
El portavoz socialista, Dani Pérez, no dudó ayer en cargar contra la subida del agua del 42% que va a poner en marcha el Ayuntamiento ... de Málaga, de la que se queja que no haya sido abordada previamente en el consejo de administración de Emasa (la empresa municipal, en la que están representados ediles de todas las fuerzas políticas), de lo que él llama «el tarifazo del agua», así como la tasa de basuras que está por venir en 2025. «El alcalde de Málaga quiere freírnos a impuestos», que decía en la Alameda, delante de la delegación del Gobierno de la Junta, a la que también le afeaba la tardanza en la puesta en marcha a la ayuda al alquiler para jóvenes de hasta 35 años.
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Pérez indicó que la subida de la tarifa del agua se ha hecho mal «se ha empezado la casa por el tejado y no por los cimientos» porque un aumento de esta magnitud debía de haberse hablado entre los partidos que forman parte de la Casona, y haberse tratado con profundidad en el consejo de administración de Emasa. «Es una falta de respeto, una vergüenza, De la Torre se ha quitado la careta», afirmaba añadiendo que el Ayuntamiento de Málaga cuenta con un puesto anual que supera los 950 millones de euros, y gasta cantidades millonarias como son 2,5 millones de euros en el estudio del Eje litoral, así como que el PP «sigue contratando cada día más y más cargos de confianza, que se aprieten el cinturón», añadía. En cuanto al incremento de la tarifa del agua, Pérez consideró que, una vez consensuada, debían aplicarse de forma paulatina y progresiva, y viendo las necesidades de las familias, pero nunca «por imposición absoluta. Han cogido la mayoría absoluta, la van a aplicar y la vamos a sufrir los malagueños». La oposición, tanto el PSOE como Con Málaga, trabajan para llevar este asunto al primer pleno del curso político que se celebrará la próxima semana.
No pasaron muchas horas hasta que el Ayuntamiento de Málaga informara, vía nota de prensa, que Emasa iniciaba una ronda de encuentros con colectivos vecinales, sociales, sectoriales, sindicales y con los grupos políticos para dar cuenta de las nuevas tarifas del agua, que serán de aplicación el próximo año.
El objetivo, explicaban, es ponerse en contacto con organizaciones de consumidores, federaciones vecinales, asociaciones de vecinos, asociaciones empresariales, sindicatos, colegios profesionales y otros colectivos sociales de todos los distritos de la ciudad para explicarles la revisión de las tarifas del agua.
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El alcalde de Málaga, Paco de la Torre, ya anunciaba el pasado lunes que estas reuniones se iban a producir lo antes posible y se mostró confiado en que «la cosa va a quedar muy clara desde el punto de vista de la convicción».
De la Torre, quien reiteró a que la tasa del agua en Málaga seguirá siendo «la más barata de las capitales andaluzas», explicaba que la subida se producía tras ocho años de ajustes para que la empresa municipal de aguas pueda hacer frente a la subida del precio de la energía, las crisis del Covid y Ucrania, y afrontar el reto de la sequía y las fugas. En este punto, explicó que Emasa cerró el pasado año «con números rojos de cerca de cuatro millones de euros», añadiendo que la subida de la tarifa va a suponer «seis euros al mes, 20 céntimos diarios de una familia media de tres personas que consuma diez metros cúbicos al mes», que indicaba «no es una cantidad inabordable».
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El grupo municipal socialista ha registrado una solicitud de comparecencia para que el concejal de Economía, Carlos Conde, conteste hoy jueves cuántos impuestos más pretende subir el equipo de gobierno del PP, con mayoría absoluta, en el presente mandato municipal, que expira en 2027.
La concejala socialista, que ha registrado esta petición, Mari Carmen Sánchez, no ha dudado en decir que De la Torre «ha cumplido con lo esperado de un gobierno insensible con los malagueños». Ha afirmado que estos dos primeros años de mandato subirán todos los impuestos posibles para que cuando lleguen las próximas elecciones municipales los ciudadanos ya no se acuerden.
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La portavoz del grupo municipal Con Málaga (Podemos e IU), Toni Morillas, estaba ayer francamente enfadada por el cambio unilateral de la fecha del pleno, que el PP ha adelantado del jueves al miércoles de la próxima semana. Además, la circunstancia, como explicaba, era incluso peor porque también adelantaban un día la fecha de entrega de mociones. «Son triquiñuelas para amordazar a la oposición», decía explicando que el pleno, en el que se van a vislumbrar las quejas de los vecinos por «el tarifazo del agua» lo modificaban de fecha sin ni siquiera consultar.
El portavoz socialista, Dani Pérez, también criticaba esta forma de proceder. «Estas formas de actuar demuestran lo que ya estamos viendo, que la mayoría absoluta empobrece la democracia. No se pueden cambiar sesiones de forma unilateral, y con tan poco tiempo». Finalmente, el grupo popular rectificaba en cuanto a la presentación de mociones, y ampliaban la fecha un día y medio, hasta el viernes por la mañana, dando mayor margen de maniobra para presentar los asuntos.
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También hubo disculpas populares por el cambio de fecha tan repentino y sin consultar. Tanto Morillas como Pérez entienden que cosas así no deben volver a pasar. «No se pueden perder las formas, y los cambios deben comunicarse en la junta de portavoces, como se ha hecho siempre», añadía Morillas.
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