Un pleno con dos bloques consolidados

Los dos bloques unidos, gobierno y oposición, divididos en dos posicionamientos claros, sin las pluralidades habidas en el pasado mandato municipal en el que, con cinco partidos, cada uno bailaba al son que más le interesaba, ayer quedó bien claro que, si sigue la sintonía y en Madrid el Gobierno sigue funcionando, un bloque de izquierda y otro de derecha bien unidos será una máxima en el Ayuntamiento. Una vuelta al bipartidismo, pero no por partidos, sino por posicionamientos.

Este nuevo sentir de la Corporación sirvió para aliñar las múltiples directas e indirectas que se lanzaban de una a otra bancada cuando en realidad lo de mimetizarse dos partidos en uno lo hacían tanto en la una como en la otra. Jocoso estuvo el portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, cuando le dijo al (popular) Raúl López que podía hablar en nombre de los dos grupos, PP y Cs, porque «están perfectamente asimilados los dos«. Antes, Losada ya había lanzado su particular dardo con un ocurrente »los señores de Adelante PSOE; me ahorro las siglas porque como siempre lo votan todo en conjunto«.

El socialista Mariano Ruiz Araujo, que anda sobrado de retranca como se viene observando en las sesiones plenarias, y que es el único que ha adoptado el papel de 'poli malo' en el PSOE preguntaba: «¿Qué grupo ha redactado la moción? sobre el asunto de la construcción de torres y sus interferencias con el aeropuerto. Da igual, cualquiera de los dos, decía, »los ladrillos no les dejan ver el aeropuerto«. Estaba también agudo Raúl López, que le contestaba: «14 de enero de 2020. Muchas voces y una sola palabra. Pedro Sánchez. Pablo Iglesias». El alcalde Francisco de la Torre quedó muy contento con la directa de su concejal de Urbanismo, y explicaba la jugada como los locutores de fútbol: «Una intervención muy corta, pero muy expresiva».

Para seguir incidiendo en la división en dos bloques y que Cs no jugara a dos bandas, como acostumbraba en el pasado mandato, era la socialista Begoña Medina, la que también metía el dedo en la llaga: «Ustedes, Ciudadanos, aprobaron un parque de 130.000 metros cuadrados en los terrenos de Repsol. Ahora Cs es uno más del PP, con lo mucho que luchó su compañero sentado a su lado (Juan Cassá) por políticas medioambientales en esta ciudad», le decía a Losada. No salía adelante el gran pulmón verde en estos terrenos, donde el equipo de gobierno dejó claro que serán, en principio, 65.000 metros cuadrados, que podrían ser ampliables.

El alcalde, que presidiendo el pleno divide estratégicamente las bancadas,y pese a que no intervino oficialmente en ninguna de las mociones, fue el flanco de la oposición durante toda la sesión con quejas sobre su manera de dirigir la sesión. «Su labor es presidir el pleno; usted hoy no ha jugado limpio«, le decía Zorrilla, para quejarse de que había esperado que entraran dos concejales de su equipo para votar en contra del bosque urbano en Repsol. Él se defendía diciendo que Francisco Pomares había salido a atender a una persona que reclamaba una vivienda, «eso es juego limpio». Y el portavoz socialista Dani Pérez, pedía una cuestión de orden para afirmar que alababan esa atención, pero que «usted (De la Torre) nos tiene acostumbrados con el tiempo a trampear, siempre acostumbra a sus triquiñuelas».

El alcalde le contestaba al final a Pérez Morales (como le gusta llamarle): «No hace usted justicia al decir esas palabras». Lo cierto es que la sesión fue una bomba de relojería, con intervenciones a destiempo, gritos, ediles exaltados, vecinos desesperados, con la tensión a flor de piel y una puesta en escena en la que no hubo tiempo para el aburrimiento. Y con dos bloques, dos bloques consolidados.