Pedro Bernaola, catedrático de Física de la UMA. SUR

Pedro Bernaola: «Los límites de ruido en la calle que marca la norma no se cumplen, es una utopía»

Un catedrático de la UMA y una ingeniera experta en ruido afirman que es correcto el aislamiento de la mayoría de los locales

Jesús Hinojosa

Málaga

Domingo, 11 de septiembre 2022, 00:10

¿Cuáles son los niveles de ruido que soportan actualmente los malagueños? Dar respuesta a esta pregunta es complicado porque el último mapa de ruido ... de la ciudad se elaboró hace cinco años, si bien el Ayuntamiento se prepara ya para revisarlo. Además, las últimas mediciones en las zonas más críticas como el Centro y Teatinos se realizaron a finales de 2015 y no se han vuelto a repetir, aunque la intención del equipo de gobierno es hacerlas a mediados del año que viene. Tampoco hay medidores permanentes del ruido, como está previsto en los entornos ZAS, porque el Consistorio no los considera por ahora necesarios.

Publicidad

Entonces, ¿cómo saber si el ruido de Málaga supera o no los límites establecidos? Algunos de los expertos en esta materia pueden arrojar algo de luz a este interrogante. Dos de las personas más solventes son el catedrático de Física de la Universidad de Málaga Pedro Bernaola, y la delegada de acústica del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación, Elena Díaz. Según explicaron a SUR, cumplir con los objetivos de calidad acústica establecidos por la normativa vigente a nivel andaluz y municipal resulta muy complicado.

El ruido máximo permitido en horario nocturno en una calle de una zona residencial antigua o ya consolidada es de 55 decibelios, cifra que disminuye a los 50 decibelios para las urbanizaciones de más reciente construcción. Según explicó Pedro Bernaola, ese nivel de ruido puede asemejarse al de una conversación animada o un profesor hablando en clase. «Eso no se cumple de ninguna manera, es una utopía en cualquier zona con una mínima actividad», admitió.

Según comentó, la mayoría de los locales que analizan con sus sonómetros cumplen con las medidas de aislamiento necesarias para que no emitan al exterior más de lo recogido por la normativa. «El problema son las aglomeraciones que se producen fuera», apuntó Bernaola, quien recordó que el límite de ruido que debería percibirse en el interior del dormitorio de una vivienda de noche, para que sus moradores puedan dormir, es de 30 decibelios, con las ventanas cerradas.

Publicidad

Elena Díaz, ingeniera especialista en la medición del ruido. SUR

El trabajo de estos dos especialistas consiste en saber diferenciar las diversas fuentes de ruido que perciben sus aparatos para controlar que el que emite, por ejemplo, un nuevo local no genera más de 25 decibelios de noche en el interior de una vivienda para que, unido al resto de ruidos presentes, no se llegue a los 30 mencionados, y «de nuevo, eso es muy complicado en zonas con una mínima actividad de ocio o comercial», añadió el profesor.

En el caso de las terrazas exteriores de los negocios de hostelería, a raíz de las facilidades que se dieron durante la pandemia para que fueran más amplias, la Junta aprobó un decreto para limitar su ruido mediante una estimación teórica que tiene en cuenta el número de personas que pueden albergar y el nivel de decibelios medio que puede emitir cada una de ellas, hablando de manera normal.

Publicidad

«Es muy difícil que no se superen los niveles óptimos de ruido por cuestiones tan básicas como el tráfico o los camiones que recogen la basura», añadió Elena Díaz. Sin embargo, estas fuentes apenas si son objetivo de las denuncias vecinales, que se centran sobre todo en comportamientos incívicos, asociados en muchos casos al ocio. Por ello, estos expertos apuestan por concentrar este tipo de locales en zonas específicas de la ciudad alejadas de viviendas, para que no molesten a los vecinos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad