De narcopisos a viviendas para madres en riesgo de pobreza en la Trinidad en Málaga

Las casas, pertenecientes a una de las numerosas promociones públicas de la Trinidad, estaban prácticamente en ruina, okupadas y se habían dedicado durante años al tráfico de drogas. Ahora, han recuperado su sentido como viviendas para acoger a personas que realmente necesitan un hogar.

La Junta de Andalucía ha adjudicado a la Congregación de las Hermanas Filipenses dos viviendas públicas para su programa de atención y acogida de mujeres sin recursos con hijos a cargo. Las consejeras de Empleo, Rocío Blanco; y de Fomento, Rocío Díaz, han visitado hoy el Hogar San Carlos, donde entregado las llaves de estas dos viviendas que fueron recuperadas y rehabilitadas «tras haber estado ocupadas para fines ilícitos».

Para Rocío Díaz, este es un acto «de segundas oportunidades: primero de las dos familias que van a empezar a construir una nueva vida con sus hijos, pero también de estas viviendas, que hace sólo tres años estaban ocupadas ilegalmente y ahora, una vez recuperadas, vuelven a cumplir la función social que nunca deberían haber perdido». La inversión ha ascendido a 500.000 euros para rehabilitar las dos promociones con 17 viviendas en las calles Bustamante y Canoa.

Poro su parte, la consejera de Empleo, Rocío Blanco, destacado que la Congregación de las Hermanas Filipenses es «un auténtico referente en Málaga desde hace décadas en el apoyo a los colectivos más desfavorecidos, y en especial a las mujeres sin recursos económicos y con hijos a cargo».

Precisamente, las dos casas, que están en el mismo conjunto, están a escasos metros del Hogar San Carlos, donde centra su actividad de atención, de manera que las familias que se alojen allí podrán hacerlo con autonomía, pero siempre con la colaboración inestimable de las religiosas y los trabajadores sociales.

El Hogar San Carlos nació en 2021 con la idea de ofrecer un alojamiento y atención a mujeres gestantes o con hijos que se encuentran en situación de exclusión social. El hogar puede acoger hasta cinco mujeres y diez menores y su acceso se determina a través de los técnicos de Cáritas, el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) u otros organismos. El objetivo es formar a estas mujeres, cuyas edades oscilan entre los 19 y los 35 años, y con ello potenciar su integración y su autonomía.

Hasta ahora el trabajo se realizaba únicamente en este hogar, pero la congregación se veía en la necesidad de contar con nuevos alojamientos que ayudaran a mejorar esa autonomía. La adjudicación de estas dos viviendas por parte de la Junta de Andalucía ayudará a este proceso ya que, tras recibir formación e integrarse en el mercado laboral, podrán afrontar una segunda etapa más independiente, siempre bajo la supervisión de las hermanas. El coste del alquiler social para las ocupantes rondará los 60 euros mensuales.

Estas dos unidades están dentro de las 18 viviendas que fueron recuperadas en 2021, y que anteriormente estaban okupadas y usadas para actividades ilícitas. Posteriormente, se han rehabilitado y ya ha recuperado su función social con el alojamiento de nuevos inquilinos.

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