálicos y señas inequívocas de poco civismo, entre pintadas, daños diversos en el entorno y restos de suciedad en el suelo y bajos de los edificios de la zona.
Persiste el problema. Todavía en plena época de sequía (pese a las últimas lluvias) los vecinos de La Cala del Moral tienen una duda sobre el gasto (que consideran innecesario) de agua que exponen a este periódico: «Aunque llevo poco tiempo viviendo en La Cala del Moral, he observado que a diario se está baldeando buena parte de la carretera (antigua N340). Dado que es competencia del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, no sé si en otras partes del municipio también se realiza este riego matutino. Nos gustaría saber a qué se debe esta labor en una época tan complicada».
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