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El tiempo de más de una hora de debate en torno a la necesidad de retirar o no de manera explícita las distinciones de carácter municipal al exministro de Franco José Utrera Molina dio para mucho ayer en la sala de plenos, que reprodujo al milímetro las posturas que ya defendieron los grupos en las comparecencias previas y que dejó, tal y como había anunciado el propio alcalde, la abstención de los 11 concejales del PP a la petición por parte de Málaga para la Gente de que se retire el título de Hijo Predilecto y Medalla de la Ciudad al exministro, y que además se emprendan los trámites administrativos para que esta retirada sea efectiva. Es decir, que se publique en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la decisión del pleno con el nombre y el apellido del aludido.
Más allá de la discusión en torno a la memoria histórica, el resto del debate de ayer volvió a poner sobre la mesa otro cruce de reproches a cuenta de las competencias de Ayuntamiento y Junta (sobre todo de esta última) en dos proyectos vitales para Málaga: el metro y el tercer hospital. En el primero de los casos, Ciudadanos daba un paso al frente para reprochar al gobierno regional la tardanza en la licitación del tramo Renfe-Guadalmedina y para pedir, a través de su portavoz Juan Cassá, «que acabe ya este suplicio». Su petición fue apoyada por unanimidad por todos los grupos, aunque la oposición también aprovechó para pedir al alcalde «que cumpla con el compromiso del trazado al Civil».
La misma unanimidad hubo para la moción socialista en la que se pedía un refuerzo en la policía Local y Nacional en la ciudad; no así en el caso del texto en el que el PP pedía la construcción de un tercer hospital en la zona Este: en este caso, el PSOE se descolgaba con su abstención en uno de los dos puntos –el que pedía el presupuesto necesario para la obra– e instaba, en cambio, a «esperar el dictamen del grupo de expertos que trabajan en estos momentos en ver la manera en qué se traduce esta infraestructura».
A pesar de que el pleno acordaba con los 17 votos a favor del resto de los grupos políticos que esta medida sea llevada a cabo, De la Torre se resistió a sumar el apoyo de los suyos a la moción y quiso hacer uso de su derecho a la palabra para recordar que el pleno aprobó en 2007 (y ratificó en 2016) un texto que «dejaba sin efecto» los acuerdos de pleno donde se aprobaran honores al general Franco y a todos los colaboradores en el régimen. Es decir, que a juicio de De la Torre en ese ‘colaboradores’ se incluye a Utrera Molina y por lo tanto se asume que el exministro tiene todos los honores retirados desde esa fecha. Además, el alcalde explicó que «aunque la Ley de Memoria Histórica no lo contemplaba de manera explícita», aquel acuerdo de 2016 fue publicado en el BOP, respondiendo así a los ediles de la oposición que en los últimos días le han acusado de no querer poner «con nombres y apellidos» a Utrera Molina.
También se refirió el regidor al artículo 15 de la mencionada ley, que a su juicio no hace referencia concreta a la retirada de «menciones y distinciones», sino «de los símbolos y monumentos públicos». «En este Ayuntamiento siempre hemos ido mucho más allá de lo que decía la ley», insistió el alcalde, quien repitió que la distinción a Utrera Molina «no se entregó por su aportación al régimen, sino por lo que consiguió para la ciudad».
Todas esas explicaciones, así como la aclaración por parte de la edil de Cultura Gemma del Corral de que el acuerdo al que se llegó en la pasada Comisión de Memoria Histórica no fue votado sino el resultado de una reflexión de su presidente, José Sánchez, en el turno de ruegos y preguntas, no convencieron al resto de los ediles de la oposición, que recriminaron a De la Torre su postura «tibia». «No pretendemos abrir heridas, sino contribuir a la justicia y a la reconciliación», le dijo Zorrilla durante la defensa de la moción.
También criticó la postura del alcalde la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, quien no dio por buenas sus explicaciones porque «aún hay doce personas franquistas con estos honores en Málaga». Por eso, la edil apostó por que «de la misma manera en que estos reconocimientos se dieron con toda la pompa y publicidad de la época, se retire de la misma manera».
Algo más contundente se mostró el concejal socialista Sergio Brenes, a quien de nuevo el alcalde llamó la atención por su tono y quien leía un escrito del general Queipo de Llano sobre la necesidad de que «las rojas (sic) conozcan lo que es un hombre de verdad y no a los milicianos maricas». «Los 20 euros que cuesta retirar del BOP las distinciones se los doy yo, señor De la Torre», le dijo Brenes poniendo el billete sobre la mesa.
La invitación provocó una profunda indignación en la edil de Cultura, quien repuso que el Ayuntamiento no sólo se gastó «esos 20 euros de todos los malagueños en publicar eso en el BOP en 2016, sino otros cientos de miles más en otras iniciativas como el cementerio de San Rafael o el Parque de la Memoria».
Por último, desde Ciudadanos también quisieron dejar constancia de su apoyo a la moción de Málaga para la Gente, pero también otro mensaje en boca del edil Alejandro Carballo: «El debate sobre la memoria histórica tuvo lugar en su momento y hay que cumplir la ley. Creemos que habría que evitar estas discusiones en este foro y centrarnos en la gestión de los problemas de la ciudad ».
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