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Los pozos de Aljaima se sitúan en Cártama junto al azud que sirve para aprovechar el agua superficial del río Guadalhorce aguas abajo de su confluencia con el río Grande. Conforman, junto con los sondeos cercanos de Fahala, un sistema que ha sido clave ... durante esta sequía. No en vano han llegado a proveer a la ciudad de Málaga del 20% del agua que necesita para su consumo.
Son unos pozos que se hicieron en los años 90 y que quedaron arruinados por una inundación en 2012, que también inutilizó las instalaciones del azud. Durante los años posteriores a la riada, se fueron colmatando por arrastres, con la consiguiente disminución de caudal.
Fueron catorce los sondeos realizados en su día. Se equiparon nueve. En febrero de este año 2024, la Consejería de Agricultura de la Junta y Emasa recuperaron los cuatro primeros pozos. En mayo, se activaron otros cinco. Ahora, la primera tanda da señales de agotamiento. Es el motivo de un concurso que ha puesto en marcha el Ayuntamiento por 120.000 euros y dos meses de ejecución.
La estrategia de aprovechar las aguas subterráneas es esencial y de hecho es una prioridad fijada por los expertos del Comité de Sequía y el organismo de cuenca. Cabe recordar que un sistema de pozos con captaciones más profundas y voluminosas está en plena fase de obras en el Bajo Guadalhorce (Puente del Rey y Perales). De ellos se esperan caudales de hasta dos tercios de las necesidades de Málaga (900 litros por segundo de los 1.500 de media).
El contrato que pone en marcha la empresa de aguas consiste en la «rehabilitación , extracción de camisa, limpieza y desarrollo de obras de captación de aguas subterráneas (sondeos), en los pozos 3, 4, 8 y 14 [...]»
Los pozos de Aljaima tienen un sistema de extracción que vierte a la cántara situada junto al azud, a la que también llega el agua bruta del río. Y desde ahí es conducida hasta El Atabal para ser tratada. Son una fuente clave para disminuir la presión sobre los embalses.
«Durante los meses transcurridos, se ha observado que, en los primeros pozos limpiados, y a los que se instaló interiormente una segunda camisa por motivos de resistencia mecánica (la original más exterior presentaba muestras de corrosión), han sufrido un decremento notable de caudal disponible», incluye el pliego de condiciones del nuevo concurso. El objetivo, según el documento técnico, es claro: «Recuperar y aumentar, en la medida de lo posible, el volumen de agua captado por cada pozo, debido a la imposibilidad legal de ejecutarlos nuevamente».
El texto explica que los trabajos de limpieza anteriores dieron buenos resultados pero en seguida el caudal bajó por acumulación de tierra en en el sistema de tuberías. Los sondeos tienen una dobla entubación: sobre la inicial (de 400 milímetros de diámetro), afectada por la corrosión, se instaló otra con una luz de 320 milímetros.
En el documento se explican las necesidades de mantenimiento de los sondeos de agua y la tendencia natural de descenso de la velocidad a la que se puede bombear.
Estos pozos de Aljaima tienen profundidades entre los 25 y los 30 metros. Y se les aplicará una limpieza mediante un sistema denominado pistoneo, que básicamente consiste en succionar el fondo para eliminar arenas, limos o arcillas incrustados en los filtros.
Así que los trabajos incluirán varias fases. Una primera o previa preparatoria, de comprobación, emplazamiento de maquinaria, mediciones... La siguiente servirá para extraer la camisa de 320 mm reseñada y limpiar el interior de las tuberías. Aquí concurren todo tipo de técnicas (percursiones, cepillados...) y todo llevará un reconocimiento videográfico. Todo para barrer las incrustaciones que merman el rendimiento del pozo.
También se producirá una limpieza química que termine de disolver las incrustaciones y adherencias en la tubería. Aquí caben varias opciones: polifosfatos, inyección de CO2 líquido, hielo seco o ácido clorhídrico más inhibidor metal.
Después, se pasa al desarrollo del pozo: «Eliminar, por cualquier medio o asociación de varios, el material de grano fino adyacente a las paredes del pozo para facilitar la entrada del agua».
La fase final es el aclarado, reconstrucción de arquetas y limpieza del entorno.
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