El pleno de Málaga no es de smartcity

Pero en este caso, la presencia y atención de los ediles superó la prueba. El alcalde Francisco de la Torre, con la bandera de Málaga detrás; el portavoz socialista, Dani Pérez, con el ramillete completo de banderas en su despacho, al igual que la edil de Turismo, María Rosa Sánchez; el de Seguridad, Avelino Sánchez; y el de Derechos Sociales, Francisco Pomares. Con el logo de sus partidos al fondo, la portavoz de Cs, Noelia Losada; y el de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, que tiene que darle la vuelta a la silla en su despacho para cumplimentar la imagen. La secretaria general, Alicia García Avilés, solemne, con el escudo de la ciudad en el salón de plenos, y a su vera, el miembro de secretaría Carlos López, al que buena parte de la sesión no se le entendía lo que decía. No era su culpa, se trataba del sonido, y aquí empieza la de cal. No se le escuchaba bien ni siquiera cuando decía en voz alta las votaciones, que han retrocedido varios enteros desde junio, y ahora ya no son electrónicas (cada edil pulsaba antes su ordenador) sino que ahora votan los portavoces o los ediles que interviene en la moción a viva voz. También se le fue la conexión (y la voz) a Losada en la votación de la moción urgente de su partido y el alcalde la dio por afirmativa porque la había presentado ella. Bueno, en Ciudadanos, una vez el otrora portavoz Juan Cassá, se votó conscientemente en contra. Así que nunca se sabe.

Con el nuevo sistema, los ediles díscolos, los votos fuera de la disciplina de partido no existen. Vota uno por partido. A no ser que el interesado levante la mano como en el instituto y saque los pies del tiesto haciéndose notar. Hay que ser valiente.

Los ciudadanos que participaban lo hicieron con carátulas en varias ocasiones, y otros no entraban a tiempo para debatir la moción porque no estaban en lo que llamaban la 'sala de espera'. El sonido se le iba y se le venía a la portavoz popular Elisa Pérez de Siles y la mitad de la argumentación de una iniciativa, que ella explicaba infructuosamente, se quedó al albur de lo poco que entendiera el respetable (vía Youtube). Tan mal se les oía, que a uno de los intervinientes que se le escuchaba nítidamente De la Torre le dijo que se le entendía mejor que a los ediles. «Claro, alcalde, me dijeron que para entrar debía tener una buena conexión wifi». De sketch de humor.

El edil de Urbanismo, Raúl López tampoco podía entrar e hizo uso del puesto de su compañera Gema del Corral (Medio Ambiente) y luego le afeaban a ésta última que no estuviera en su sitio para votar. Surrealista.

Los tiempos eran sui géneris y cada uno se servía a placer sin orden ni concierto, bueno al menos parecían todos satisfechos con agrandar su caudal de palabras. Por WhatsApp explicaban que no hay ningún reloj que les guíe en las intervenciones. Como curiosidad, al alcalde se le veía con la cartela de 'Webex' (el programa) que le tapaba media cara. Si no fuese porque es el pleno de Málaga y es un encuentro solemne en la Casona podría parecer que hacía publicidad. ¿Nadie se dio cuenta? En definitiva, de todo menos un pleno telemático de una smartcity. Esperemos ver nuevas e interesantes adaptaciones tecnológicas para el próximo encuentro. Esto es Málaga, no Illán de Vacas.