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Trabajos de limpieza en el entorno de la Catedral. Fernando González
La nueva Limasa se cuece a fuego lento

La nueva Limasa se cuece a fuego lento

Análisis ·

El Ayuntamiento se centra en invertir para mejorar la limpieza en año preelectoral sin avanzar en los trámites del nuevo modelo. ¿Se dejará cerrado antes de que acabe el mandato?

Lunes, 19 de febrero 2018, 01:19

Si Francisco de la Torre se tomó su tiempo para decidir el futuro modelo de Limasa, para su puesta en marcha tampoco parece que se esté dando excesiva prisa. Dos meses después de poner fin a un año de discrepancias internas con sus propios concejales (buena parte de los pesos pesados se rebelaron contra la preferencia del alcalde por municipalizar el servicio) mediante una solución híbrida consistente en dejar la limpieza viaria en manos privadas mientras la recogida de residuos será gestionada por una empresa municipal, el Ayuntamiento aún no ha dado un solo paso relacionado con los trámites para sacar a concurso la limpieza ni tampoco para asumir la parte de la compañía que pasará a ser pública.

En el Área de Sostenibilidad Medioambiental siguen manteniendo que, aunque los cambios no se materializarán hasta el segundo semestre de 2019, todo se dejará listo y bien atado antes de que expire el mandato actual a mediados del próximo año. Unas garantías que no convencen a todos y unos plazos sobre los que ya se empieza a dudar en el seno de la propia Limasa. La concesión teóricamente caducaba en abril de 2017 tras 16 años de contrato marcados por el descontento generalizado tanto en la Casona del Parque como en los barrios, pero la realidad es que se mantendrá prorrogada ‘sine die’ hasta que arranque el nuevo modelo.

¿Cuándo será? Esa pregunta también se la hacen en Ciudadanos, donde ven cómo se siguen arrancando hojas del calendario sin ningún avance. El socio de investidura del alcalde, que puso como condición para empezar a negociar los presupuestos municipales de este año que se adoptara una decisión sobre Limasa también anda con la mosca detrás de la oreja ante la sospecha de que el tiempo vuelva a echársele encima al Consistorio y, finalmente, se pueda reabrir el debate dejando la última palabra a la próxima Corporación

De momento, la única prioridad en el equipo de gobierno es mejorar el servicio actual mirando menos el bolsillo que en los últimos años. Curiosamente, en año preelectoral. La medida más inmediata ha sido la presencia de más barrenderos en los barrios al poder disponer cada día de una media de 125 operarios más, fruto de la nueva reorganización de las vacaciones de la plantilla, que vuelven a concentrarse entre junio y septiembre en lugar de estar repartidas durante todo el año. La cuenta es sencilla: los empleados que en esta misma época se iban de vacaciones ahora están operativos. Con esta vuelta a la situación que había hasta que en 2013 se obligó a los trabajadores a distribuir sus días de asueto entre los 12 meses para reducir gastos en contrataciones temporales durante el periodo estival, la empresa se garantiza una plantilla más amplía durante buena parte del año, pero le obligará a contratar a eventuales en verano para cubrir el hueco que cada mes dejarán unos 400 empleados fijos. El desembolso para estos refuerzos rondará los 3 millones de euros.

A esta partida habrá que sumar los 10 millones, a abonar en varias anualidades, que se invertirán para modernizar buena parte de la flota con 78 nuevos vehículos. Savia nueva para un parque móvil que ha quedado obsoleto tras 16 años de concesión sin apenas adquisiciones, dando pie a numerosas averías. A la espera de que se defina la fórmula de adquisición (compra directa, ‘renting’ o ‘leasing’), la previsión es que los primeros camiones e hidrolimpiadoras empiecen a llegar en el segundo semestre del año.

Mientras tanto, la plantilla sigue dispuesta a plantar batalla para evitar la división de la empresa en dos partes. «Vamos a seguir adelante con nuestra pelea, no nos van a trocear», advertía el pasado fin de semana el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, tras participar en la concentración contra la precariedad laboral que movilizó a una veintena de colectivos de la ciudad.

«Hasta que no tengamos cerradas las inversiones necesarias para la Limasa actual no abordaremos la nueva, ya que en función de cuánto se pague puede variar el canon que se le pedirá a la futura empresa adjudicataria», afirma el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, quien trata de alejar cualquier sospecha sobre una hipotética patada hacia delante de la concesión actual asegurando que «hay tiempo de sobra tanto para licitar el servicio de limpieza como para generar una sociedad municipal para la recogida y el tratamiento de los residuos». El tiempo lo dirá.

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