El Obispado de Málaga reparará su patio más antiguo y desconocido

Una de ellas es el patio mudéjar del núcleo más antiguo de la sede diocesana, el que hace esquina entre las calles Molina Lario y Santa María. Fue mandado edificar por el obispo Diego Ramírez Villaescusa de Haro entre 1510 y 1518, tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, y está jalonado por arcadas de medio punto con influencias renacentistas y mudéjares.

Este patio fue profundamente remodelado en la década de los años cuarenta con ocasión de su reparación, tras el incendio que sufrió el 11 de mayo de 1931 al ser asaltado por grupos anticlericales. A consecuencia de ese suceso, únicamente quedaron en pie los muros y parte de las arcadas, ya que se perdieron todos los entramados horizontales, en su mayoría techumbres de madera y bóvedas de cañizo.

Ochenta años después de su reconstrucción, el Obispado se dispone a repararlo mediante un proyecto redactado por el arquitecto técnico Pablo Pastor y que ya cuenta con la autorización de la Gerencia Municipal de Urbanismo y la delegación de la Consejería de Cultura, ya que el edificio está catalogado como monumento y bien de interés cultural. La actuación, valorada en más de sesenta mil euros, consistirá en la limpieza de los muros del patio y las columnas, la eliminación de la pintura que se encuentre mal adherida, la reparación de la barandilla de madera del cuerpo superior, el sellado de grietas, la renovación de la pintura y la instalación de un canalón de recogida del agua de la lluvia en todo el perímetro del alero de las cubiertas que vierten al patio, manteniendo las gárgolas dobles que existen en sus cuatro esquinas, entre otras intervenciones.

La inexistencia de ese sistema para la recogida de aguas pluviales ha provocado deterioros en las cubiertas de madera que fueron realizadas a mediados del pasado siglo en las galerías del patio, en la barandilla de madera, en las bases de las columnas y en el alero de los tejados.