Análisis

¿Qué pasa con los planes para los Baños del Carmen de Málaga?

En realidad, cuando se habla de los planes para este espacio hay que diferenciar tres actuaciones distintas: la parte terrestre, la playa y la rehabilitación del edificio y su entorno. Este análisis pretende ser una puesta al día (a fecha de finales de abril) sobre la situación de cada uno de estos flancos, fruto de la recopilación de datos técnicos de la Dirección General de la Costa y el Mar, dependiente del Gobierno central; del Ayuntamiento de Málaga y de la Junta de Andalucía, que son las tres administraciones que intervienen, en mayor o menor medida.

En lo que corresponde a los terrenos del antiguo 'camping' y el entorno del edificio del restaurante, recientemente declarado Bien de Interés Cultural (BIC), el escollo está en que la Gerencia de Urbanismo todavía no ha mandado a Costas la última versión del proyecto del parque marítimo allí previsto. El organismo estatal reclamó en septiembre del año pasado que se hicieran una serie de modificaciones, aunque casi todas son de menor entidad.

«La misma Ute que redactó el proyecto del parque está ultimando la redacción del proyecto reformado, atendiendo a los requerimientos realizados por Costas. En pocas semanas estará listo», admiten desde el Consistorio. Por tanto, la pelota de esta parte de la iniciativa está en el tejado municipal, que tiene que librar el citado documento para poder seguir avanzando.

En paralelo, la Consejería de Cultura de la Junta tiene pendiente resolver la cuestión del astillero Nereo: básicamente, si se tiene que quedar a la fuerza, por cuestiones de protección del patrimonio cultural de la carpintería de ribera, en su sede actual (lo que piden los concesionarios). O bien, si el taller se puede mover para dejar espacio para la conexión del paseo marítimo de Pedregalejo con el futuro parque. La empresa ha presentado recientemente una batería de demandas en los tribunales para hacer valer sus pretensiones.

Si el futuro de Nereo no se despeja antes de que se pueda licitar la reforma del espacio, Costas no descarta dejar la conexión con Pedregalejo para una segunda fase, y empezar ya con el resto de los trabajos previstos, para evitar que la actuación se siga bloqueando.

Otra cuestión que todavía no está cerrada es la financiación de las obras. Cabe recordar que el alcalde, Francisco de la Torre, ha ofrecido en varias ocasiones cofinanciar los trabajos entre el Ayuntamiento y Costas, aunque este aspecto todavía se tendrá que negociar antes de convocar el concurso.

Algo más despejada está la ampliación de la playa existente entre el balneario y El Morlaco, así como su protección mediante dos espigones. En este punto, la clave está en un estudio, que Costas en Málaga está ultimando, para determinar la procedencia y la granulometría (tamaño del grano) de las arenas que se emplearán. Como ordena la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), estas tienen que ser de mayor calibre para evitar que el agua se enturbie y para preservar la fauna marina del roquedal.

Este documento estará listo, previsiblemente, hacia el mes de junio, y se tendrá que remitir a Madrid. Por tanto, las obras estarían en condiciones de licitarse después del próximo verano, aunque por cuestiones presupuestarias y de calendario podría posponerse el inicio a principios de 2025.

La rehabilitación del edificio en realidad está supeditada a la decisión que tome la Junta sobre la concesión, que actualmente funciona en precario y de manera temporal, tras un acuerdo con sus titulares. Por tanto, no es factible que se produzca la reforma integral hasta que no haya un título concesional de larga duración.

Hay otra cuestión que está en el aire y que afectará de lleno al negocio: y es si será posible mantener el restaurante abierto mientras se ejecutan las obras en su entorno, lo que incluye la zona del malecón, delante de la terraza principal del establecimiento.

Por tanto, es posible que sea obligatorio cerrarlo durante algunos meses, y ese intervalo se podría aprovechar para que la Junta resolviera la cuestión de la concesión, sobre una superficie definitiva (el edificio protegido del restaurante, parte de sus terrazas delanteras y de su perímetro); y por un plazo reglado. Todo esto está pendiente de que se culmine el proyecto de urbanización del parque y la rehabilitación de los antiguos jardines.

Aunque toca transversalmente a ambos proyectos, la cuestión de cómo evitar los alcances de los temporales es otro punto clave, máxime cuando el balneario ya está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC).

Las medidas previstas son de dos tipos. De una parte, los espigones defensivos de la nueva playa, con un brazo longitudinal y otro transversal, se espera que frenen parte de las olas que vengan de la dirección sureste y oeste.

Pero los más perjudiciales son los del este, de levante puro. Para frenar estas olas, y ante la presencia del roquedal protegido, la conservación quedará en manos de la concesionaria. Como defensas, de momento, lo único que se prevé es elevar el muro de la zona situada más al sur, e igual en el resto del malecón, pero sin que se pierdan las vistas privilegiadas desde este rincón de la ciudad.