Se inauguró en los 90, de la mano del que fuera el primer alcalde elegido de la democracia en Málaga, Pedro Aparicio, en lo que era para su época el summum de los avances, con conexiones para prensa y enganches audiovisuales, sobre todo para la ... radio. Los que vivían por los pasillos en aquella década contaban el orgullo que suponía tener esta nueva plataforma, sala de prensa, que a modo de buque insignia, era alargada, y las mesas se disponían originariamente de forma horizontal mirando al orador, lo que en realidad era un símil, una proyección del profesor en la clase delante de la pizarra, y sus alumnos en sus pupitres.
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Las mesas, de maderas nobles; el suelo, de parqué; con acceso directo al despacho del jefe de prensa y a la oficina de los funcionarios del área, que se despachaban en cuatro mesas. La sala de prensa, con su nueva disposición (dos mesas en vertical) para posibilitar el espacio para las cámaras de televisión, que necesitaban, ya saben, su tiro de cámara, llegó intacta hasta la pandemia. Ni un pequeño arreglo, bueno sí, un vinilo adhesivo con el logotipo del Ayuntamiento de Málaga en lo que podía ser la pizarra, y una pantalla de televisión para que los plumillas que quisiesen pudiesen ver desde ahí los plenos. Luego llegaron las sesiones en Youtube, y para los que siempre vamos, que vivimos la presencialidad y el contacto directo como un plus para no perdernos ni un detalle, sobra con cuatro asientos y dos mesas en lo alto de la sillería. Los nuevos tiempos online enlatados.
Pues bien, llegó la pandemia, las ventilaciones, las distancias de seguridad, y los espacios abiertos, y la antigua sala de prensa de Pedro Aparicio, que tampoco tenía ventana al exterior, se quedó obsoleta. Para que se hagan una idea los que no conocen la Casona: las plantas se disponen alrededor de un gran patio, que antes estaba abierto, y ahora cuenta con una gran claraboya, por lo que está cerrado, con lo que las estancias mirando al norte que dan al patio, o tienen acceso a la fachada trasera a los jardines de Puerta Oscura, o se quedan encajonadas. Sin luz ni ventilación.
La sala se cerró en la aciaga época covid, y luego tuvo otros usos para reuniones, hasta que un buen día, los periodistas del área de Comunicación municipal estaban apiñados entre lo que llaman entreplanta (en el edificio de Guerrero Strachan y Rivera Vera hay unos cuantos añadidos y extraños recovecos) y la oficina principal. Esta sala era la vía de escape.
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Ahora se preguntarán que dónde está la sala de prensa. Aunque lo hemos contado unas cuantas veces, lo recordamos. Está bien holgada en el patio de Banderas, y con climatización desde que se dieron cuenta de que era como un invernadero de los de Almería en pleno verano. Costó, pero lo hicieron. El que no llora, no mama. La vida misma.
La nueva sala del área de Comunicación cuenta con seis puestos para los periodistas propios del Ayuntamiento, y otros seis para administrativos. La oficina aledaña tiene una pecera para la directora general de Comunicación, María Fajardo El coordinador general, Jesús Espino, mantiene su despacho original, y en la entreplanta hay más oficinas y una sala de reuniones. Una obra por valor de 36.000 euros, que ha ejecutado la empresa Conformas S.L.
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Ni que decir tiene que el área de Comunicación es a los gobiernos en los nuevos tiempos lo que los contramaestres a los barcos. Ningún líder se mueve sin contar antes con el feed back de sus asesores de prensa sobre cualquier asunto. Cuando decimos ninguno es ninguno. Las mejores noticias, de hecho, se fraguan casi siempre cuando no hay planificación. De ahí que los plumillas busquemos saltarnos esos filtros. El juego del gato y el ratón.
Volviendo a la antigua estancia, las sillas y las mesas de esta sala están bien recicladas y siguen siendo parte del mobiliario de la Casona. Las sillas, con sus reposabrazos arqueados de madera y el cojín verde con un dibujo a modo de ribete dorado, son de lo más vintage, y ya casi que podrían formar parte de la exposición de venta de cualquier anticuario. Tienen su encanto, la verdad. Eso sí, el cojín habría que esponjarlo después de 30 años dando buen servicio. Ahora, están repartidas por los corredores, que son anchos, y sirven para que los que pasilleamos, de vez en cuando, encontremos acomodo. Una buena idea del área de Protocolo.
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