EFE

Una de cada cuatro muertes por coronavirus en Málaga corresponde a ancianos en residencias

El 26% de los fallecidos en la provincia eran mayores que vivían en estos centros, en su mayoría contagiados por trabajadores asintomáticos

Sábado, 5 de diciembre 2020, 01:08

El coronavirus tiene una mortalidad de menos del uno por ciento fuera de las residencias de ancianos. Pero el porcentaje se dispara en los centros para mayores. Pese a tener los datos encima de la mesa, España no ha sido capaz de blindar estos espacios, donde la pandemia muestra su peor cara. Ya ocurrió en la primera ola y ha sucedido también en este segundo zarpazo de la enfermedad. Al menos una de cada cuatro muertes contabilizadas por Covid-19 en Málaga corresponde a ancianos que vivían en residencias, según los últimos datos publicados por la Junta de Andalucía. El 26,8 por ciento de los fallecimientos registrados en la provincia hasta el 24 de noviembre se produjo entre residentes de este tipo de centros. En concreto, la Consejería de Salud notifica 161 muertes de mayores en residencias de la provincia, aunque la falta de pruebas practicadas durante los primeros meses esconde un dato más elevado.

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A nivel andaluz, la cifra aumenta hasta el 32,3 por ciento de las muertes. Granada es la provincia de la región con más muertos procedentes de residencias de ancianos: 252 hasta el 24 de noviembre, algo más del 33 por ciento del número total de fallecimientos. Aunque la infección puede desarrollar cuadros severos entre personas sin patologías previas, los mayores de 65 años constituyen el principal grupo de riesgo, como demuestra el hecho de que casi la mitad (el 47,9 por ciento) de todos los pacientes que han tenido que ser ingresados por coronavirus en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales andaluces desde el inicio de la pandemia tienen más de 65 años, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía. La cifra resulta más apabullante al calcular el porcentaje de muertos que sobrepasaban esta edad, que suponen el 87,9 por ciento del total de fallecimientos notificados por Covid-19 en Andalucía. La amplia mayoría de ellos (el 73,2 por ciento del total) tenía más de 75 años.

La mortalidad del coronavirus entre mayores que viven en residencias de ancianos supera el 20 por ciento; de los 5.830 contagios diagnosticados en Andalucía en estos centros hasta el 24 de noviembre, 1.214 positivos correspondieron a mayores que acabaron muriendo. Desde los sindicatos recuerdan que la puerta de entrada del virus en esta segunda ola han sido los trabajadores asintomáticos pese a que la Junta practica pruebas semanales para detectar brotes incipientes. Porque cuando la infección accede a una residencia, salvo que se aíslen los primeros casos a tiempo, la transmisión suele cebarse con los mayores. En las últimas semanas se han declarado brotes en residencias de Málaga capital, Ronda, Marbella, Benalmádena y Coín, entre otros municipios. El diagnóstico temprano resulta fundamental para controlar los contagios.

El responsable de Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras en Málaga, Juan Carlos Navas, reclama equipos de protección individual (EPI) para los trabajadores: «Muchos sólo llevan mascarillas, casi siempre quirúrgicas, y no se les renuevan cada cuatro horas, como debería ocurrir». Fuentes cercanas al Gobierno andaluz sostienen que «es insoportable» trabajar con EPI, medida limitada a los empleados que mantienen contacto con ancianos que han dado positivo o son sospechosos de haberse contagiado. Navas considera que «faltan medidas preventivas» y material de alta protección. Vicente Sandoval, de la Unión General de Trabajadores (UGT), reconoce que la administración «ha adoptado algunas medidas con intención de controlar la situación respecto a la primera ola», como la medicalización de algunas residencias, el control entre trabajadores y el aislamiento de los afectados: «Pero a pesar de ello, los brotes surgidos en numerosas residencias han generado una alarma constante».

Fuentes de la autoridad sanitaria insisten en que las residencias «han estado mejor preparadas» en esta segunda ola y ponen como ejemplo el colegio mayor Arunda, en el barrio de La Paz, abierto en abril como centro de evacuación para ancianos contagiados en residencias, aunque apenas tuvo que utilizarse por la escasa incidencia de la enfermedad en estos centros en comparación con otras provincias: «Esta vez ni siquiera ha tenido que abrir». Desde Salud mantienen que «de los 22.000 mayores víctimas en residencias en España, solo un cinco por ciento corresponden a Andalucía».

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