
El pleno adolece de chicharra para llamar a los ediles a sus puestos
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El alcalde hacía acto de presencia con puntualidad alemana, antes de las 10.00 horas, pero se empezó 20 minutos tarde por la tardanza de algunos edilesSecciones
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La Casona del Parque ·
El alcalde hacía acto de presencia con puntualidad alemana, antes de las 10.00 horas, pero se empezó 20 minutos tarde por la tardanza de algunos edilesPilar R. Quirós
Málaga
Jueves, 9 de noviembre 2017, 00:51
¿Qué fue antes?¿Acto o potencia? Gran disquisición científica en la que no nos vamos a adentrar para explicar los porqués de que el pleno de Málaga es impuntual por naturaleza. Por costumbre, la misma que se ha hecho ley. Todos los grupos, a excepción del PP, claro está, se quejaban en la pasada sesión que ésta había empezado casi una hora tarde, al tiempo que criticaban que el alcalde Francisco de la Torre acaparaba con sus intervenciones buena parte de los tiempos. El portavoz de IU-Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, le afeaba incluso que habían tenido que esperarle a él para que empezara. El caso es que ayer, en el pleno extraordinario para las inversiones financieramente sostenibles (IFS), el regidor era el primero que estaba en el salón de plenos, poco antes de la 10.00 horas (inicio oficial), como se encargaron algunos ediles populares de recalcar, no sin cierto retintín.
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Mientras, los concejales de todos los grupos iban cayendo por la primera planta como el que se despereza por la mañana, sin prisa, lo que provocó que el pleno acabase empezando algo más allá de las 10.20 horas. Pero, vamos un adelanto sobre la hora de retraso a capón de siempre. No sabemos si valdrá o no de precedente, pero el presidente era el primero que ocupaba sus posiciones mientras los munícipes bajaban distraídos. Visto lo visto se creó un animado corrillo en los pasillos en el que se abordaba cómo podía ordenarse que los ediles estuviesen en sus puestos a la hora indicada. Los viejunos sacaron a colación la chicharra, esa que nos marcaba la hora de clase a los niños de los 80, o que sonaba cuando tocaba el bendito recreo. Un timbre que sonara en los grupos municipales con ímpetu y que llamara a los ediles al salón de plenos cual bachilleres talluditos. El alcalde ya cuenta con su timbre exclusivo, que da cuenta cuando entra y sale de la Casona. No vendría mal crear una red dinámica de chicharras, muy smartcity si quieren, para que la puntualidad sea un factor más de un Ayuntamiento que quiere ser eficiente. No debiera ser tan difícil conseguir lo obvio.
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