Patinetes en Málaga: Del 'boom' inicial al despliegue moderado

La tecnología hace buena parte del trabajo, ya que todos las unidades están geolocalizadas, pero también es fundamental la labor de seguimiento, mantenimiento y puesta a punto que realizan sobre el terreno los respectivos equipos de cada compañía. Con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, SUR ha compartido una mañana con el personal de Dott, una operadora que se estrenó en España con su aterrizaje en Málaga el pasado junio y que cuenta con 16.000 usuarios registrados y una media de 210 vehículos operativos.

«Procuramos que haya la máxima disponibilidad durante las 24 horas del día, de ahí que estemos organizados en tres turnos para sustituir baterías, reubicar los que no estén bien estacionados y traer a la nave los que sufran alguna avería», explica el responsable de la compañía en Málaga, José Luis Gil, mientras termina de inflar las ruedas de varios patinetes y carga en la furgoneta un lote de baterías en el almacén de la barriada de San Julián donde Dott tiene su centro de operaciones.

¿Las principales incidencias que sufren estos vehículos? Las hay electrónicas, como fallos puntuales del GPS, pero la inmensa mayoría son provocados por el propio uso en la calle, fundamentalmente pinchazos y golpes. Pero también hay vandalismo, «aunque cada vez menos», matiza Gil apuntando con la mirada a un patinete que está en reparación tras aparecer en el estanque del Parque Huelin. Peor suerte corrieron dos que la 'app' localizó en el vertedero porque los habían depositado en el contenedor de basura. Y eso que pesan 32 kilos.

Hasta el momento, en la compañía no han registrado ningún accidente grave o moderado, aunque para estos casos el usuario está cubierto por un seguro de responsabilidad civil y de accidentes, tal y como exige la Ordenanza de Movilidad que entró en vigor el pasado mes de enero. Las que sí que destacan en las estadísticas de Dott son el medio millar de sanciones en forma de recargo de 10 euros a sus usuarios por dejar los patinetes tirados en la vía pública. Apenas representan el 0,7% de los 65.000 viajes realizados desde junio, pero son efectivas porque ningún usuario ha reincidido. Hay otra vía para garantizar ese cumplimiento. «El usuario debe realizar una foto para la aplicación dé por finalizado el trayecto, de forma que si no lo ha estacionado en el lugar correcto, el reloj sigue contando hasta un máximo de diez minutos, lo que equivale a unos dos euros», comenta Gil.

En cuanto a la circulación por zonas restringidas, como el Centro Histórico, directamente es imposible ya que en el momento en el que el GPS actualiza la ubicación (cada tres segundos) el vehículo deja de acelerar. En otras zonas de alta densidad de peatones, como Muelle Uno, la velocidad máxima se autolimita a 10 km/h en lugar de los 25 permitidos en condiciones normales. En el caso de Dott, el trayecto medio es de casi 3 kilómetros, con un tiempo medio de 18 minutos. El mapa de calor deja bien claro que el entorno del Centro es el que tiene más tirón, con los estacionamientos de Cortina del Muelle y Cervantes a la cabeza del 'ranking'. ¿El perfil del usuario? Sólo uno de cada cuatro es local, lo que evidencia que el patinete es una opción que gusta a los turistas para conocer la ciudad, pero también que para que más malagueños lo elijan como medio de transporte habitual hacen falta más puntos de aparcamiento y más carriles bici para no tener que jugarse el tipo por la calzada.