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En el conflicto a varias bandas abierto tanto en el Ayuntamiento de Málaga como en la Diputación Provincial a cuenta de las negociaciones de Juan Cassá, exedil naranja y ahora no adscrito, con el PP para integrarse en los equipos de gobierno de ambas instituciones, todos los focos se dirigían esta mañana al salón de plenos municipal y a los tres protagonistas de una historia que aún tiene varios capítulos por escribir. Sobre todo porque la sesión ordinaria del mes de junio era la primera presencial de la nueva normalidad, la primera en la que Cassá actuaba como edil no adscrito tras el portazo a Ciudadanos en plena pandemia y la primera que ha tenido lugar después de que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunciara ayer que el pacto con los naranjas, en concreto con Noelia Losada -que es la única edil que queda de la formación en la Casona- tendrá que renegociarse de nuevo para buscar la estabilidad municipal.
Con todas esas claves que han sido carne de corrillo aunque en la distancia, esta mañana se buscaba el gesto, el detalle que diera alguna pista de cómo están las relaciones en esas tres bandas de cara a esa renegociación del pacto y la posible entrada de Cassá en el gobierno municipal. El exedil naranja llegaba al Ayuntamiento puntual y con mascarilla, y ocupaba su nuevo lugar en la bancada del salón de plenos. En la bancada de los populares, en la segunda fila y entre Elisa Pérez de Siles, portavoz del grupo popular, y el concejal Luis Verde. Se agrandaba así la distancia (más que social) con su excompañera Noelia Losada y se dejaba una pista de cómo pueden acabar las negociaciones con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, toda vez que el regidor ha avanzado el deseo de Cassá de integrarse en el equipo de gobierno y que el asturiano, además, ya formalizaba ayer ese paso en Diputación al convertirse en el portavoz del equipo de gobierno y máximo responsable de relaciones institucionales.
En este escenario enrarecido, que ya dejó ayer importantes momentos de tensión entre PP y Ciudadanos, hoy se esperaban al menos las reacciones de los principales implicados, más teniendo en cuenta que se espera una tormenta similar en la Casona. Pero ni una palabra. Ni una referencia directa o indirecta de los protagonistas. Y lo más curioso, de la oposición, que ha podido aprovechar esta circunstancia para contribuir a agrandar la brecha entre los aún socios pero que no ha hecho ni una sola mención al díscolo Cassá ni a los otros dos protagonistas en el largo debate que ha servido para inaugurar la nueva normalidad. Otra cosa habrán sido los pasillos y las charlas informales previas al debate...
En las votaciones, acuerdo en general, y no sólo con Cassá y Losada -ahora adversarios- votando en bloque con el equipo de gobierno popular. De hecho, el acuerdo unánime (no sólo en el bloque de derechas) ha sido la tónica general de una sesión maratoniana que ha dejado además la estampa curiosa de ver a los concejales ocupando todo el salón de plenos (también la zona del público) para cumplir con las medidas de seguridad.
Arrancaba esa primera cita presencial con dos minutos de silencio para recordar a los 150 malagueños que han muerto por por coronavirus, y de inmediato se daba paso a un debate que ha tenido su pilar fundamental en la reconstrucción que tendrá que acometer la capital desde ya. En lo económico y en lo social. En ese afán de colaboración y de suma, los concejales dejaron de lado las diferencias para sacar adelante, por unanimidad, todas las mociones urgentes que presentaron los grupos: incluso la de Cs, pidiendo más medidas de seguridad en los aeropuertos para evitar retrocesos, aprobada sin debate; y la de Adelante Málaga, sobre el rechazo unánime a los comportamientos relacionados con los delitos de odio como el que tuvo lugar hace unos días en una galería de tiro de Málaga, cursada como institucional.
También salía adelante la petición del PSOE de poner en marcha un gran 'Pacto por Málaga' que desde el Ayuntamiento asuma el trabajo de reconstrucción, con el consiguiente debate de tiras y afloja entre De la Torre y el portavoz socialista, Daniel Pérez, a cuenta de cuál tiene que ser el foro adecuado para impulsar este trabajo. Finalmente, los acuerdos y deliberaciones se remitirán a la Fundación Ciedes pero las decisiones y las líneas de trabajo tendrán lugar en el marco del Consejo Social de la ciudad, que es lo que reclamaba Daniel Pérez.
Del lado popular, sus mociones urgentes sobre el apoyo al turismo y sobre la necesidad de que los ayuntamientos participen en el reparto de los fondos europeos para la reconstrucción que queda por delante salían también con el apoyo unánime de todos los grupos. Eso sí, antes se había eliminado del texto relativo al turismo un tirón de orejas al ministro malagueño Alberto Garzón por sus declaraciones recientes sobre el sector. Había que buscar el acuerdo y rebajar el tono. Y eso, salvo alguna excepción y cruce de acusaciones en los terrenos comunes del debate, se ha conseguido.
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