Cola paralela que ha originado la polémica. Migue Fernández

Polémica en la vacunación sin cita: «No es racismo, son nuestros derechos»

La llegada de jóvenes migrantes de Inserta Andalucía y Málaga Acoge, vacunados sin guardar cola, provoca las quejas de varios usuarios

Martes, 13 de julio 2021, 12:38

La llegada de una veintena de migrantes de las asociaciones Inserta Andalucía y Málaga Acoge, dedicadas a la integración de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, ha derivado en una polémica en el punto de vacunación sin cita situado junto al centro de salud de Colonia Santa Inés - Teatinos. Cuando han llegado, en torno a las diez de la mañana, sus monitores y asistentes sociales les han pedido que se coloquen en una fila paralela a la cola, iniciada tres horas antes. Ambos colectivos, como otras organizaciones sin ánimo de lucro que tenían previsto pasar por Teatinos hoy, habían acordado estas citas con el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Las enfermeras de la cabina de vacunación, de hecho, pensaban atender de forma alterna a personas con y sin cita.

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Pero la gran respuesta que ha tenido la convocatoria para vacunar sin cita a mayores de 40 años ha provocado esperas de más de una hora incluso antes de que comenzara la jornada, cuyo inicio estaba previsto a las nueve de la mañana aunque finalmente ha tenido que adelantarse media hora. Los ánimos ya estaban caldeados antes de que llegaran los migrantes: «Con el calor que hace, y nos tienen aquí esperando». Cuando han advertido que los jóvenes, en su mayoría residentes en centros para menores, iban a ser vacunados de forma alterna sin esperar cola, algunas personas que llevaban más de una hora esperando han comenzado a quejarse. Otros les han recordado que los migrantes tenían cita y han criticado las protestas por considerarlas racistas. «No es racismo, son nuestros derechos. Racismo es si les dijera algo por ser negros, pero yo sólo quiero que guarden cola como hemos hecho todos», reivindicaba un usuario.

Otras quejas, en cambio, tenían un claro sesgo xenófobo: «Que se vayan a su país, que aquí lo único que hacen es perrear y robar». Para reducir el grado de crispación, los monitores y asistentes sociales han pedido a los jóvenes que los acompañaran a otro lugar, fuera del aparcamiento del centro de salud, donde pudieran ser vacunados. Pese a no tener la edad suficiente para ser inmunizados, la estrategia nacional acordó hace meses que se vacunase a residentes en centros de menores y albergues sociales. Said, que llegó a España hace dos años en patera, es uno de estos chicos: «Quiero estudiar para trabajar en un centro de menores como en el que yo he estado». Menos claro lo tenía Mohamed: «Ahora mismo busco trabajo, pero no sé de qué».

Desde el SAS aclaran que, en un primer momento, habían contemplado alternar vacunaciones con y sin cita a la espera de saber qué respuesta tenía la convocatoria «porque no nos podíamos permitir tener una caseta sin funcionar con dos enfermeras». Al comprobar la enorme demanda de dosis sin cita, los responsables del distrito sanitario han cambiado la estrategia y han reservado la cabina a vacunaciones sin cita previa. Para los jóvenes pertenecientes a colectivos como Inserta Andalucía y Málaga Acoge han buscado «otra localización» en el centro de salud, donde ya han sido vacunados.

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