Nuevo paso para convertir el tramo urbano del Guadalhorce en un gran parque natural para Málaga

El Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) que dirige Pedro Marín Cots es el departamento municipal encargado de impulsar esta iniciativa, dentro del Área de Innovación y Digitalización Urbana que comanda la concejala Susana Carillo. Este miércoles se ha publicado la propuesta de adjudicación del contrato a un equipo técnico para redactar el proyecto de ese corredor verde del Guadalhorce, una labor que será desarrollada por la empresa madrileña Ingenia Soluciones para la Ingeniería, con un presupuesto de 110.287 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

Las condiciones para la elaboración del proyecto permiten conocer cuáles son las principales actuaciones que el Ayuntamiento pretende desarrollar en este espacio para potenciar sus cualidades ambientales y al mismo tiempo favorecer su uso ciudadano, unas medidas que deberán contar con la aprobación de la Junta de Andalucía.

El estudio previo realizado por el OMAU ha dividido el cauce del río en tres zonas: la correspondiente al paraje natural de la desembocadura, la comprendida entre la autovía MA-21 y la A-7, y la situada desde la zona conocida como antigua fábrica de harinas hasta la A-7. A lo largo del corredor se han identificado 67 kilómetros de caminos y sendas que serán señalizados y en los que el Ayuntamiento pretende regular el uso por parte de peatones, ciclistas y vehículos a motor. En estos senderos se harán obras de mejora del firme.

Otras actuaciones previstas en el proyecto son la recuperación de un trazado ferroviario en desuso como punto de acceso al corredor verde, la creación de una red de riego para las plantaciones vegetales que se pretenden realizar en la zona, la retirada de 46 toneladas de residuos localizadas en 37 puntos, la reducción del impacto visual de las escolleras de los brazos de la desembocadura con tierra y vegetación, la erradicación de especies vegetales invasoras y la plantación de ejemplares autóctonos, la creación de 7.500 metros de pantallas vegetales para reducir el impacto sonoro y visual provocado por las zonas urbanas limítrofes, y la implantación de 40 cajas a modo de refugios para proteger e incrementar las poblaciones de murciélagos, insectos y mariposas. Además, se hará un estudio sobre el impacto sonoro y lumínico que provocan las tres autovías que cruzan el cauce (A-7, MA-21 y MA-20), y se propondrán medidas correctoras como la instalación de barreras anti-ruido, e incluso de reducción de la velocidad de los vehículos.

Otro de los aspectos que tendrá que planificar la empresa seleccionada por el Ayuntamiento es el diseño de un corredor, por la zona costera de Arraijanal y el campo de golf de Guadalmar, que conecte el paraje de la desembocadura del Guadalhorce con el parque proyectado por el Consistorio en los terrenos del campamento Benítez. Además, se crearán y señalizarán nuevos accesos al corredor del Guadalhorce y se realizará un centro de visitantes que contará con aparcamientos, aseos, zona expositiva, cafetería, guardarropa, y zona para deportistas y visitantes, entre otros servicios. Para ello se proponen dos posibles ubicaciones: la zona junto a Sacaba Beach, y un espacio junto al campo de fútbol de Guadalmar.

Asimismo, se plantean circuitos para corredores, peatones y ciclistas que requieren la realización de nuevas pasarelas sobre el cauce del río, un área para perros en libertad, zonas para la realización de obras de arte en la naturaleza, y la habilitación de un espacio para la escalada a modo de rocódromo en una estructura que soporta la autovía A-7.

En el expediente para la redacción del proyecto y la dirección de las obras se estima que su ejecución puede durar varios años. El Ayuntamiento ya va tarde en su desarrollo porque, para poder recabar los fondos europeos previstos para esta actuación, debe estar acabada antes de que finalice el año próximo. Aun así, desde el equipo de gobierno municipal confían en que pueda recibir suficiente financiación desde Bruselas.