Oliver ya vuela hacia España desde Cancún para ser operado de urgencia de un tumor

Enrique Miranda

Málaga

Martes, 25 de octubre 2022 | Actualizado 26/10/2022 12:15h.

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Tendría que haber llegado el lunes por la mañana y finalmente no lo hará hasta este miércoles, pero por fin Oliver, el niño malagueño de dos años y medio que vivía en México y que tiene que ser operado de urgencia de un tumor cerebral ya vuela hacia España. Pasadas las 21.00 horas (hora española) embarcó con su madre en el avión rumbo a España, según confirmaron su tío y su padre, que ya le esperan en Barcelona. «Acaban de embarcar. Este miércoles sobre la una de la tarde estará ya en España. ¡Muchas gracias a todos!», decían Alejando y David en redes sociales desde la Ciudad Condal. La familia logra así el primer objetivo de esta carrera contra el reloj para salvar la vida del pequeño, al que los médicos le dieron apenas unas semanas de vida si no pasa por el quirófano.

Oliver y su madre Lena ya están a bordo del avión medicalizado que les traerá de vuelta a España después de al menos tres retrasos desde que se contratara el vuelo privado. Salieron a las 13 horas desde Cancún, hora local. Harán escala en Canadá y llegarán a Barcelona a las 13 horas de este miércoles, hora local. Un primer respiro en un proceso que solo acaba de empezar: «Queda mucho aún», recuerda Alejando Romero, padre del niño. La donación de un empresario español de los 196.400 euros que costaba el avión medicalizado de la empresa holandesa EMS desde Cancún hasta Barcelona ha permitido el traslado con todas las garantías.

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Oliver ya pasó la semana pasada por una primera operación en el país americano, pero la extirpación de la tumoración, la operación más importante, se le realizará en España. Si es posible este mismo miércoles. «Cada segundo que pasa es un segundo que pierde Oliver», repiten sus familiares. El padre del pequeño, malagueño del barrio del Torcal y que se mudó hace un año a Playa del Carmen (península de Yucatán) para trabajar de instructor de buceo, explicaba a este periódico que la sanidad mexicana no le daba garantías de plazos para operar a su hijo. «Nos dan semanas de vida si no se opera», relataba.

El avión estaba previsto que saliera el domingo, luego se retrasó al lunes y finalmente al martes, lo que generó mucha inseguridad en el entorno de Oliver. La familia intentó que el niño volara en una aerolínea comercial, pero no fue posible por su situación. Además, se pusieron en contacto con la embajada española para ver si se le podía facilitar un vuelo medicalizado, pero la respuesta institucional que recibieron fue que el menor podía ser operado en México, pese a que no le dieran unos plazos concretos.

Si todo va bien y se cumplen los horarios, Oliver llegará a Barcelona a las 13.00 horas. Desde el hospital barcelonés en el que será atendido les han indicado que, según la hora a la que llegue y las pruebas a las que se someta el menor, se le operará ese mismo día o al siguiente. El menor ha pasado las últimas horas estable, comiendo, bien hidratado y de buen humor. «Con todo lo que está pasando aquí, Oliver no deja de sonreír», escribía Lena, su madre. Los expertos del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, que han estado en contacto permanente con la familia, esperan la llegada del menor para poder intervenirle lo antes posible. Se trata de un hospital privado puntero, a la vanguardia en Pediatría, que cuenta con altas tasas de éxito en patologías de alta complejidad en menores y que además tiene un departamento específico de Pacientes Internacionales.

Oliver viaja en un avión medicalizado, una especie de ambulancia aérea especialmente adaptada para permitir el apoyo médico a los pacientes durante el tránsito. Cuentan con personal médico especializado, equipos de última generación y espacio para un pasajero adicional que viaja con Oliver. En este caso es su madre, Lena y su padre tuvo que volar a España en un vuelo comercial. Hacia Barcelona también viajó desde Málaga por carretera David Romero, tío del menor, para unirse allí con la familia. «Oliver está bien, muy estable, se está riendo y está contento porque se encuentra fuera del hospital», relataba el tío de Oliver.