La heladería Boldini ha sustituido a la joyería Tous en el Centro. SUR

Oleada de cerrojazos en el Centro de Málaga

Las grandes franquicias han notado más que nadie la ausencia de turistas, que representaban la mitad de su clientela

Juan Soto

Málaga

Sábado, 19 de septiembre 2020

Más allá del ámbito sanitario y del económico, la Covid-19 también ha golpeado de lleno al sector comercial de la ciudad y le ha hecho tambalearse sobre sus propios cimientos. Acostumbrados a que el comercio tradicional sea el más golpeado en todas las crisis, ... la del coronavirus se ha cebado especialmente con las franquicias y las grandes cadenas de distribución. La importante bajada de las ventas, unido a las elevadas rentas comerciales que se pagan en el Centro, ha provocado ya el cierre o traslado de diferentes cadenas, que prefieren bajar la persiana a la espera de tiempos mejores.

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Desde que se decretó el estado de alarma el pasado mes de marzo han cerrado locales de grandes firmas como Starbucks, en la plaza de la Merced; la joyería Tous, en Puerta del Mar; Scalpers y Bimba y Lola, en la calle Larios, o Costa Coffee, en la plaza de la Constitución. Y no serán los únicos: según apuntan fuentes del sector, esta tendencia seguirá, al menos, hasta que acabe el año.

La tormenta perfecta para estos negocios se ha producido tras la explosión del coronavirus, que ha vaciado las calles de clientes y turistas y, por tanto, reducido las cajas hasta niveles casi insignificantes. No hay que olvidar que la mitad de las ventas de estas grandes firmas correspondían a turistas, que prácticamente han desaparecido y nadie sabe cuándo volverán. Por si fuera poco, y para completar el cóctel, estas grandes firmas se han topado con propietarios de locales que no han cedido a la hora de reducir las rentas al pensar que al 'grande' siempre se le puede presionar. Para el director de la delegación de Málaga-Andalucía de la consultora Savills Aguirre Newman, el coronavirus se llevará por delante sobre todo a empresas que ya no funcionaban antes de la crisis. «Estamos en periodo de incertidumbre; hasta que no se consiga una vacuna, nadie sabe lo que puede pasar», reconoce.

Este profesional confiesa que las franquicias grandes no llegan actualmente ni a la mitad de lo que vendían antes de la Covid-19, por lo que no les queda otra que renegociar los contratos o cerrar sus puertas. Por lo general, las firmas que tienen varios locales están cerrando en las calles secundarias, mientras que el resto trabaja para lograr rebajas de precio a corto plazo. «Las marcas están apretando al máximo para obtener mejores rentas, pero no todos los propietarios están dispuestos a bajar», confiesa.

Alquileres más cortos

En estas negociaciones, las firmas tratan de presionar para que los alquileres se reduzcan hasta la mitad durante un plazo prolongado de tiempo, mientras que los dueños de los locales sólo aceptan bajadas cortas y durante un plazo que no supere los seis meses a la espera de que la situación mejore cara al año que viene. «Las firmas que tienen buenas ubicaciones no quieren dejarlas, pero tampoco pagar lo que están pagando ahora», resume Pérez Peña.

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Las cifras

  • 240 euros cuesta de media el metro cuadrado de un local en la calle Larios. El año pasado se pagaron hasta 340.

  • 50 por ciento de los clientes de las grandes marcas y franquicias del Centro son turistas, tanto extranjeros como nacionales.

Según los datos aportados por la propia consultora, alquilar un local en la calle Larios cuesta de media 245 euros por metro cuadrado, una cifra considerablemente inferior a la del año pasado, cuando se llegaron a pagar hasta 340 euros por metro cuadrado. No hay que olvidar que los precios en dicha vía han aumentado de forma continuada durante los últimos siete años hasta alcanzar los niveles de vías principales en Madrid o Barcelona.

A nivel comercial, la situación es especialmente delicada para los negocios de moda. Desde la consultora Eurobienes creen que el cierre de grandes firmas se debe a que «se ha roto el equilibrio». Su gerente, David Guerrero, considera que muchas empresas grandes se han plantado ante sus arrendadores y les han dicho que no le van a pagar más. «Si tienen más de 100 tiendas en toda España y no venden, algo tienen que hacer», reconoce.

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A pesar de ello, explica que muchos empresarios siguen interesados en invertir en Málaga y que la salida de firmas no va a significar que los locales se vayan a quedar vacíos. «Las marcas están buscando oportunidades y aprovecharse de una posible bajada de los precios de los alquileres». En este sentido destaca la cantidad de inversores españoles que hay buscando gangas.

En referencia a las negociaciones que ahora se están desarrollando, tanto inquilinos como arrendadores han comenzado a debatir sobre la inclusión de una cláusula Covid en los contratos para determinar qué hacer en el caso de que se produzca un nuevo confinamiento e incluso eliminar el obligado cumplimiento para poder cancelar el acuerdo si el negocio no va bien. El objetivo: no dejar nada a la improvisación.

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La heladería Boldini y la cosmética Rituals llegan al Centro

La salida de grandes cadenas de la ciudad no va a provocar un paisaje de locales vacíos en busca de inquilino. Al menos en el Centro, en donde ya hay varios operadores preparados para ocupar los espacios libres. El primero de ellos ha sido la heladería Boldini, una nueva empresa que se ha ubicado en el local que ha dejado libre la joyería Tous en la calle Puerta del Mar. Se trata de un nuevo concepto de helado italiano de alta calidad que espera iniciar en Málaga su andadura y, desde aquí, comenzar un importante proceso de expansión. También se espera en breve la apertura de la firma de cosméticos Rituals, que abrirá en la calle Larios y que ya ha comenzado a buscar el personal necesario para su estreno. En esta misma vía se espera igualmente la próxima llegada de la marca de gafas Rayban, que abrirá su primera tienda propia en la capital (hasta ahora sólo vende en tiendas asociadas).

En el capítulo de traslados, y también motivado por los precios de los alquileres, la firma Bimba y Lola se desplazará al número cuatro de la calle Larios. Se trata de un local cercano a los 200 metros cuadrados en los que unificará los productos de sus dos tiendas actuales.

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