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Las motos y los ciclomotores siempre han sido claves en el mix de movilidad de la provincia, donde el buen tiempo permite utilizarlas incluso buena parte del invierno. Ahora, con la crisis motivada por la pandemia, el factor económico –bajo coste de adquisición, ... de consumo y de mantenimiento– pesa más en la decisión de compra; y a ello se une un nuevo concepto, el de la distancia personal y la desconfianza que muchos ciudadanos sienten todavía hacia el transporte público. Y todavía hay que añadir también el auge laboral en el sector del reparto a domicilio.
Por todo ello, las dos ruedas se han convertido en el vehículo de moda en el contexto de la nueva movilidad en Málaga, y así lo constatan las estadísticas ofrecidas por la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor) y los testimonios de responsables de concesionarios y clientes. En enero y en febrero la tendencia era de aumento de las matriculaciones. Luego vino el confinamiento y estas cayeron. Y al llegar el verano, que es la época del año con más demanda, el mercado ha vuelto a repuntar, aunque todavía se ha quedado levemente por debajo del año anterior: un 10% menos en junio; un 14% en julio y apenas un 5% en agosto.
La evolución es sensiblemente mejor que la del mercado de automóviles, que se dejó un 23% el mes pasado. En total, desde el confinamiento se han puesto en circulación más de 3.300 motos en la provincia (5.658 desde enero). A ello, hay que añadir el potente mercado de segunda mano.
La reina de las ventas es el 'scooter' de 125 centímetros cúbicos, ya que se pueden conducir con el carné de coche, sin necesidad de uno específico. Además de su bajo consumo y altas prestaciones urbanas. En el ránking de los diez modelos más vendidos, todos corresponden a motorizaciones de esta cilindrada. También empiezan a abrirse paso en el mercado las eléctricas, aunque todavía las cifras brutas son poco significativas.
A nivel nacional, el mercado apunta claramente al alza: en agosto, según Anesdor, la venta de motocicletas aumentó un 20%; la de 'scooters', un 16%; los ciclomotores, un 135%, y las eléctricas más de un 600%.
«Está bastante mejor de lo que nos esperábamos después del confinamiento», reconoce María José Navarro, subdirectora general de Navarro Hermanos, histórico concesionario en Málaga de la marca Yamaha, entre otras. «La moto es segura e individual, frente a la desconfianza en el transporte público, notamos una demanda de clientes que buscan independencia para ir a trabajar o por ocio».
En julio y agosto, que son los meses más fuertes del año, Navarro reconoce que se ha logrado «compensar bastante» la caída de los meses previos, hasta el punto de que este verano las ventas se han comportado mejor que las del mismo periodo del año anterior. La empresaria corrobora que factores como el coste y el bajo consumo hacen decantar la decisión, con los modelos de 125 como líderes indiscutibles. «Estamos preocupados pero el mundo sigue y tenemos que continuar; creemos que la demanda ya no bajará mucho pero hacemos los pedidos con cautela, sin grandes 'stocks'. La moto está menos afectada pero no hay la alegría que teníamos antes».
Entre los recién convencidos está Luis Sánchez, un agente inmobiliario que vive en Teatinos y tiene que acudir a diario a trabajar en la zona Centro. «Hasta ahora le había tenía respeto, por los accidentes, pero me he convencido porque me tengo que mover mucho y estaba cansado de perder tiempo con el tráfico y los problemas de aparcamiento, además de por el gasto de gasolina, que se nota mucho».
José María Riaño, secretario general de Anesdor, corrobora que Málaga es uno de los mayores mercados de motos de España: «Sólo en Madrid y Barcelona se comercializan más vehículos de dos ruedas; el clima y la orografía facilitan que los ciudadanos apuesten por ella». Según recuerda, la tendencia de los últimos años es que cada vez más malagueños se desplacen por este medio. «Confiamos en que cuando la situación sanitaria y económica se estabilice volverá a ser así».
Las motos y ciclomotores eléctricos son una alternativa clara para la movilidad urbana, y así comienzan a verlo los usuarios, aunque todavía de forma tímida. Las estadísticas de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor) muestran una evolución al alza desde el principio del año, aunque con el parón lógico del confinamiento, que se ha acentuado durante el verano. Aunque en términos porcentuales el crecimiento es exponencial, la realidad es que en unidades totales representa todavía una parte pequeña del mercado total, puesto que venía de cifras mínimas en 2019.
Así, en julio se duplicaron las matriculaciones, lo que supuso 36 matrículas; y en agosto el crecimiento fue del 225%, con 26. En total, en lo que va de año 159 malagueños se han apuntado a la movilidad eléctrica sobre las dos ruedas. Estas cifras todavía están lastradas por el desconocimiento y la desconfianza de los usuarios, sobre todo en lo que se refiere a la autonomía; unido al hecho de que es conveniente tener un aparcamiento propio para instalar un enchufe y recargarla (muchas tienen baterías extraíbles que se pueden llevar a casa). Además, su precio generalmente es bastante más elevado. En Marbella se ha creado recientemente Urbet, el primer fabricante malagueño de vehículos de este tipo.
Otra opción que tiene muchos adeptos es el alquiler por minutos. Las marcas Yego y Acciona han tomado el relevo tras la salida de Muving y han puesto en circulación en la capital una flota conjunta de unos 700 ciclomotores eléctricos.
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