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Un grupo de padres del Colegio Sagrada Familia de Ciudad Jardín han decidido no llevar a sus hijos a clase este miércoles en protesta por los modos de un profesor con un alumno de cuarto de primaria. Aseguran que una vecina vio este martes desde su ventana cómo el docente, presuntamente, sacaba del aula a un niño de nueve años, le gritaba, zarandeaba y daba «manotazos en la espalda», acción que comunicó a los padres.
Éstos elevaron ayer una queja a la dirección del centro y pidieron que el profesor fuese apartado de la actividad lectiva. Desde la Fundación Unicaja, entidad titular del centro, explican a SUR que están «analizando la situación» para «aclarar los detalles a través de los procedimientos ordinarios». Según ha podido saber este diario, esta es la primera ocasión en la que se tramita queja alguna dirigida al profesor. La delegada de padres del curso, María José Díaz, afirma que decidieron dejar de llevar los niños a clase porque la dirección les comunicó que el docente continuaría impartiendo sus clases durante la investigación de la queja.
Según informan los propios padres, al menos 24 de los 26 alumnos de 4ºA se han ausentado este miércoles por decisión de sus progenitores. La delegada de padres asegura que este posible comportamiento inadecuado por parte del docente «no es un hecho aislado», pese a que SUR ha confirmado que no existen quejas previas. «Los niños están acostumbrados a collejas, pellizcos, tironcillos del pelo, algún golpe en el hombro, gritos...; lo llevan tiempo diciendo, que este profe pega», sostiene Díaz.
Además, este miércoles, un grupo de padres ha acudido a la sede de la Delegación Territorial de Educación para poner los hechos en conocimiento de la Junta de Andalucía. Un portavoz de la delegación recordó ayer a SUR que no tienen "atribuciones ni potestad disciplinaria sobre el profesorado de los centros concertados y privados". Pese a ello, el inspector asignado al centro está al tanto de la situación.
Susana Césares es la madre del pequeño al que la vecina vio supuestamente siendo zarandeado. «No me lo contó, tuve que preguntarle yo, me dijo que tenía miedo de que lo castigáramos si nos decía lo que había pasado», explica. Una vez le comenzaron a hablar del episodio, el alumno describió un comportamiento del profesor similar al que había denunciado la testigo: «Gritos y golpes en la espalda».
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