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El regreso a GVA Gómez Villares & Atencia, el despacho en el que se integró el bufete familiar, le devuelve al origen. Llega con el bagaje ... de 13 años en Unicaja tras ejercer como parlamentario por el PP. A la primera entidad andaluza llegó en 2007 siendo aún caja y como 'cuota' de su partido en el puesto de vicepresidente.
-De jubilación ni hablamos. Vuelta a la abogacía sin más.
-Sí. Es lo que siempre vi en mi padre, trabajar sin descanso. Siempre me consideré un abogado que se dedicó a la política y estuve 17 años. Durante un tiempo pude compatibilizar hasta que fue imposible, pero mi idea siempre era volver. La entrada en el mundo financiero se debió a circunstancias que aparecieron y me pareció una opción atractiva.
-Y abogado peleón, imagino, porque su llegada a Unicaja, digamos, no fue muy pacífica del todo.
-Pero se resolvió bien, aunque desde el punto de vista público hubo ruido. La incorporación fue suave, agradable y me la hicieron fácil tanto el consejo como la corporación empresarial, y desde el presidente a todo el consejo y el equipo directivo.
-De la Unicaja que se encontró a la que deja....
-Cuando llegué la crisis aún no había estallado. Me incorporé a una caja con una actividad muy relevante. Hoy es un banco, además cotizado, y con inversores que son más del 50% y un escenario supervisor muy diferente. Ha sido una etapa gratificante y fructífera, de conocimiento y de experiencia. Me he sentido muy a gusto. Cuando entré sabía que estaba por tres años, pero accedí al nuevo consejo y cada vez estuve más integrado. Ha habido momentos complicados, pero donde estamos ahora no es mérito de los actuales y de los que nos precedieron.
-Le falta recordar que fue la única caja sin ayudas publicas.
-Es cierto. Superó la crisis por sí misma gracias a una competente, seria y muy profesional gestión. Siento también que he contribuido a la economía española cuando Unicaja Banco asume entidades como las cajas castellanas.
-Antes hubo intentos frustrados: Castilla-La Mancha, Cajasur...
-La primera no tenía sentido. Cajasur se aprobó por el consejo de Unicaja pero no el de Cajasur. Por el bien de Andalucía fue una pena que no saliera. Unicaja tenía capacidad y su liderazgo se habría consolidado.
-La desinversión en participadas ha sido una de sus áreas con grandes operaciones que se han cerrado en su etapa final
-La política de inversión fue muy acertada en general y la prueba es que ha permitido buenas plusvalías, como en el caso de la autopista de la Costa del Sol de la mano de nuestro socio Cintra. Las participaciones en empresas externas están desinvertidas de forma brillante -Iberdrola, las autopistas, Globalia... -Se va a una tendencia de desinversión. Ya quedan pocas salvo en filiales.
-¿De qué situación está orgulloso de impulsar como consejero?
-Siempre he actuado en plena sintonía con el comité de dirección y el consejero delegado. En mi primera etapa me tocó reorganizar el grupo empresarial, y pudimos integrar a personas, abrirles perspectivas profesionales, incluso con salidas a sectores no propiamente financieros. Y en el proceso de convertirnos en banco fui uno y hubo momentos convulsos.
-Acumula una larga experiencia política pero no en la gestión pública. Póngase moños como parlamentario.
-Ninguno. A veces en política se personalizan las cosas. Nunca tuve interés por la gestión política. Me atraía ser representante de los malagueños. En las empresas, la clave son los proyectos de equipo y no hay nada que destacar. En política he aportado mi granito de arena para una alternativa democrática al PSOE y que el PP se convirtiera en un partido de amplio espectro político y social con una evolución al centro. Yo era un joven que venía del partido de Oscar Alzaga y no votaba a AP, pero la gran contribución de Fraga fue incorporar a la inmensa mayoría de la derecha y la situó en la democracia. Eso se olvida hoy. Si de verdad la sociedad es pluralista, los dirigentes no pueden trasladar los problemas a los ciudadanos. Creo que he contribuido también a encajar el papel de Málaga en Andalucía, una normalización en la que estuvimos una generación de políticos. Que Málaga cogiera su sitio. Soy miembro de la fundación de Civisur en favor del eje Málaga-Sevilla.
-De la Torre propugnó la abstención del PP en la última investidura.
-Lo puedo compartir, pero no se daban las condiciones. Era una alternativa, pero a las 48 horas, el pacto... ¿Que para la sociedad hubiera sido mejor un gobierno en minoría del PSOE con apoyo del PP? Sin duda, pero no bastaba con que el PP lo facilitara, sino que se quisiera. La deriva del PSOE no creo que sea la mejor.
-¿Qué errores ve en la política hoy?
-Exceso de cortoplacismo. Tengo el mayor de los respetos por Pablo Casado, pero requiere tiempo, como todo el mundo. Hace falta una política que distinga el corto, el medio y el largo plazo pero los retos del momento son tan contundentes: se pone en cuestión el gran pacto constitucional, la integridad territorial... Hay una tendencia a la radicalidad y la política debe tender a la moderación. No se puede hacer en un mitin. Algunos se han adaptado a una capacidad de supervivencia a cualquier precio. Ese ejemplo está en todos los presidentes que hemos tenido, menos en el de ahora. La situación es de convulsión, ojalá me equivoque.
-¿Cómo analiza ahora la larga travesía del PP en Andalucía?
-En el 94 ya era alternativa porque el PSOE había perdido las ganas de cambiar las cosas, por regenerarse. En el 95 el PP pasó a gobernar todas las capitales. Hubiera sido frustrante lo contrario. A partir de ese año pierde la hegemonía. Arenas ganó en 2012. Ya era una fuerza muy importante. Cualquiera percibía que un cambio era bueno, 40 años sin regenerarse es mucho. Es fundamental que los gobernantes tengan ganas de hacer las cosas. Eso ha ocurrido con De la Torre, que por cierto me tocó proponerlo a mí. Es un líder con ideas nuevas. Una gran excepción. De los mejores sino el mejor alcalde en la etapa contemporánea.
-Pero no crea banquillo
-En los liderazgos muy potentes que se consolidan por el bienhacer es difícil que surja un sucesor natural, pero llegado el tiempo el PP tiene que tener capacidad de alternativas. Es su obligación.
-20 años De la Torre, Braulio Medel más de 25 ¿Hay 'patologías' del poder?
-Las hay hasta cierto punto 'recomendables'. Para otras hay mecanismos y antídotos adecuados...
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