El Palo se queja de suciedad acumulada en el barrio

El Palo se queja de la suciedad acumulada. Este tema no es nuevo, pues hace unos meses se trató en esta sección la situación de los aledaños de Echeverría, y poco después se escribió sobre los alrededores de la Iglesia de las Angustias: «Resulta increíble en el año 2022 encontrar zonas tan descuidadas y sucias como el centro de la barriada malagueña de El Palo. Solo hay que intentar dar un paseo por los jardines de la iglesia de las Angustias, con algún que otro roedor, y calles colindantes como la avenida Juan Sebastián Elcano, zona de la entrada principal del mercado municipal, la plaza Cardenal Mendoza o la calle Zamora», explicaba Francisco, un vecino de la zona.

Ahora, R. S. vecina de la calle Aguilar y Cano, envía fotos del estado natural de su calle, muy descuidado, sobre todo en la zona de los contenedores, en la que se puede observar una gran cantidad de mobiliario abandonado, desperdicios y comida en descomposición: «Tenemos esta estampa demasiados días, las batidas de limpieza no son suficientes», explica con cierta indignación.

A esta circunstancia hay que sumarle una vez más el poco civismo, algo que las administraciones no pueden combatir. No obstante, hay una manera de frenarlo: las sanciones ejemplares. De este modo, todo aquel que no respete el mensaje de los contenedores se lo pensaría dos veces antes de ensuciar las calles de manera habitual.

Lo explica una vecina del centro histórico y lectora habitual de SUR: «Es lamentable el estado en el que se encuentra la calle Panaderos, paralela a la Alameda Principal. En su espalda el Mercado de Atarazanas, cerca de la bodega Antigua Casa del Guardia y por tanto paso de muchos turistas que visitan estos lugares. La calzada está llena de vaivenes, mal asfaltada, las aceras estrechas y rotas, por lo que hay que invadir la calzada por donde pasan los coches con el consiguiente peligro. A esto hay que sumarle que al alumbrada y huele a orina».

Es paradójico, en la calle Marcos de Obregón se hicieron unas obras para mejorar el ancho de la acera. No obstante, hay muchos tramos en los que no se puede pasar. ¿Qué ocurre? Los vecinos denuncian que en muchos de los tramos hay arbustos y maleza que crece de forma descontrolada que impide el paso a los peatones. Estos tienen que continuar su recorrido por la carretera. Este detalle, que podría ser salvable para muchos, no lo es para las personas con movilidad reducida o los carritos de bebés. Para estos sí que supone un peligro tangible, y es por ello que residentes piden arreglos cuanto antes.

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