De partisanos a pragmáticos

La oportunidad del momento la ha sintetizado Arrabalí con una mirada al pasado: «En 2015, teníamos a dos diputados en el grupo mixto. Ahora tenemos a dos ministros (Alberto Garzón y Yolanda Díaz)». Estar en las instituciones es sugestivo, y ninguno de los asistentes ha negado la ilusión de tocar poder. Pero también se ha advertido del peligro de los «puristas» y de que los próximos años deben estar basados en cambios palpables. Una subida del salario mínimo, una limitación de las apuestas deportivas. En definitiva, construir un argumentario para conquistar y ampliar la base social. «El programa que se ha pactado es un programa socialdemócrata, no es un programa para hacer la revolución», ha adelantado Arrabalí.

A partir de aquí, se trataría de conquistar trocitos de poder para devolvérselos a una mayoría social que se identifica con los ciudadanos que luchan y trabajan para llegar a final de mes. «No es lo mismo gobierno que poder», ha recordado Arrabalí, que también ha mostrado muy crítico con los partidos independentistas: «Si se aparca el 'procés', avanzaremos». El nacionalismo como freno para la izquierda.

En la misma línea se ha mostrado Espinosa, apelando a dejar atrás esa izquierda de Pepito Grillo y pasar a ser una izquierda que sea capaz de construir. «Reivindicar la Constitución se ha convertido en un acto revolucionario. Eso resume muy bien donde estamos y lo mucho que se ha retrocedido», ha apelado a mejorar las condiciones de vida de la gente. «Si lo conseguimos, las personas se van a olvidar de las banderas», ha añadido en relación al auge de Vox. El partido de Abascal también ha sido identificado por todos como una de las «principales amenazas» que tiene ahora mismo el país.

El reto al que se enfrenta IU es uno de los mayores en su historia. Así lo ha dejado claro Remedios Ramos al inicio de su intervención. En contenido y argumentario, Ramos se encuentra a la izquierda de la izquierda. Pero, así lo ha asegurado, la ideología no le impide «ver la realidad y los mimbres que tenemos». En este sentido, también ha subrayado la necesidad de poner en práctica cuanto antes medidas que beneficien a la gente. «Hemos perdido tantos derechos, que no sabemos ni recordar los que teníamos. Es tanto y tan poco para el miedo que nos tenemos«, ha sentenciado. El PSOE, por su parte, se sigue percibiendo como un actor al que se contempla con cierta desconfianza.

Pero la oportunidad del momento, se ha concluido, merece la pena arriesgar. Ideología, sí, pero con más pragmatismo que nunca. Así se ha mostrado la militancia de IU y de Podemos este jueves en Málaga.