La vuelta al formato cien por cien telemático del pleno municipal a causa de la pandemia, con multitud de problemas técnicos y fallos en el sonido de las intervenciones, se ha convertido esta mañana en un buen símil del debate que se ha instalado en ... los últimos meses en el Ayuntamiento de Málaga: interferencias, interrupciones y poca capacidad de reconducir la discusión hacia espacios de consenso. Tampoco la sesión ordinaria del mes de enero ha sido una excepción, aunque al menos es de valorar que por una cuestión pura de competencia el debate se centre en asuntos de ámbito local.
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En este escenario, las polémicas del SARE en Huelin y Cruz de Humilladero y de la torre del Puerto volvieron a convertirse en el centro del orden del día, y aunque en el segundo caso no hubo sorpresas por parte del equipo de gobierno, que tumbó la petición de la oposición de hacer una consulta ciudadana sobre el proyecto en el Dique de Levante, sí se esperaba más intensidad dialéctica entre unos y otros.
En cambio, la discusión sobre la zona azul en estos dos puntos de la capital fue la que escenificó el cuerpo a cuerpo entre los grupos de izquierda (PSOE y Adelante Málaga, que están en contra) y los del equipo de gobierno (PP, Cs y el no adscrito Cassá, que están a favor e insisten en hacer la prueba). Arrancaba el debate por partida doble con la moción urgente del PP en la que se pedía el apoyo y el reconocimiento a los trabajadores del SARE, que a juicio de los populares y de sus representantes sindicales están sufriendo el «maltrato y acoso» por parte de los vecinos que están en contra y que están siendo, a juicio del equipo de gobierno, «instrumentalizados y utilizados en las manifestaciones que alimentan el PSOE y Adelante Málaga». También con otra, ya ordinaria, en la que los socialistas volvían a reclamar al alcalde que paralice esta fórmula de estacionamiento previo pago en Huelin y Cruz de Humilladero.
Después de casi una hora de intervenciones por parte de asociaciones, representantes vecinales y particulares a favor y en contra de la medida, el edil de Movilidad, José del Río, arremetía contra la oposición por «azuzar a los vecinos que están en contra», sugiriendo incluso que son los socialistas los que financian la cartelería de las manifestaciones ciudadanas de las últimas semanas. Le respondía visiblemente indignado y exigiendo también extenderse en el turno de palabra -como ya había hecho Del Río- el edil socialista Jorge Quero, que no dudó en admitir que su grupo seguirá «politizando» las protestas «para que los vecinos puedan expresarse». En esa advertencia, el concejal también recriminaba al edil de Movilidad que «envíe a sus cachorros a arrancar los carteles que tienen los comercios que no lo quieren».
En la misma línea, y a pesar de que en sus votaciones los dos partidos de izquierda ratificaron su apoyo a los empleados del SARE, la edil de Adelante Málaga, Paqui Macías, respaldó a los «vecinos de los barrios obreros que se manifiestan de forma pacífica y cívica». Insistía además que su grupo «traerá al pleno todas las veces que sea necesario esta protesta; por eso pedimos una consulta popular, que es lo menos que puede hacerse».
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Terciaba en el debate, pidiendo «rebajar el tono y la tensión», la edil de ciudadanos Noelia Losada, que se sorprendió del hecho de que se hable de «sablazo» cuando en realidad a los residentes de esos barrios «les costará cuatro euros al mes ese estacionamiento». «Les pido -reclamaba a la oposición- que no se manifiesten en esos términos porque no conduce a la solución de este problema ni a verlo con claridad».
Y atendiendo a las votaciones, el debate seguirá en todo lo alto, ya que salvo por el apoyo unánime de los grupos a los empleados del SARE, el PSOE y Adelante Málaga rechazaban la condena a las «manifestaciones irresponsables que se escapan de la legítima crítica política» por considerar que el problema está en que son las «mentiras del alcalde -en palabras de Quero- las que han puesto en esa situación a los empleados de estacionamiento». Tampoco acuerdo en la moción del PSOE, donde las tornas se invirtieron y fue el equipo de gobierno el que rechazó la petición de terminar con el proyecto de zona azul en Huelin y Cruz de Humilladero.
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Tampoco hubo acercamiento de posturas en torno a la Torre del Puerto, de nuevo en el orden del día de la mano de PSOE y Adelante Málaga, que pedían una consulta popular para que los malagueños se manifiesten en torno al proyecto en el Dique de Levante, ya que tanto Daniel Pérez como Eduardo Zorrilla -portavoces respectivos de los grupos- aprecian que «cada vez es mayor la contestación ciudadana contra este proyecto». Enmarcaba la solicitud el cineasta José Antonio Hergueta, como representante de la plataforma Defendamos nuestro Horizonte, quien pidió «otra forma de hacer urbanismo», que no se «enladrille» el frontal del Puerto y que no se deje en manos de «extranjeros bárbaros» -parafraseando al poeta Cavafis- esa parte de la ciudad.
En ese contexto, tanto Pérez como Zorrilla buscaron el cuerpo a cuerpo con el alcalde, Francisco de la Torre, al que pidieron en reiteradas ocasiones que no «tenga miedo y que escuche a los malagueños». Ambos insistían en que la consulta «cabe en el reglamento» y que a pesar de que no será vinculante, «hay que estar en esa actitud de escucha activa». Sin embargo, la decisión del alcalde de no entrar en el debate -tiene potestad para hacerlo, de hecho interviene en muchos asuntos polémicos- desinfló en buena parte los argumentos de los grupos de izquierdas.
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A cambio, De la Torre dejó la defensa del proyecto en manos del edil de Urbanismo, Raúl López, que arremetió con dureza contra el líder socialista por su «incoherencia»: «De hecho el proyecto hunde sus raíces en el año 2005, cuando la Junta era socialista y el presidente de la Autoridad Portuaria Paulino Plata, que es el que incoa el expediente para tramitarlo». Además, López personalizó en Pérez cuando tiró de hemeroteca y le recordó las «prisas» y la «forma amenazante» en la que se dirigió en 2017 al ministro de Fomento del PP Íñigo de la Serna para que «no demorara más el proyecto». «Nos tiene usted acostumbrados a sus cambios de opinión, sólo le pedimos que pruebe a ser coherente«, le dijo.
También intervenía en el debate la edil de Cs, Noelia Losada, que se remontó a los tiempos en que las votaciones en pleno sobre la torre del Puerto se saldaban con el 80% de apoyo porque "hasta el PSOE votaba a favor". De la misma manera que ya había hecho su compañero en el equipo de gobierno, le echaba en cara a Pérez su "cambio de postura" y le dejaba un mensaje: "El proyecto tiene que llegar al Consejo de Ministros. Ahí tienen la oportunidad de paralizarlo si quieren". Y concluía volviendo a echar la vista atrás: "Si hiciéramos consultas ciudadanas por todo, la ciudad estaría paralizada".
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Los dos ataques le llegaban al socialista poco antes de su último turno de palabra, aunque Pérez prefirió la defensa al ataque argumentando que el debate «es si consulta sí o consulta no» y Zorrilla recordaba que no se puede dejar esta decisión en manos de «16 concejales, de los que uno (en referencia a Cassá) es un tránsfuga». «Me parece un desprecio a la ciudadanía», destacaba tras escuchar al exedil de Cs, que tomó la palabra para dar su apoyo al equipo de gobierno en los siguientes térmimos: «Sigo apoyando el hotel del Puerto, lo he hecho en los últimos cinco años y creo que lo voy a seguir haciendo«.
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