El Ayuntamiento de Málaga va camino de convertirse en el ayuntamiento de la libre designación o de la elección a dedo, según los gustos. La ... última jugada del alcalde Francisco de la Torre ha sido la de cesar a todos los asesores de distritos, que estaban ya nombrados a libre albedrío y volverlos a elegir a todos por otro proceso discrecional como jefes de distrito para que por lo menos puedan dar órdenes a los funcionarios y tengan firma en los documentos públicos. A todos los que estaban nombrados, diez, ya que una de las plazas, la de el distrito de El Palo se queda libre de momento al parecer porque el concejal Carlos Conde no la ha cubierto, según cuentan las malas lenguas, ya que así mantiene a otro cargo de confianza como Eduardo Gallardo.
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En fin, cesados quedaron los diez asesores de distrito y nombrados los mismos diez. Para este viaje no se necesitaban estas alforjas. Publicaciones en el BOP para la provisión de puestos de trabajo, ceses en la junta de gobierno local, decretos de Alcaldía... Para ser jefe de algún distrito se habían presentado en algunos casos más de una decena de funcionarios, muchos incluso habían pasado entrevistas, lo que ha provocado, pese a que se barruntaban el final, que se les haya quedado la cara de póker. Uno de ellos explicaba que para qué le hacían perder el tiempo de esa forma si al final «iban poner a los que ya estaban», y otro, ni corto ni perezoso subrayaba que «ya está bien de tanto enchufismo en el Ayuntamiento». Los nuevos, que eran los antiguos son: Francisco Cantos, nuevo jefe de distrito del Centro, aunque lo cierto es que ya era asesor del distrito Centro; Julia Guzmán, nueva jefa del distrito de Ciudad Jardín, aunque ya era asesora del mismo; Alegría Novo, jefa del distrito Bailén-Miraflores; Juan Manuel García Piñero, de Palma-Palmilla; Antonio Francisco Fernández, Cruz de Humilladero; Juan Carlos Giardín, de Carretera de Cádiz; Dolores Navas, de Churriana; Pedro Palacios, de Campanillas; Antonio Lobato, de Puerto de la Torre; y Andrés Reche, de Teatinos-Universidad. Es decir, son los mismos perros, perdonen la expresión castiza, pero con distinto collar.
Pues bien, fueron cesados de sus puestos el pasado viernes en la junta de gobierno local y ayer por la mañana fueron nombrados por decreto de Alcaldía. Curioso es que esos papeles que firma el alcalde no salgan a la luz tan fácilmente. Seguramente, De la Torre dará cuenta en el pleno de mañana, pero de carrerilla y mirando hacia abajo, por lo que la mayoría no le entenderá. Ya ha pasado otras veces.
Para animar el cotarro, el funcionario azote, Wenceslao Alonso, que también se ha presentado a uno de estos puestos, «perdiendo soberanamente el tiempo porque una vez más ya estaban dados», ya ha presentado su recurso de reposición en el que hace saber al Ayuntamiento que, siendo puestos de estructura, jefaturas en este caso, no pueden nombrarse por libre designación. Bueno, podrían ser jefaturas de servicio por libre designación, pero en este caso es no viable, ya que entre los nombrados hay funcionarios C1, que por su escala administrativa nunca podrían ser jefes de servicio. Así de sencillo. Lo único bueno de todo este proceso es que al menos no serán los convidados de piedra, ya que como asesores no tenían mando en plaza y ahora sí lo tienen.
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Tras las nuevas diez jefaturas, De la Torre tiene a su disposición diez nuevos cargos de confianza, que se han quedado vacantes al cesar a los diez asesores, que podría nombrar siempre que quisiera. Pero aquí parece que se va a topar con su socio de gobierno, Ciudadanos, cuya portavoz Noelia Losada, que explicaba ayer a este periódico que ha hecho saber que se va a negar en rotundo a que con la situación de precariedad laboral en la que está en Málaga se contraten más cargos de confianza innecesarios a costa del erario público. La cosa sigue tirante entre los socios de gobierno.
El correveidile esta mañana entre algunos era cómo los asesores del edil no adscrito o tránsfuga Juan Cassá ya van encontrando acomodo en las instituciones para mantenerle contento. El hecho es que su mano derecha, Iñigo Vallejo, fue nombrado director técnico adscrito a la presidencia en la Diputación, para lo cual han tenido que mover del puesto a una popular; y ahora está en liza a dónde colocarán a su otra acólita Beatriz González.
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Según cuentan en los pasillos más profundos, los populares de la Diputación ya le han dado el toque a los de la Casona para que le busquen plaza y paga a González, para la que parece que sólo queda la opción de que el alcalde le busque un puesto de eventual, de asesora, que también viene siendo a dedo por decreto de Alcaldía. En fin, poco a poco van encajando las piezas del puzzle para que Cassá esté pletórico en su nueva andadura, aunque parece que su expartido le tiene preparada hoy una dulce sorpresa en su moción urgente del pleno. Como pueden comprobar, prosigue el culebrón del verano.
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