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El proyecto de la nueva Torre del Puerto de Málaga toma forma. El estudio internacional del arquitecto británico David Chipperfield, premio Pritzker (el Nobel de ... la arquitectura) de 2023, junto con los técnicos de Hoteles Hesperia, están dando forma estos días al proyecto definitivo. Este comprende no sólo la parte puramente urbanística y de concepto, sino, sobre todo, el estudio geotécnico y de ingeniería; así como la vertiente económica y financiera.
Todo el expediente se deberá entregar a la Autoridad Portuaria, como muy tarde, el próximo 6 marzo, por lo que quedan menos de tres meses. Esta institución lo supervisará y, si es correcto, lo elevará a Puertos del Estado, en Madrid. De este modo, comenzará la fase final de tramitación, antes de llevarlo ante el Consejo de Ministros. Este órgano será, en última instancia, el que tendrá que darle la luz verde definitiva.
El grupo de inversores integrados en Andalusian Hospitality II, la citada cadena hotelera junto con el fondo Al Alfia, de Catar, trabaja con la previsión de que el Gobierno central apoyará finalmente la construcción del hotel de lujo en el dique de Levante. Y para ello está acometiendo los trabajos de la fase de proyecto, con una inversión que ronda los 4,5 millones de euros, según indican fuentes portuarias conocedoras de la actuación.
De esta cifra, 2,5 millones se corresponden con los estudios previos de geotecnia, ingeniería, financieros y de explotación comercial, entre otros. Mientras que el encargo del diseño a la firma David Chipperfield Architects (DCA) supondrá un desembolso de otros dos millones de euros.
El estudio británico se encuentra actualmente inmerso en el desarrollo de un edificio de unos 140 metros (de 25 a 30 plantas), ya que el Plan Especial del Puerto, aprobado hace un año por la Gerencia de Urbanismo, admite subir hasta los 150, pero no se va a agotar completamente. Los pocos detalles que de momento han trascendido es que la nueva torre será más esbelta y estilizada que las perspectivas conocidas hasta ahora.
La propuesta que ha estado sobre la mesa hasta ahora, la del Estudio Seguí, es la que ha servido como base para la larga tramitación en estos siete años, y ha tenido dos alturas: la primera, con unos 135 metros; y la segunda, cuando se rebajó a 116.
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«Tenemos reuniones técnicas prácticamente cada semana con el Puerto y se está avanzando mucho», aseguran fuentes del grupo promotor, que destacan que el estudio geotécnico y las catas en el dique de Levante también van a buen ritmo. De hecho, esta es una fase clave, tanto por la exigencia que los ingenieros de la Autoridad Portuaria han hecho, de que la estructura esté muy bien justificada en un punto tan sensible; como porque la cimentación marcará el tipo de edificio que se podrá construir.
Los cimientos tendrán que ir a una gran profundidad, hasta asentarse sobre roca sólida en el lecho marino. «Precisamente, la geotecnia va a condicionar la altura y la forma, así como la disposición de los aparcamientos y de la primera planta (destinada inicialmente a un centro de convenciones de gran capacidad)», admiten estas fuentes. Con estos mimbres, se trabaja sobre una estructura más alta pero también más ligera y menos voluminosa, siempre dentro de los márgenes legales de techo máximo edificable que ordena el Plan Especial.
El objetivo de los promotores es dar a conocer la nueva imagen de la Torre del Puerto, ya bajo la firma de Chipperfield, en un acto en Málaga que tendrá lugar, previsiblemente, a principios del próximo mes de febrero. Esto es, pocas semanas antes de la entrega del proyecto constructivo definitivo a la Autoridad Portuaria. En este evento se darán cita representantes de los promotores (Hesperia y Al Alfia); del estudio DCA; del Puerto, del Ayuntamiento y de la sociedad civil.
Mientras la nueva Torre del Puerto va tomando forma de la mano del estudio internacional David Chipperfield Architects (DCA), el arquitecto malagueño José Seguí continúa en conversaciones con los promotores para negociar su participación en las fases posteriores del proyecto, en el caso de que este finalmente se lleve a cabo.
Todas las partes implicadas, tanto Hoteles Hesperia como el fondo catarí Al Alfia, de un lado, y Estudio Seguí, de otro, han coincidido en el interés mutuo en que la firma participe en el desarrollo de las obras del futuro hotel. Con todo, ambas partes prefieren no desvelar más detalles sobre los términos de este posible acuerdo de colaboración.
Cabe recordar que Seguí, junto a sus colaboradores, fue el ideólogo, impulsor y principal valedor de esta iniciativa desde sus inicios más tempranos, de la mano del expresidente portuario Paulino Plata. También ha sido la cara visible y el referente a nivel técnico a lo largo de estos siete años de tramitación, ante la Autoridad Portuaria, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento y la opinión pública.
Ahora, una vez que el protagonismo en cuanto al diseño arquitectónico se ha encargado al premio Pritzker (el Nobel de la arquitectura) británico, los promotores le han reservado al estudio malagueño un rol como arquitectura local, esto es, asociada con Chipperfield, por su conocimiento de la administración urbanística malagueña, andaluza y española; así como para la gestión de las obras, en el caso de que la Torre logre todos los parabienes.
En todo caso, hasta llegar al punto de empezar a tramitar los permisos para su ejecución y arrancar con los trabajos sobre el terreno todavía transcurrirán varios años, ya que antes se tendrán que resolver los dos recursos contencioso-administrativos y lograr luz verde por parte del Consejo de Ministros.
La gran incógnita que todavía persiste, y que no espera que pueda ser revelada a corto plazo, es la marca que abanderará el hotel de gran lujo cuando abra al público. Las fuentes consultadas indican que Hesperia pretende mantener las negociaciones abiertas con las principales operadoras mundiales todavía durante algunos meses más.
«Este proyecto es un caramelo para todas las marcas y tenemos propuestas muy sólidas que hay que negociar. Además, están sujetas a acuerdos de confidencialidad que no se podrán romper hasta el último momento», afirman.
Después de los momentos de incertidumbre que se vivieron después del verano, cuando los promotores pidieron una prórroga de cuatro meses (el plazo inicial venció en noviembre), sin que hasta el momento la administración portuaria conociera el estado de la tramitación, el desarrollo del proyecto ya está mucho más encarrilado, según reconocen desde esta institución, que está siendo informada puntualmente de los avances que se van dando.
Con todo y con eso, este es sólo un requisito de los muchos que faltan para que el hotel en el dique de Levante pueda llegar a ser una realidad algún día. Previamente habrá que resolver los dos recursos contencioso-administrativos, planteados por la Academia de San Telmo y por la plataforma ciudadana Defendamos Nuestro Horizonte. Ambos han sido ya admitidos a trámite y, al ritmo que va la Justicia, no se espera un veredicto hasta dentro de algunos años.
En caso de que los jueces validen toda la larga y compleja tramitación administrativa que se ha hecho hasta ahora, llegará el turno del Consejo de Ministros, que es la institución que tiene que dar luz verde definitiva al hotel, por encontrarse en suelo de dominio público portuario estatal.
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