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El concejal de Vivienda, antes también de Derechos Sociales, Paco Pomares, siempre fue muy 'curita' en el más amplio sentido de la definición, desde sus gestos, su forma de hablar como en la homilía o dando sermones, y en ese 'approach', que dicen los británicos, ... con el que se acerca a charlar con su interlocutor. Pomares, damos fe, es un convencedor nato. Podría, y lo ha hecho, trabajar en una ong como Málaga Acoge o el Secretariado Gitano, pero también ser intermediador legal. Pero eso sí, cuando se eleva a los altares, deja frases gloriosas como la que dijo un día de su jefe, el alcalde Paco de la Torre, en un pleno y rompió el 'share' municipal: «En él todo es posible, y con él nada es imposible». Casi Dios. Pomares está entre los acólitos de De la Torre por derecho propio, es más, forma parte de su núcleo duro, de su guardia pretoriana. En sus 16 años en la cosa municipal no todo ha sido un camino de rosas, y tuvo que enfrentar su imputación en el 'caso Villas del Arenal', cuya causa se archivó, y del que habla por primera vez en esta entrevista. Ahora, el alcalde, que le ha dado Vivienda como única cartera, además de dos distritos, quiere que se centre en sacar el plan de las 8.900 viviendas, como el propio interesado cuenta. Pomares no rehúye de la conversación cercana, pero no es muy amigo de las entrevistas negro sobre blanco. En esta, relajado y reflexivo, saca a relucir su 'yo', su fuero interno.
-Hace años que la dijo, pero sigue retumbando los pasillos de la Casona. «En él todo es posible, y con él, nada es imposible».
-Uy qué gran verdad.
-¿Así es su jefe, el alcalde de Málaga?
-Sí, sí. Y sigue sorprendiendo, por lo menos a mí y a muchísima gente. Esa capacidad que tiene de hacer cosas que no te lo esperas y de que muchas veces, aunque no lo veas, lleva la razón. Tiene una capacidad para ver cosas a medio y largo plazo, y después como es tan consistente e insistente y persistente, pues lo consigue. (Risas) Y al final te gana la partida. Por eso es una gran verdad (la frase), que en él se cumple.
-En un round dialéctico con el alcalde, ¿acaban ustedes entregando la cuchara?
-Entregar la cuchara... Cuando le vas a plantear un tema siempre te da una pista en la que tú no has caído, y entonces te das cuenta de la capacidad que tiene de ver ciertas cosas que tú no has visto Él es muy competitivo, muy deportista, le gusta la competición, claro, y le gusta ganarte, pero te gana teniendo razón. Entonces tienes que decirle: «Alcalde, llevabas toda la razón».
-Usted fue seminarista para ordenarse cura. ¿Por qué dejó ese camino?
-Uff. Bueno, mi maestro de novicios descubrió que mi vocación iba por otra parte, no por la vida consagrada. Le estaré agradecido toda la vida porque en ese momento me costó mucho. Lo pasé muy mal, porque para mí era ese elemento personal de fracaso, que ves que no es lo tuyo; y por otro lado, la parte emocional de que quería a la gente con la que convivía que eran mis hermanos. Entonces aquello fue muy duro. Volver a iniciar el camino, y buscarlo, pero bueno, al final acabé con una vocación política, que al final tiene mucho que ver con el servicio público. (Risas).
-¿Se siente usted en comunión con Dios?
-Uf, no sé. ¿Comunión? Pues la verdad es que yo a Dios le necesito, egoístamente, para pedirle por todo, por la vida, por la salud, por los que me rodean, por lo que te pasa. A veces le pides luz para ver las cosas, fuerza para superar los problemas. Al final es una necesidad de acudir a Dios para que me acompañe en mi vida. En cierta manera es muy difícil de explicar, pero bueno, podríamos utilizar esa palabra, estar en comunión.
-Nunca he querido hablar del asunto, pero hubo una época de su vida en la que usted vivió 'apartheid', sin cartera, por por estar siendo investigado por el caso de Villa del Arenal, que luego se archivó. ¿Cómo se sintió en ese proceso?
-Bueno, pues son experiencias de las más duras de la vida. El camino no sólo es de alegría también hay experiencias así, que te marcan. No se la deseo a nadie, pero también te hace poner los pies en el terreno. Yo sabía que mis acciones tenían que tener precio. Yo decidí enfrentarme a ciertas personas y ponerme de lado de los vecinos, y hubo esa amenaza, y ese fue el precio a pagar. Y lo pagué. Ahora, ese tiempo hasta que el juez dijo que no había nada, y que había actuado correctamente, sí costó. Fue perder ocho meses, recuerdo que cuando por fin empecé a llevar Derechos Sociales y Vivienda, al poco fue la pandemia. Pues mira a lo mejor llegué más tranquilo, más relajado, más preparado para afrontar la pandemia en un momento en el que ese era el mejor y el peor sitio posible, Derechos Sociales, con todo lo que se venía encima. Entonces, bueno, yo me lo tomaba así, que quizás fueron las casualidades de la vida, que tienen la firma de Dios cuando quiere pasar desapercibido.
-¿Cómo fueron esos meses?
-Me acuerdo los dos primeros meses de pandemia, que éramos prácticamente los únicos que estábamos en la calle Avelino (Barrionuevo), porque llevaba la Policía Local, y yo, porque llevaba Derechos Sociales. Yo recuerdo llegar a casa, meterme la ducha y llorar, llorar en ese momento del miedo y de la presión de que todo se hiciera bien. Lo que ocurrió antes fue una curita de humildad, pero el precio fue injusto totalmente. Esto empezó por parte de Ciudadanos (la demanda judicial de Villas del Arenal) y luego, tú, efectivamente has sido testigo de que me han pedido disculpas de forma pública y personal porque todos cometemos errores.
-¿Y en el PSOE le han pedido disculpas?
-No, muchos concejales, sí a nivel personal, porque a veces no hacen falta las palabras, una mirada, un gesto, una palmada muy grande. Hay cosas que se entienden.
-¿En Unidas Podemos?
- Pues no, no, pero no hay que dejar pasar las cosas como si no hubiera pasado nada. Pedirte perdón es mirarte a la cara, decirte me equivoqué, y no pasa nada. Y ojo, quien recibe la disculpa, saber aceptarla, «oye pues te entiendo, yo también he cometido errores...». Es importante verbalizarlo, creo que eso sí cura y cierra la herida.
-El alcalde le dio en el anterior mandato Derechos sociales y fue rey mago en la última Cabalgata antes de la pandemia.
-Derechos Sociales, Vivienda y el distrito Palma-Palmilla para que retomase mi actividad, que era lo que tenía pensado en la distribución inicial. Solamente que en la negociación con Ciudadanos justamente pidieron que no asumiese la responsabilidad hasta que la causa quedase archivada.
-Pero sigamos con su papel de rey mago. Hay grabada por Canal Málaga una frase maravillosa en la que usted se vuelve viral de Baltasar, con un «a tu casa voy a ir».
-(Risas). Lo de rey mago fue una ilusión muy grande. Ahí se lo agradezco a Teresa Porras y al alcalde.
-¿Se lo creyó?
-Yo me metí mucho en el papel. Fíjate que el papel de rey mago, con lo que eso significa de esperanza, y creo que es una experiencia muy bonita, la más bonita de mi vida. Hay varios tramos, el de la Alcazaba que se ponen muchas familias de niños con dificultadas, con alguna discapacidad. Entonces, me acercaba a ellos, rompía el protocolo (se ríe) y los tocaba y se quedaban impresionados. Recuerdo llegar a la catedral y derrumbarme el sentido del cansancio, del esfuerzo del personaje durante seis, siete horas y mira que he hecho teatro...Lo di todo, después habrá gente que le guste o no la actuación, pero yo me metí en el papel como nunca.
-En esta ocasión no lleva Derechos Sociales, sólo Vivienda.
-Bueno es concentrarme más en Vivienda. El alcalde me lo planteó, fue un tema esencial en la campaña, no sólo en las municipales sino también en las autonómicas o estatales. El apoyo y la confianza de los malagueños ha sido grande en el Partido Popular y Paco de la Torre como alcalde para otros cuatro años. Tenemos un reto y hay que cumplirlo.
-¿Las 8.900 viviendas?
-8.900 en cinco años. Hemos hecho 5.000 viviendas en 20 años. Y ahora, para ser justos, no son 8.900, son 4.100 porque hay una parte privada, que son 4.700.
- ¿Lo ve posible?. Usted ha sido concejal de urbanismo y sabe el papeleo al que somete urbanismo a cualquier tipo de actuación.
-Bueno, pero hemos hecho un plan muy real. Cuando nos preguntan por qué no se hace más viviendas de VPO es porque no se puede hacer, no porque yo no quiera es por la capacidad que tiene el sector de la construcción de construir. Hay un límite, es decir, en la época mejor de la construcción estamos hablando del año 2005, lo cogimos de referente y eso es lo que vamos a hacer. Hablamos de vivienda llave en mano, por eso lo de concentrarme aquí.
-Información de Jesús Hinojosa hace dos fines de semana en diario SUR sobre la VPO: 'Mucho ruido y poco ladrillo'.
-Menos el Ayuntamiento. Están las 470, que estamos construyendo en la Universidad, y también las que va a realizar Lagoon Living, que son 530 VPO, yo creo que a principios de año. Una vivienda se construye en dos años, con lo cual ya tenemos mil que en los próximos dos años estarán entregadas.
-¿Y qué hay del el Gobierno y la Junta?
-Bueno, pues que seguimos pidiendo su colaboración y yo creo que cada uno dentro de su ámbito, su competencia.
-Con la Junta eran muy exigentes cuando era socialista, y ahora no son tan 'demanding'.
-La Junta, lo mejor que puede hacer, es ayudar a los promotores constructores, hacer viable la construcción de VPO. Han pedido que se hagan más viables ampliando la posibilidad de las personas que pueden acceder por renta. Dos personas hoy en día que tienen trabajo, salario medio, no pueden acceder al mercado privado, que es muy elevado.
-¿Usted considera que hay este panorama catastrofista sobre la vivienda y sobre las hordas de personas que abandonan Málaga porque es invivible, que expone la oposición?
-Ha habido un cambio de concepto, y antes la gente se iba fuera de las ciudades, en zonas más familiares, y ahora las ciudades se han puesto de moda. Ha vuelto un concepto que es verdad que no se daba desde el año desde los 70 o los 80, que es el derecho a vivir en la ciudad, pero la ciudad es muy limitada. También hemos tenido una crisis del ladrillo 2009-2019, que se ha hecho poca vivienda, y se ha juntado todo. La mayoría de la vivienda, el 86% de la vivienda prácticamente es para comprar. Entonces, claro, hay muy pocas viviendas libres en alquiler y poco índice de rotación.
-La oposición dice que los apartamentos turísticos se comen el mercado de alquiler.
-No la vivienda turística supone el 3%, que todas esas viviendas si se dedican al alquiler ayudan, claro que sí, pero también ayudan al sector turístico que es otra de nuestras industrias, que da trabajo, negocio y riqueza. Lo que tenemos que hacer es construir vivienda y no tocar una industria que a nosotros nos funciona.
- ¿El centro no está masificado de vivienda turística?
-Como todas las grandes ciudades, la concentración de la vivienda turística está en el centro. La tasa de vivienda turística puede estar entre el 2 o el 3%, pero en el Centro puede llegar al 7% y en Campanillas, al 0,5%. La gente cuando viaja quiere ir al centro, y si eres una ciudad turística debes tener esa respuesta. Para nosotros es una industria que da de comer a muchísima gente, casi 10.000 personas viven del sector turístico, y en el centro 1.000 familias que viven de esto. Lo que hay que intentar es que no haya desequilibrios, y yo creo que no los hay. Te lo dice alguien que ha criado en la calle San Agustín, donde vivía mi abuela, y yo, en la calle Casapalma. Recuerdo cuando mi madre nos agarraba y se agarraba el bolso porque había tirones, y el sábado y el domingo no había nadie porque sólo había oficinas. Málaga es una ciudad muy viva y muy rica, ¿y dónde se ve? En el corazón. ¿Que eso tiene consecuencias? El que vive en el Centro debe ser consciente. Lo que hay es que combatir los excesos, el ruido, al turismo tampoco le interesan los excesos. Si escuchas a Jacobo (Florido) queremos un turismo de calidad. Pero qué alegría ir un domingo por la noche y ver que el centro tiene esa luz, esa magia. Los restaurantes abiertos, la seguridad. A mí me encanta.
-Le criticaba días atrás la oposición porque había aprobado la creación de una oficina antidesahucios en Málaga.
-Bueno, ya se había aprobado hace tres años con una iniciativa de Ciudadanos. La oficina de derecho a la vivienda es para ayudar a las personas víctimas, víctimas de cualquier cosa que tenga que ver con la vivienda, para personas por temas de desahucio de alquiler y también se atiende a las personas que están okupando, informándole de lo que hacen y las consecuencias que tienen. También son víctimas aquellas personas a las que les okupan sus viviendas.
-¿Llegan muchos casos así?
-No, ponen denuncia en la Policía Nacional, normalmente, y se buscan un abogado. La oficina del derecho a la vivienda, no es sólo cuando alguien no tiene vivienda, sino cuando a alguien le quitan su vivienda, eso es lo que intento explicar. Tenemos un servicio jurídico buenísimo, aprovecho la plataforma para decirlo. La oficina se creó en 2015 y sólo asesoramos, no llevamos los casos, pero para esa primera guía, sí estamos; además de intermediar, sobre todo en casos de alquiler. Cuando es una gran empresa regularizamos las okupaciones para que el inquilino pague un alquiler social, y así también evitamos desahucios. La cuestión es ayudar a mucha gente a que cumpla con su deber cuando está alquilado y animar también a los que alquilan. Hay que darle seguridad jurídica también a los que alquilan para que mantengan sus casas en alquiler.
-Ya se lo pregunté a Florido, pero también se lo pregunto a usted. ¿Ve al alcalde presentándose con 84 años a las próximas elecciones municipales de 2027?
-Esa pregunta sólo puede contestar él y su familia. Yo creo que no hemos valorado nunca lo que que el alcalde da y lo que ha sacrificado a nivel personal y familiar. Muchísimo. Es verdad que tiene una vocación política clara si no no lo haría, pero también hay un sacrificio muy alto.
-¿Pero usted barrunta, presume, entiende que podría pasar?
-No, verá, a mí lo que me va a costar es ver a esta ciudad sin Paco de la Torre, pero tendrá que venir otro alcalde o alcaldesa.
-Pero usted. ¿no le ve presentándose en 2027?
-Yo te soy muy sincero. Tengo un doble sentimiento. Por un lado, piensas a nivel personal y a nivel de la ciudad y del partido. Entonces es cuando ves que ya le ha dado todo a esta ciudad, le ha dado todo, hasta su sangre, ya ha dado más de lo que hasta ahora nadie le ha dado a esta ciudad. Entonces, bueno, pues piensas que se merece ese tiempo de descanso. Después piensas que con lo que amas a esta ciudad y sé lo que es bueno, y tengo esa contradicción. Pero es una alegría cuando se presenta, aunque te entristece a nivel personal, porque piensas, qué sacrificio, pero qué lección. Luego, le ves tan feliz día a día desarrollando su vocación, su labor, y por eso lo hace bien porque le gusta, y porque le gusta lo hace bien.
-Vamos, que es perfecto, ¿no?
-No es que sea perfecto. Pero tú lo has escuchado, toda la gente que ha pasado por aquí y luego tiene altas responsabilidades le ha echado de menos, le tiene como referente. Para mí es mi maestro.
-¿Ve usted a Elisa Pérez de Siles como su sustituta y su nueva jefa?
-Tengo debilidad por Elisa. Tiene una capacidad increíble y es una gran líder, y también empieza a tener este toque Paco de la Torre, de sacrificar mucho a nivel personal. Creo que Elisa está construyendo un futuro increíble. Que sea candidata aquí, da igual, será una gran política. Y yo creo que estos políticos que se curten, y que disfrutan con lo que hacen la sociedad tiene que cuidarlos, en la política deben estar siempre los mejores.
No dé mas rodeos, que le pedí concisión al empezar, y lo suyo es una homilía. ¿Le ve de alcaldesa?
-(Risas). La veo de lo que quiera ella, es una cuestión personal. Preparada está, y tiene capacidad para hacerlo, como ella mucha otra gente en el partido.
-Mucha, mucha...
-Ojo, aquí es que la gente quiera dar ese paso de un camino muy duro. La exigencia es demasiado alta.
-¿Usted querría ser alcalde?
-¿Alcalde? A mí me gusta ser líder pero en pequeños equipos, pero para ser alcalde hay que tener un liderazgo nato. Y hay gente, creo, que está más capacitada que yo.
-Director del Área de Bienestar Social desde 2007 y concejal desde 2011, se ve que le ha cogido usted gusto al Ayuntamiento.
-Bueno, yo venía para un rato...
-Pero ha seguido, ha seguido, ha seguido como las pilas duracell.
-Cuando Paco de la Torre me llama en el 2011 e iba a terminar mi trabajo de lo que antes era director técnico, le iba a dar las gracias por la oportunidad de los cuatro años y es cuando el alcalde me dice que había pensado en que diera el salto a la política, a concejal. Imagínate. Entonces me lo pensé, le pedí tiempo, lo reflexioné porque no estaba en mis planes. Creo que ahí vi la providencia, lo que era un camino, una vocación, que era una prueba. Sirvo sabiendo que también iba a haber dificultades, como las que he pasado, todo no van a ser palma y olivos, como buen pollinico, y luego la Semana Santa y la resurrección. Y cuando terminan los cuatro años me ofrezco al alcalde, que si me necesita que cuente conmigo porque su proyecto me gusta, y si no, hasta aquí hemos llegado. No tiene mayor cuestión.
-¿Y si no estuviera aquí?
- Pues mira, dejé de trabajar en el tercer sector en 2007, cuando termine veré. Yo soy de las personas que piensa que las puertas se abren, y cuando se abran pues ya sabré.
-¿De dónde viene que es usted la cuota del Obispado?
-(Risas). Eso no, la cuota no. Hay concejales muy creyentes, pero yo presumo de mi iglesia, y no me cuesta hablar de ella, al igual que presumo de la vocación política. ¿Por qué hay que ocultar tu identidad? Eres lo que eres. No es cuota, es por mi forma de hablar. Mi experiencia de seminarista, seguramente, me consideran más católico. Pero a mí no me importa, me parece un valor, me parece un halago.
-El aldabonazo del del PP y de la Torre en elecciones ha sido brutal, mayoría absoluta de 17 concejales. ¿Por qué este subidón?
- Es justo recompensarnos al Partido Popular y al alcalde al frente y a todos los que han trabajado estos dos mandatos en minoría, que a pesar de la dificultad, hemos sacado lo mejor de nosotros mismos, y la ciudad nos lo ha reconocido.
-Pero no ha habido ningún gran proyecto en el pasado mandato. Ni el Astoria, ni el Guadalmedina, ni Arraijanal, ni la Expo...
-Bueno, si quieres valorar la ciudad simplemente por las grandes transformaciones urbanas es una manera de verlo. Pero, lo cierto es que la transformación ya se ha hecho, el último gran proyecto fue la Alameda. Pero antes, una parte de Molina Lario, y ahora el eje de Carretería. De alguna manera, lo que nombra es un reto, pero vamos a disfrutar de la ciudad que tenemos, quedan cosas por hacer, pero también hay que mantener. Estamos aquí (y sitúa su brazo alto), que podemos estar aquí (lo sube más), pero iremos a más. También eso es verdad que depende de la financiación.
-¿Qué grandes retos hay para estos cuatro años?
-En vivienda, por ejemplo, estamos hablando del desarrollo oeste de la ciudad, que va a ser un crecimiento grande de la ciudad, porque en Málaga lo que hacía falta era construir barrios. Estamos construyendo barrios enteros. Buena Vista, Distrito Zeta, Universidad. Creo que aquí nos tenemos que concentrar. ¿Qué nos han pedido los ciudadanos? Viviendas. Bueno, hay proyectos de urbanismo, pero yo creo que tienes que preguntar a Carmen Casero (concejala del ramo), que estaría muy feo por mi parte contártelo.
-¿Qué piensa de la oposición a la que usted le suelta a veces sermones en el pleno?
- Sí, ¿usted lo ve así?
-Sí.
-Bueno, pues es como lo ven los demás, y si creen que les digo sermones, pues será verdad. No sé si será la edad, pero a veces me veo capacitado para hacer reflexiones. Bueno, vamos a poner las cosas en su sitio, desde el punto de vista de la verdad, no del oportunismo, no porque me sigan los medios de comunicación o me estén grabando. Los políticos no podemos ocultar la verdad.
-Su verdad, ¿no?
-Bueno, es la reflexión, la coherencia, si tú dices que esto es negro no vengas mañana a decirme que es gris. No puedes pedir esto, y mañana lo siguiente, y al día siguiente, lo siguiente. Tienes que ser consecuente con tus ideas, con tu ideología.
- A lo que íbamos. Usted siempre ha sido gobierno. ¿Qué piensa de la oposición?
-Bueno, yo creo que deberíamos trabajar más, más codo a codo. Pongo de ejemplo mi distrito la Palma-Palmilla, donde te lo puede decir Lorena Doña (exconcejala socialista). Donde todos somos consejeros del distrito, vale que yo soy presidente, pero lo primero es el barrio, lo segundo es el barrio, y lo tercero es el barrio. Si actuáramos así... pero le cuentas una cosa a la oposición, y es de alguna manera para trabajarla, para discutirla en una mesa, para tomar decisiones.
-¿Siente que es un alma arrojadiza?
- Para algunos.. Te he dicho que yo te puedo hablar de muchísimos concejales de la oposición, que han hecho buena oposición y han sido leales con la ciudad. Cuando tú ves eso, te sientes copartícipe de tus compañeros, pese a tener una ideología distinta, Cuando nosotros (el equipo de gobierno) nos cabreamos justamente es cuando ves que está utilizando una información que le has contado para su fin político.
-Usted, por ejemplo, desde lo de Villas del Arenal, ¿no habla con Dani Pérez?
-No tengo la misma confianza y tenía mucha confianza. Antes de que fuera el líder del PSOE, secretario general, yo tenía una amistad, una relación bastante buena con Dani Pérez, de tomarnos algo juntos, de compartir, de un compañero político que no es de tu grupo pero es compañero.
-¿Ya no?
-No. De alguien que te conoce, que sabe cómo eres, yo de alguna manera presuponía que lo conocía a nivel personal, y posiblemente me dolió más. Que te conoce cómo eres, que sabe de lo que soy capaz y de lo que no soy capaz, como bien ha dicho un juez, que te ataque de esa manera...Yo espero, al menos, no hacerlo nunca con nadie de otro partido, porque no es justo. A partir de ahí, pues ya no tengo relación personal con él. Le tengo respeto porque es el líder del partido de la oposición, respeto político que hay que tenerle, pero no tenemos relación.
-Vamos terminando. Siente que se queda algo por tratar, con concisión por favor. La transcripción de esta entrevista...eso sí que va a ser duro.
-(Risas). Todo. Si hemos hablado cuatro ratos.
-Llevamos una hora (protesta, entre risas, una colaboradora de Pomares, que asiste al encuentro).
-Muchísimas cosas me quedan por contar, anécdotas. Sabes lo que pasa, que estoy hablando contigo y estoy reflexionando. Eso lo he aprendido del alcalde.
-¿Ha sacado algo en claro?
-Me has hecho traer, recordar cosas. Cosas buenas y malas, que me has preguntado. Y eso también me emociona. Las cosas que pasaron hace siete años. Que con el paso del tiempo ves de forma distinta. Las preguntas me han hecho recordar y me han hecho darme cuenta de lo feliz que soy en mi trabajo.
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