Imágenes aportadas por la Junta de Andalucía, que trabaja a destajo entre Sacaba Beach y el canal principal del Guadalhorce. SUR

Subida del mar, barrera de arena y sequía: decenas de peces se quedan atrapados otra vez en la desembocadura del Guadalhorce

La Junta trabaja a destajo para abrir un canal de salida y retirar los ejemplares muertos. El último gran fenómeno así se dio en enero de este año

Miércoles, 16 de octubre 2024, 00:16

«Desde Medio Ambiente llevamos actuando desde el lunes en la zona para abrir el brazo de la desembocadura del Guadalhorce y que los peces ... puedan salir libremente. Esto es algo que suele ocurrir normalmente cuando llueve: sube el nivel del mar, se mete en el río y con él los peces. Después de la lluvia se queda esa balsa y es ahí donde están trabajando con maquinaria gracias a Dominio Público Hidráulico de la DT de Agricultura y Agua y con agentes de medio ambiente. Están trabajando, como digo, desde el lunes y hasta hoy miércoles seguirán allí para seguir abriendo el brazo, así como para la recogida de especies», Son declaraciones a SUR del delegado de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Los técnicos adscritos al ente autonómico trabajan con denuedo para dejar expedita la salida del río al mar. Decenas de peces han quedado atrapados esta semana en esta zona.

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Es un circulo vicioso antes visto en el que confluyen sequía, dinámica de mareas, bajada de oxígeno en el agua y la barrera física conformada por el aterramiento del tramo final del cauce. Ocurre en numerosas desembocaduras del arco mediterráneo; en el Guadiaro, en el límite con Cádiz sin ir más lejos.

Antecedentes

El fenómeno es llamativo e implica cierta urgencia en la actuación, puesto que los peces muertos también empeoran la calidad del agua. Los técnicos confían en que hoy miércoles quede zanjado el episodio. Habrán sido 48 horas de trabajo entre Sacaba Beach y el Guadalhorce.

En la imagen, tomada por técnicos de la Junta el lunes por la tarde, se aprecia la barrera de arena. SUR

El último episodio llamativo se produjo en el fin de semana del 21 de enero de este año. Entonces, las autoridades ambientales cifraron en 350 los ejemplares muertos. El motivo, idéntico, es una cuestión recurrente.

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En estos casos, siempre se realizan estudios por si pudiera concurrir otra causa, aunque la explicación parezca dada de antemano.

El procedimiento habitual se realiza con la empresa pública Tragsa, que procede a recoger los animales muertos mientras con medios mecánicos trata de abrir un canal de salida al mar.

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