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Prometía ser el debate más intenso en el penúltimo pleno del curso, y la discusión en torno al futuro de Limasa no defraudó. El hecho de que en el orden del día se concentraran hasta cuatro mociones en torno a la municipalización de la empresa de limpieza –presentadas por PP, PSOE, Málaga para la Gente y el edil no adscrito, y Málaga Ahora– aportó mucha densidad en un intercambio de pareceres que dejó varios titulares: en primer lugar, que el pleno municipal está de acuerdo en que el servicio se convierta en público gracias a la sintonía de los populares con los grupos de izquierda, pero que el acuerdo dista de ser unánime en torno a la manera de hacerlo. Y como tercer punto en discordia, el grupo municipal Ciudadanos, que insistió ayer de nuevo en que «asume la mayoría democrática» pero que se mostró muy beligerante con el alcalde, Francisco de la Torre, a quien acusan de no cumplir su palabra por anunciar hace unos meses que el equipo de gobierno se decantaba por un «modelo híbrido» y «ahora sin embargo cambiar de opinión y defender la municipalización». Más allá de esas serias advertencias del portavoz del partido naranja, Juan Cassá, al regidor –«espero que sea consciente de los compañeros de viaje que acaba de elegir» o «tomamos nota de esto», fueron algunas de ellas–, el debate se saldó con la aprobación de las mociones que presentaban tanto los socialistas como Málaga Ahora, que defendían la municipalización del servicio y otros matices que avanzaban en la forma de hacerlo aunque sin entrar de lleno en los asuntos más espinosos.
Esos desacuerdos, sin embargo, provocaron el rechazo de los textos que proponían tanto los populares como Málaga para la Gente y el edil no adscrito, Juanjo Espinosa, de manera conjunta. La falta de consenso se refiere, en esencia, a la manera en la que hay que convertir la limpieza en pública, es decir, en el 'cómo', un asunto que promete elevar al máximo las negociaciones a varias bandas –incluidos los trabajadores– que a partir de ahora se abren para hacer de la limpieza un servicio municipal.
En esencia, las críticas de los grupos de izquierda al equipo de gobierno están ligadas a la intención del alcalde de vincular los salarios a la productividad y la satisfacción del servicio a unas encuestas vecinales que en el caso de ser negativas «podrían revertir el modelo hacia uno privado». Ambos puntos fueron rechazados de plano por los grupos de izquierda, de manera que la moción quedó tumbada con los 18 votos en contra de todos los ediles salvo los populares. El rechazo llegaba tras el 'no' del alcalde a la enmienda que desde el otro lado de la bancada le pedía que dividiera el único punto de la moción en dos para sacar al menos adelante la municipalización.
En el otro extremo, tanto el portavoz Eduardo Zorrilla como el propio Espinosa insistían en la necesidad de «blindar el carácter público» de la futura Limasa hasta que se amortice la inversión y vincular esas encuestas ciudadanas «a un proceso más sólido» que no sólo integre a vecinos, en palabras de Espinosa. A esta reflexión se sumaba también la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, quien se preguntaba «cómo se va a revertir el modelo hacia uno privado si 'revertir' implica volver al modelo anterior (es decir, al actual), y este es mixto». «Convertir Limasa en privada en ese caso sería emprender un procedimiento mucho más complejo que el de la municipalización», advertía la edil.
El otro gran motivo de desencuentro reside en la intención del alcalde de vincular el salario de los empleados a la productividad, un detalle en el que De la Torre no está dispuesto a ceder, ya que tal y como recordó a los grupos de la oposición «ya es hora de que en el sistema público se introduzcan medidas como la productividad». En cualquier caso, el regidor quiso dejar claro que su compromiso es «con una Limasa pública».
También le recordaba a Cassá que aquel anuncio del modelo híbrido «estaba enmarcado en la necesidad de sacar adelante los presupuestos y en la falta de una decisión madura por parte del equipo de gobierno de municipalizar el servicio». Pero Cassá insistía: «Soy muy escéptico de que usted pueda sacar adelante esto (...). Sé que va a ser un desastre, pero C's va a ser responsable». De hecho, el portavoz del partido naranja desveló que se apostó con Zorrilla «una comida a que no va a ser capaz de municipalizar Limasa antes de acabar la legislatura». Y éste intervenía: «Yo aposté por usted, alcalde». «No se equivoca», reponía con una sonrisa el primer edil al portavoz de Málaga para la Gente.
Una vez terminado el debate en torno a los asuntos más polémicos, el acuerdo mayoritario llegaba con los textos del PSOE y Málaga Ahora. En el primer caso, el portavoz de los socialistas se aferraba en su discurso a las líneas básicas de los argumentos que ya empleó en el debate del estado de la ciudad y acusó al alcalde de «estar en la permanente duda» y de «querer vender Limasa como una cortina de humo para 'marear la perdiz' porque no tiene nada importante que vender de su legislatura». «¿Me puedo fiar de usted, señor De la Torre?», preguntaba escéptico mientras el regidor asentía. De hecho, Pérez contó con el voto a favor de los populares en su petición de que se inicien los trámites para la municipalización de Limasa y de que se firme un convenio con los trabajadores para garantizar sus derechos. Por su parte, la moción de Málaga Ahora, también aprobada, subrayaba la necesidad de plantear «un cronograma cerrado y claro para que el servicio sea público lo antes posible», dijo Torralbo.
El futuro de los cines Astoria y Victoria, y las posibilidades que manejan las administraciones para desbloquear de una vez por todas este proyecto enquistado, es otro de los asuntos recurrentes en el pleno municipal. También ayer, con una moción urgente de Ciudadanos en la que instaba al Ayuntamiento de Málaga a aprobar un proyecto que permita el visto bueno de la Junta para que se derriben los antiguos cines y para que se protejan los restos arqueológicos que aparezcan en el solar en el caso de que el valor de estos así lo recomendara. Además, el viceportavoz del partido naranja, Alejandro Carballo, pedía al equipo de gobierno que siga manteniendo encuentros con los responsables de la Junta «que permitan marcar una hoja de ruta clara para el derribo del edificio».
Ambas peticiones salían adelante por unanimidad de todos los grupos, aunque con los matices que cada uno de ellos ha defendido en sesiones anteriores. En este sentido, tanto Ciudadanos como Málaga para la Gente apuestan por el derribo; Málaga Ahora está por desbloquear el proyecto y tirar el edificio pero insistiendo en que «la plaza de La Merced está concebida como una plaza cerrada, a modo clásico», en palabras de Torralbo; los socialistas recordando que «hemos llegado a este punto tras derrochar en el solar 21 millones de euros», y los populares, representados en este caso por el edil de Urbanismo, Paco Pomares, haciendo balance de todos los trámites realizados y las reuniones mantenidas con la Junta de Andalucía, «la última, el pasado día 13», dijo el concejal.
Con el voto a favor de todos los grupos, Carballo insistía en que la redacción de un proyecto que tenga el visto bueno de la Junta para el derribo del Astoria «abre una nueva salida al bloqueo en que se encuentran los antiguos cines».
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