El avispón oriental ya acecha en la zona de Bailén-Miraflores. Es una especie que desde el año 2007 está catalogada como invasora y aparece así en el catálogo que supervisa el Ministerio de Transición Ecológica. El hábil cazador es superior a su presa habitual. ... Como si fuera un helicóptero, puede permanecer en el aire. Acelera de una manera vertiginosa y puede volar hasta hacia atrás. Cuando identifica a una víctima, pega de golpe y la arrastra para dar de comer a su hambrienta nidada. Y también lo hace en Málaga.
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La plaga del avispón oriental se ha extendido ahora al barrio de Bailén-Miraflores, donde los vecinos llevan unas tres semanas soportando la presencia de este invitado indeseado. Rafael Rodríguez, que vive en la calle González Alaya, es uno de ellos. «Todos los días, puedo cazar entre 20 o 30 avispones. Si sales a la terraza, las tienes revoloteando. Ahora mismo, tengo a cinco o seis delante», asegura a SUR. «Esto es una invasión», sentencia.
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El profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Málaga, Enrique Salvo, señala que las primeras apariciones del avispón oriental en la provincia se sitúan en torno al 2016. Una sola colonia devoraría unos once kilos de biomasa de insectos al año. «Vemos como el avispón oriental se está expandiendo en los últimos años. Es una especie que hace unas colmenas enormes. Corremos el riesgo de que, poco a poco, vayan desplazando a nuestras especies autóctonas», advierte.
¿Cuál es la solución para acabar con una plaga como la que están sufriendo ahora los vecinos de Bailén-Miraflores? «Es dar con el nido o con los nidos y erradicarlos», contesta Salvo.
Esta competencia es del Ayuntamiento. El director general del área de Medio Ambiente, Luis Medina-Montoya, explica a SUR que cuál es el protocolo a seguir en estos casos: «Los vecinos deben llamar a la Policía Local o utilizar la aplicación 'Málaga Funciona' para hacer un aviso. Pero es necesario que tengan identificados los nidos para que podamos actuar. Si es el caso, bien operarios del área, bien los bomberos, que recibieron una formación específica hace un año, actúan por la noche, cuando las avispas retornan al nido. Vierten un liquido que acaba con las avispas de manera instantánea».
Rodríguez, uno de los vecinos que padece este plaga, lamenta que sendos avisos al Ayuntamiento, por ahora, no habrían resultado fructuosos para acabar con el problema. Mientras tanto, como se puede ver en el material gráfico que acompaña esta información, a los vecinos no les queda otra que hacer la guerra por su cuenta.
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Más allá de las molestias para el ser humano, Salvo señala que existe una alteración evidente de la fauna local. «Por ahora, no existe un depredador natural para estas avispas. Eso es un gran problema», dice. Los avispones orientales habrían aprendido a lo largo de la evolución a defenderse de sus posibles atacantes. Vuelan en 'zic zac', lo que hace imprevisible saber qué dirección van a tomar. Hipotéticos depredadores acaban confundidos y se les escapa el mejor momento para atacar.
«Y no es solo eso. Cuando las avispas orientales atacan, lo hacen con gran agresividad. Es muy común que se lancen en manada. La rodean y eso hace que acabe muriendo de calor», detalla Salvo. Desde fuera, lo único que se ve, entonces, es una bola de avispones orientales.
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