Seguro que recordarán el caso: Ulises, un cachorro de mastín de pocos meses, apareció en junio de 2020 dentro de un saco atado con cuerdas y tirado en un contenedor de basura en la urbanización Puertosol, en las afueras de Málaga. Apenas un hilo le ... ataba a la vida. Los esfuerzos de la Policía Local por rescatarlo, los de la Sociedad Protectora de Animales por sufragar los gastos y los veterinarios y auxiliares de la UVI del hospital veterinario SOS Catycan por salvarlo, obraron el milagro. El perro se convirtió en un símbolo de la lucha contra el maltrato animal.
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Cuando pudo tenerse en pie, Ulises se mudó temporalmente a la casa de Inma Laure, una voluntaria de la Protectora que lo tuvo en acogida durante medio año. Y ella precisamente ha sido la que ha dado la voz de alarma. En enero del año pasado, un matrimonio irlandés afincado en Conil adoptó al cachorro, ya convertido en un gran mastín. Pero la experiencia no ha funcionado. La familia ha invertido tiempo y dinero en varios entrenadores, pero no ha conseguido hacerse con el poderoso animal, que tiene problemas de comportamiento a causa de sus traumas y miedos.
Ahora, Ulises está de vuelta en Málaga, en la residencia de Samuel León, educador profesional y fundador de Tribu Canina, algo que sigue pagando su anterior familia. Pero ya está buscando un nuevo hogar, y el experto aporta las claves que debe conocer quien esté interesado en su adopción. «Es un perro con problemas de inseguridad. La naturaleza de su comportamiento es el miedo. Cuando conoces su historia te haces una idea del calvario que ha pasado: no solo no cubrían sus necesidades básicas, sino que también sufría maltrato y abandono». Por lo que concluye: «Tenemos un perro que ha sufrido experiencias horribles y que no ha sido educado ni socializado».
Samuel León, quien también es voluntario de la Protectora desde 2015, explica que en realidad no es un perro valiente, sino que evita el conflicto con personas y con perros. «¿Qué sucede entonces? Que con una familia sin liderazgo, poco experta y poca autoridad, él se crece y se hace fuerte. Y si bien conmigo gestiona su miedo perfectamente y evita cualquier conflicto, con personas sin experiencia se envalentona y resuelve sus problemas con agresividad. Se vuelve protector y sabe que si se pone agresivo con otros perros o con otras personas nadie se le va a acercar, y por lo tanto se refuerza su mala conducta».
El experto educador tiene plena confianza en que Ulises puede encontrar una familia con la que ambas partes sean felices. «Lleva conmigo unas semanas y al principio era muy desconfiado y durante los primeros días tenía que protegerme a la hora de entrar en su chenil, por precaución. Ahora tenemos una relación basada en el respeto y la confianza y puede pasear por el campo, la ciudad o asistir a una clase de grupo con otros perros sin que haya el más mínimo problema. Seguimos trabajando sus miedos para conseguir que sea todo lo sociable y equilibrado que sea posible».
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Por tanto, ¿cuál sería el perfil adecuado? Una familia con experiencia y autoridad para manejar a un perro de este tamaño y de estas características, «y con un poco de paciencia». Samuel León ofrecerá a los adoptantes de forma gratuita una clase de adiestramiento individual y dos meses de clases de grupo, «para que se conozcan y sepan manejarlo, y así garantizamos que desde el minuto uno se hacen las cosas correctamente. ¡Lo importante es encontrarle casa al grandullón!»
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