Nunca estuvo más presente el exedil no adscrito, antes líder de Ciudadanos, Juan Cassá, en una sesión de pleno como en la de hoy, donde como de todos es sabido no estaba. El exconcejal asistía a estas sesiones, en la que no tomaba la palabra ... pero votaba y cobraba (500 euros por plenos y 250 por comisiones), y pasaba totalmente desapercibido trasteando su teléfono móvil y su ipad, pero hoy, sin ni siquiera estar, era omnipresente. Lo traían a colación de forma reiterada en la intervención de cualquier moción los ediles de la oposición, pero el PP parecía que no quería entrar en el asunto del nuevo director de Nuevas Tecnologías de la Diputación de Málaga, Juan Cassá, con un sueldo de 60.000 euros. Los pasillos del Ayuntamiento, ayer y hoy han sido un clamor sobre el exconcejal, que fue declarado tránsfuga en el pleno de Málaga, con los votos a favor de la oposición y de su expartido, Ciudadanos, cuando el PP estaba en minoría gobernando con el partido naranja.
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La primera en la frente era la de la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, quien se quejaba, una vez más de la «desproporcionada» estructura municipal que había creado De la Torre, con cuatro nuevas direcciones generales (en total 25) y y 14 nuevos asesores (51 en total), lo que supondrá un staff de 76 cargos de confianza, y aprovechó para denunciar que los directores generales ya no tendrán que ser funcionarios, una modificación de un reglamento municipal que se aprobaba hoy precisamente con la mayoría absoluta del PP, y que la oposición ha votado en contra. «No admita nuestras enmiendas pero atienda el informe de la Secretaría General», que pedía Toni Morillas al alcalde de Málaga, Paco de la Torre, para evitar que pueda haber «puertas giratorias» y casos como el del señor Cassá, que explicaba diciendo que debía haber un régimen de incompatibilidades para los directores generales que no existía actualmente. De la la Torre suavizaba su posición de ayer cuando decía que no hacían falta más reglamentos, pero que quería observar esta cuestión, y hoy daba marcha atrás diciendo que se estaba en la línea de mejorar este aspecto en una normativa municipal, tal y como le exige la Secretaría General en un informe. Más tarde, el edil de Recursos Humanos, Jacobo Florido, le afeaba a Morillas que ella había sido directora general del Gobierno (Igualdad) y que no era funcionaria. "Quiere usted aquí lo que no había allí", le espetaba. Fue un pleno de continuos tomas y dacas.
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Seguía el portavoz socialista, Dani Pérez, explicando que Málaga había mejorado mucho en empleo, defendiéndose de antemano de una moción en la que el PP quería reprobarle, -y lo hizo con su mayoría absoluta-, porque éste había dicho en la campaña electoral que había pleno empleo y que todo el que quería trabajaba en Málaga (que más tarde había criticado el coordinador general del PP, Elías Bendodo). Aprovechaba el portavoz socialista su primera intervención para decir con ironía que entre los nuevos 32.000 empleados de los tres últimos meses estaba el señor Cassá, dando datos buenos de empleo como 717.000 empleados en Málaga y sólo un 11,6% de paro. Continuaba el edil socialista Mariano Ruiz Araujo, con su habitual retranca, diciéndole al PP que habían rescatado al currante y experto en inteligencia artificial, Juan Cassá, «por 60.000 lereles». Y exponía, que siendo ahora director, ya no se le obligaba a hacer acto de presencia para «llevárselo calentito. De Nuevas Tecnologías no sé qué conocimientos tendrá, pero algo debe saber, verdad señor De la Torre? Algo debe saber...». Al alcalde de Málaga se le vio ayer miércoles incómodo con este asunto en la rueda de prensa previa al pleno, en la que dijo que no veía el nombramiento como un pago de favores, aunque no quiso profundizar. No obstante, recordó que cuando el asturiano estuvo en el Ayuntamiento fue «coherente» en sus votaciones con los acuerdo de gobernabilidad que había firmado tanto cuando estuvo en Ciudadanos como al pasar a edil no adscrito.
Durante el pleno, ningún edil popular parecía querer entrar en este menester, y de hecho no contestaron a las interpelaciones que les hacían desde la oposición con respecto a Cassá. Pero llegaba el turno de la portavoz popular Elisa Pérez de Siles, quien subrayaba, a colación del paro, que el dinero del empleo en Andalucía se lo gastaban los socialistas en «prostíbulos y cocaína; eso dicen las sentencias de los ERE de Andalucía». La bancada socialista se ponía nerviosa. «Para empleados fantasma, Luis (Guerrero), director fantasma del Observatorio de Flamenco, que cobraba 2.000 euritos al mes de todos los andaluces». Se refería a la polémica que surgió del actual concejal de Alhaurín El Grande cuando era asesor de Cultura en 2015 en la Casa del Libro, pero en realidad tenía el puesto de director del Observatorio de Flamenco, en el que no había puesto un pie.
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En el primer pleno ordinario del mandato se notó ampliamente la mayoría absoluta del PP, y se borró del manual de actuación el latiguillo de «continuaremos haciendo» para que Ciudadanos no votara en contra, y directamente los ediles populares han explicado que tal o cual asunto ya se estaba haciendo para no aprobar mociones de la oposición. Los nuevos modos. Entre las novedades, que una vez que se dio de baja la concejala más efímera de la democracia en el Ayuntamiento de Málaga, la socialista y periodista Inmaculada Jabato, este jueves De la Torre procedía a imponerle los atributos de edil al que la sucede en la lista, Rubén Viruel, que sumamente feliz prometió su cargo.
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