Borrar
De izquierda a derecha: Carmen Casasola, María Dolores García, Eva Millán, Marisol Ferreira, Bernarda Márquez, María Teresa Verdugo, María Bravo y Elena Getino. Salvador Salas

La mujer escala en el alto funcionariado

8M ·

Las féminas ya son mayoría en el sector público de Málaga y empiezan a copar los puestos de mayor cualificación a los que se accede por oposiciones

Domingo, 6 de marzo 2022

Marisol es inspectora de Hacienda desde hace dos décadas; Bernarda es neurocirujana en el Hospital Regional; María lleva 15 años ejerciendo como bombera; Elena es funcionaria de prisiones; Carmen, una de las cuatro notarias que hay en la capital; María Dolores es registradora de la propiedad; Eva es catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad de Málaga, y María Teresa, fiscal. A fuerza de tesón, esfuerzo y de ir derribando muros más sociales que físicos, la mujer ha conseguido abrirse paso en el mercado laboral.

Lo hace poco a poco en el sector privado, aunque esa realidad tiene mayor reflejo en el ámbito público, donde el acceso a un puesto de trabajo está regido por los principios de igualdad, mérito y capacidad. Las oposiciones no entienden de prejuicios, y eso se nota, aunque a la hora de promocionar la realidad también sea tozuda en algunas administraciones donde sigue sin desquebrajarse ese techo de cristal que todavía frena la presencia femenina en determinados puestos de poder. Pero es cuestión de tiempo.

A día de hoy, el 55% de los 82.368 empleados públicos que ejercen en la provincia de Málaga son mujeres, un porcentaje que no para de crecer tal y como constata la evolución histórica del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de la Administraciones Públicas. Hace una década, representaban el 50,25%.

Esta feminización progresiva tiene que ver con la formación. Las mujeres son mayoría en casi todas las facultades salvo las tecnológicas, y eso se traduce en que ya empiezan a copar las promociones de funcionarios que requieren mayor cualificación en los procesos selectivos como son las de los cuerpos de notarios, registradores de la propiedad, inspectores de Hacienda o los que conforman los tribunales de justicia.

Pesa la formación, pero también la estabilidad, la seguridad y las mejores opciones para crecer profesionalmente sin tener que renunciar a la familiar. «Los hombres no suelen renunciar para cuidar a sus hijos, pero sí las mujeres. Por eso encuentran en el sector público una buena respuesta porque son trabajos más estables, más seguros y con unos horarios más claros que le permiten conciliar», explica la doctora en Filosofía y representante del Seminario de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer de la Universidad de Málaga, Marta Postigo. Frente a esta situación expone «la mayor vulnerabilidad» del mercado laboral privado, en especial en el sector servicios, que acapara el 80% del empleo femenino. La amenaza del binomio embarazo-despido también cuenta, y mucho.

De esas 45.333 féminas que están en nómina del Estado, la Junta o los ayuntamientos de la provincia, dos de cada tres son profesoras en colegios e institutos (14.161) o sanitarias (14.358), ya que educación y salud siempre han sido las dos grandes puertas de la mujer en el sector público. De hecho, en los centros sanitarios representan el 71,7% y en la docencia no universitaria, el 67,5% (no así en la Universidad, donde aportan el 40,9% de los 2.570 profesores e investigadores). Dos ramas que al ser de competencia autonómica elevan a la Junta como la administración con mayor peso femenino (66,79%), seguida por los entes locales (42%), mientras en el Estado apenas supone una cuarta parte como consecuencia de su papel residual en las fuerzas y cuerpos de seguridad, que copan la mayor parte del funcionariado estatal en la provincia. En cambio, en órganos como la Agencia Tributaria o el Servicio Público de Empleo (Sepe) sí se da esa equiparación entre géneros.

Y en otros son claramente mayoría en Málaga. Además de en los puestos de administración general (57,5%), otro clásico, también superan a los varones en los distintos departamentos de la Seguridad Social (57,1%) o en las carreras de la rama judicial.

En los juzgados de la provincia hay 131 juezas (56,4%) y 101 jueces; y en la Fiscalía son 79 mujeres (64%) y 44 hombres; aunque el mayor peso femenino se da en el cuerpo de letrados de la Administración de Justicia (secretarios judiciales), con 105 mujeres (69,5%) y 46 hombres, según las estadísticas que elabora el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Como muestra de esa realidad, las seis últimas incorporaciones en Málaga son letradas.

«El sector público es buena respuesta para la mujer porque ofrece trabajos más estables, seguros y con horarios que permiten conciliar»

marta postigo

Seminario de Estudios de la Mujer de la UMA

«La teoría dice que todos accedemos en igualdad, pero la realidad es que todavía no se ha logrado la equiparación»

inmaculada gonzález

Federación Servicios a la Ciudadanía de CC OO

¿Existe también el techo de cristal en la Administración? Sí. Pero también el denominado 'suelo pegajoso', de forma que igual que la mujer puede encontrarse con ciertos obstáculos que frenan su crecimiento y presencia en puestos de poder, también se da la circunstancia contraria de que es precisamente la mujer la que ante el dilema de elegir entre trabajo y familia acaba priorizando la responsabilidad doméstica. En una encuesta realizada el año pasado por el Observatorio de la Mujer del Colegio de Médicos de Málaga casi la mitad de las 4.341 entrevistadas declararon haber sufrido ese fenómeno. «El peso de las cargas familiares es mayor para la mujer, que una vez lograda esa estabilidad laboral prefiere dedicarse a otras cosas, sobre todo a la familia», remarca Postigo.

«Hay que cambiar una mentalidad de muchos siglos», añade la secretaria provincial de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO, Inmaculada González, quien al margen de «los pasos que poco a poco se van dando hacia la corresponsabilidad en el hogar» pone el acento en la escasa efectividad de los planes de igualdad en la Administración. «Ésa es la herramienta para ver si hay discriminación en el acceso a determinados puestos y, sobre todo, en la promoción interna, que es donde se quejan las compañeras», advierte la dirigente sindical. En este punto, se muestra especialmente crítica: «la teoría dice que todos accedemos en igualdad de condiciones, pero la realidad es que todavía no se ha logrado la equiparación».

Atendiendo a la titulación requerida para el acceso a los diferentes organismos públicos, los hombres predominan ligeramente en los dos subgrupos más alto (A1 y A2), aunque la tendencia es descendente a medida que entra savia nueva. En cuanto a los distintos tipos de empleado público, apenas hay diferencias en los funcionarios de carrera (50,5% de los 43.470 que hay en la provincia) y en el personal laboral (49,6% de 19.966), pero sí en la plantilla de interinos y empleados en formación, donde tres de cada cuatro (71%) son mujeres.

Volviendo a la radiografía del sector, en el Cuerpo de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles representan el 46% del total, pero como síntoma de esa progresión cabe destacar que en la últimas promociones el 80% de los aprobados son mujeres. La misma tendencia se da en las notarías, que hasta 1961 estaban vetadas a las féminas. En las oposiciones celebradas el año pasado en Andalucía, el 60% de los 91 aspirantes que superaron las pruebas fueron chicas. Similar es la tendencia en el Cuerpo de Inspectores de Hacienda del Estado, donde el balance de las últimas cinco promociones refleja que la mujer acapara el 55% de las 381 plazas logradas. «Por regla general, nosotras tenemos un perfil más estudioso y constante, de ahí que en este tipo de oposiciones tan duras en las que te lo juegas todo a estudiar cada vez haya más mujeres», destaca la representante en Málaga de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, Maite Fernández.

«La presencia de la mujer en nuestras aulas para opositar va claramente a más, y al final se traslada a la Administración»

jesús ayala

Academia de oposiciones Jésus Ayala

«Nosotras tenemos un perfil más estudioso y constante, de ahí que en este tipo de oposiciones tan duras cada vez haya más mujeres»

MaITE FERNÁNDEZ

Asociación Inspectores de Hacienda

En el extremo opuesto, las fuerzas y cuerpos de seguridad siguen siendo territorio eminentemente masculino. Especialmente significativo es el caso de la Guardia Civil, donde la mujer apenas representa el 3,78% de los 1.904 efectivos del Instituto Armado en la provincia. En el Cuerpo Nacional de Policía, nueve de cada diez funcionarios son hombres (87,2%), mientras en las Fuerzas Armadas el porcentaje se eleva hasta el 90,3%. «En los cuerpos de seguridad, el aspirante sigue siendo mayoritariamente masculino, pero la presencia de mujeres va claramente a más, como viene ocurriendo en casi todos los ámbitos de la administración. En cuerpos generales de administración llegan a representar el 75%», comenta Jesús Ayala, que en los 25 años que lleva al frente de la academia de oposiciones a la que da nombre ha sido testigo de esa evolución.

En este sentido, la pandemia también le ha dado un acelerón, gracias a la generalización de las clases 'on line'. «Había aspirantes que no podían compaginar trabajo, casa y asistir a la academia, pero ahora que se han extendido las clases telemáticas ha animado a muchas mujeres a dar el paso de opositar», remarca. Más mujeres opositando y, por tanto, más funcionarias.

«Echo en falta más mujeres en cargos de responsabilidad»
María Teresa Verdugo. Fiscal

«Echo en falta más mujeres en cargos de responsabilidad»

De pequeña, cuando rebatía casi todo lo que se comentaba en clase, ya le decían que de mayor tenía que ser abogada. A María Teresa Verdugo –malagueña– siempre le gustó el derecho, pero cuando empezó la carrera se dio cuenta de que le atraía más la función pública: «Un letrado tiene que defender a su cliente, sea bueno o malo, mientras que un fiscal lucha por la legalidad y eso me resultaba más atractivo».

«A veces somos nosotras las que nos ponemos obstáculos»
Marisol Ferreira. Inspectora de Hacienda

«A veces somos nosotras las que nos ponemos obstáculos»

En las más de dos décadas que han pasado desde que consiguió plaza en la Agencia Tributaria, Marisol Ferreira ha tenido tiempo de pasar por casi todos los departamentos del órgano estatal y por distintas responsabilidades, incluida la de delegada de la AEAT en Ceuta. Allí permaneció seis años y allí nacieron sus dos mellizos para pasar de una familia de tres miembros a una numerosa antes de regresar definitivamente en Málaga tras hacer escala en varios puntos.

«La tecnología sin mujeres puede agravar la desigualdad»
Eva Millán Valldeperas. Catedrática de C. de la Computación e I. Artificial

«La tecnología sin mujeres puede agravar la desigualdad»

Catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial desde 2017 y vicerrectora adjunta de Docencia en la Universidad de Málaga, Eva Millán Valldeperas teme que la escasa presencia de la mujer en las nuevas tecnologías pueda contribuir a perpetuar desigualdades ya existentes, por construirse «desde una perspectiva masculina» y porque gran parte del talento, el que representa la mujer, se está perdiendo en la construcción de esta nueva sociedad tecnológica.

«Fui la primera neurocirujana en el Hospital Regional»
Bernarda Márquez. Neurocirujana

«Fui la primera neurocirujana en el Hospital Regional»

Sevillana de nacimiento, Bernarda Márquez lleva en Málaga desde 2002 cuando llegó al antiguo Hospital Carlos Haya a trabajar como neurocirujana. Se considera una médica vocacional. Desde que estaba en el colegio quería estudiar Medicina. Cuando comenzó la carrera tuvo claro que quería hacer neurocirugía, que es una de las grandes especialidades. «Siempre me llamó la atención el estudio de la anatomía del cerebro. Es algo que me atrapó y aquí estoy de neurocirujana», explica a este periódico.

«A veces sientes en algunos foros que eres la cuota»
Carmen Casasola. Notaria

«A veces sientes en algunos foros que eres la cuota»

Ser notaria lo lleva en la sangre. Su padre ha sido siempre su mejor referente. Sabía bien qué escogía cuando decidió seguir sus pasos; también que era una profesión mayoritariamente de hombres y mayores. Pero a Carmen Casasola Gómez-Aguado (Badajoz, 1970) no le importó. Tras aprobar la oposición, en la que la proporción de aspirantes masculinos todavía era mayor que la femenina (un 56% frente a un 44%) y forjarse en el oficio en distintas localidades españolas, Carmen obtuvo finalmente destino en Málaga.

«Lo bueno de una oposición es que te iguala»
María Dolores García. Registradora de la propiedad

«Lo bueno de una oposición es que te iguala»

Iba para médico, pero al acabar el Bachillerato pensó que Derecho le ampliaría las opciones laborales. Opositar estaba entre ellas, aunque no barajó la posibilidad de ser registradora hasta cuarto de carrera, cuando cursó Derecho Hipotecario y creyó haber encontrado la horma de su zapato. En aquel momento, María Dolores García Martín (Málaga,1981) no se planteó si Registro era un oficio de hombres o de mujeres, o si por ser de un sexo u otro podría influir en el acceso a la función pública.

«Aquí no hay hombres ni mujeres; somos un equipo»
María Bravo. Bombera del CPB

«Aquí no hay hombres ni mujeres; somos un equipo»

Desde que era una cría, María Bravo tuvo muy claro que sería bombera. «Me viene de herencia. Mi padre era bombero en Málaga (ya está jubilado), y desde pequeña siempre me fascinó lo que él hacía. Si no lo hubiese visto a él, quién sabe por dónde hubiera ido», comenta esta malagueña afincada en Rincón de la Victoria que forma parte de la plantilla del Consorcio Provincial de Málaga desde 2006. Ahora está destinada en el parque comarcal de Vélez, donde hay otras dos compañeras y donde no existen diferencias de género.

«En la cárcel se dan muchas situaciones de machismo»
Elena Getino. Funciona de la cárcel de Alhaurín

«En la cárcel se dan muchas situaciones de machismo»

No le falta genio para imponer el orden en un módulo de repleto de presos. Tampoco se empequeñece en situaciones en las que los reos responden con violencia o desobediencia. Elena Getino tiene personalidad y carácter, dos requisitos imprescindibles para trabajar en el ámbito de las prisiones, donde además las profesionales se enfrentan en su día a día a situaciones de machismo que parten de los reclusos. «Nuestra profesiones ya es dura de por sí por sus condiciones y por la carga emocional y física que conlleva, pero además al sumar nuestra condición de mujer se nos añaden otras problemáticas», asegura.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur La mujer escala en el alto funcionariado