El obispo de Málaga, en el aniversario de su ordenación: «Sólo deseo ser un buen instrumento en manos de Dios»

Recuerda el obispo de Málaga, Jesús Catalá, el consejo que de un «hermano en el episcopado» nada más ser ordenado sacerdote: «Procura estorbar lo menos posible al Espíritu Santo». De aquellas palabras, y de su ordenación sacerdotal, se cumplen 45 años, y desde entonces el principal pastor de la diócesis ha intentado «no utilizar el báculo para imponer normas». Al contrario, en su ánimo siempre ha estado el de «intentar ser un buen instrumento en manos de Dios».

Desde esa convicción profunda de su labor y «compromiso» con en el sacerdocio, Catalá ha celebrado esta mañana en la Catedral de Málaga una eucaristía de «acción de gracias» por esos 45 años, pero también de sus bodas de plata desde que fue ordenado obispo. Lo ha hecho arropado por familia -han acudido una decena de hermanos y sobrinos-, amigos de dentro fuera del clero y representantes institucionales, a los que ha dado las gracias por su «cercanía y afecto en todos estos años». En especial, ha recordado, en su «querida diócesis de Málaga, donde ejerzo el ministerio con alegría y entrega«.

El encuentro en la Catedral ha estado plagado de simbolismo y referencias a la trayectoria de Catalá, que entró en el seminario con sólo 11 años y que desde hace 12 está al frente de la diócesis de Málaga, aunque sin olvidar -ha insistido- en ese «amor por la iglesia y por el ministerio sacerdotal», un compromiso de base que aprendió «con San Juan Pablo II», a quien acompañó en tres viajes apostólicos a África.

«La vocación sacerdotal es el misterio de un maravilloso intercambio entre Dios y el hombre. Cada día doy gracias a Dios, que me ha elegido como su instrumento«, ha celebrado Catalá en su homilía, en la que también ha pedido perdón por sus »deficiencias, errores y limitaciones«. »Los sacerdotes estamos envueltos en debilidades y por eso podemos entender a los otros«, ha añadido el obispo durante su intervención.

Uno de los momentos más emotivos ha tenido lugar cuando Francisco García Villalobos, secretario General-Canciller de la Diócesis de Málaga, ha leído la carta enviada por el Papa Francisco al obispo de Málaga para sumarse a la celebración de ese doble aniversario: «Nos congratulamos de todo corazón por su fructuoso ministerio, recordando su doctrina, su caridad pastoral desarrollada en beneficio de los fieles que le han sido confiados, en su devoción y fidelidad al magisterio de la Iglesia y a la Sede Apostólica, así como en los diversos cargos desempeñados en la Conferencia de Obispos de España», ha escrito sobre él el Papa Francisco.

La eucaristía, que se ha prolongado cerca de dos horas y en la que se han respetado las limitaciones de aforo, ha contado con la asistencia de representantes institucionales como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado por los ediles Teresa Porras y Francisco Pomares; la vicepresidenta tercera de la Diputación Provincial, Francisca Caracuel; una representación militar encabezada por Ignacio García y Santiago Serrano; el subdelegado de Defensa en Málaga, Eduardo Llorente o el presidente de la CEM y la CEA, Javier González de Lara.

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